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Respeto por las reglas del juego


Lo único constante es el cambio, repetía mi jefe de la Coca-Cola. Al principio me costó entender este contrasentido. Igual que la canción de la Mercedes Sosa que dice «cambia todo cambia».



Nada es para siempre y prácticamente todo es «por ahora». Cuando se prohibió la esclavitud, los productores de algodón americanos utilizaron el mismo argumento que hoy utilizan los empresarios mineros en Chile. El negocio del algodón, sin esclavos, va ha desaparecer argumentaban los gringos. La historia probó todo lo contrario.



Chile, pequeño país de poetas y cuidadores de autos, tiene muy mala memoria. Resulta que gran parte de las reglas del juego, con el tiempo, se evaporan y eventualmente se cambian, para bien o para mal, todo cambia.



¿Acaso se respetaron las reglas del juego vigentes cuando se implementó la restricción vehicular a los catalíticos, la prohibición del uso de chimeneas, el aumento de impuestos y del Iva, los cambios unilaterales de los planes de salud en las Isapres, el fin del «draw back» para las exportaciones no tradicionales, las modificaciones a la ley laboral, el nuevo sistema procesal penal, la venta de gas argentino, los cambios al himno nacional, la ley de reforma agraria, la ley de amnistía, las modificaciones al escudo de Chile, el fin de la censura cinematográfica, la ley de divorcio, las restricciones a los fumadores y muchas otras mas, que ya ni recuerdo. Cambia todo cambia.



Igual que el clima y los cabellos de los ancianos, las formas de pensar y las reglas del juego cambian. Yo quiero mi cuerpo de antes, cuando tenia 25 años. Me gustaría fumarme un puchito a 33.000 pies de altura, tener un par de esclavos personales, pagar menos impuestos y que mi Isapre me mantuviera mi plan de salud hasta la muerte.



Los optimistas dicen que las cosas eventualmente cambian para bien. En el caso del Royalty minero estoy de acuerdo con ellos. En todo caso, para mi, un pesimista no es mas que un optimista bien informado.







*Eduardo Yáñez Morel es miembro del Comité Pro Defensa Ciudadana.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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