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Pasaje a China


El 14 de abril del 2007, el diario londinense Financial Times informaba que Grand Central, un pequeño operador ferroviario londinense, se apresta a encargar a China tres convoyes de alta velocidad para un nuevo servicio entre Londres y Sunderland. Serán fabricados por dos empresas estatales chinas, CSR Aiyang y CSR Puzhen, y cumplen con las especificaciones del Ministerio de Transportes británico para reemplazar entre 500 y 2000 vehículos de los 125 trenes de la línea InterCity.



Han transcurrido 131 años desde la inauguración, en julio de 1876, de la Woosung Railway, el primer ferrocarril en China. Fue construido por la firma británica Jardine & Matheson, que a la sazón controlaba el tráfico de opio de India hacia China, luego de influir decisivamente sobre la Reina Victoria -ella misma una consumidora del estupefaciente- para desatar las dos «Guerras del Opio,» que en 1840 impusieron al gobierno chino el libre comercio en este rubro. Habrán transcurrido 182 años desde la inauguración, el 27 de septiembre de 1825, de la Stockton and Darlington Railway, cuyo primer convoy fue conducido por el inglés George Stephenson (1781-1848), inventor de la locomotora a vapor. Al parecer, el pasaje de ida y regreso alrededor del mundo del capitalismo moderno ha demorado un poco más de los 80 días que le tomó a Phileas Fogg, la creación de Julio Verne en 1873.



El mismo número del Financial Times, informaba acerca de los planes del fabricante del icónico automóvil deportivo MG TF, de restablecer la producción en la fábrica de Longbridge, cerca de Birmingham, a cerca de 50.000 vehículos, en el curso de dos años. Por cierto, el MG TF había empezado a ser producido a razón de 200.000 por año, en la fabrica inaugurada el mes anterior en Nanging, China, por el nuevo propietario del tradicional modelo inglés, la Nanging Automobile Corporation.



Otro artículo del mismo periódico informaba que la telefónica «China Mobile» había logrado el quinto lugar en el ranking de marcas mundiales, sobrepasando a Malboro y equiparando a la que ocupa el cuarto puesto y que hasta el 2002 era número uno indiscutido en el mismo ranking: Coca-Cola. Un artículo de opinión del mismo diario urgía a los ejecutivos europeos y americanos a prepararse para su conferencia telefónica regular de medianoche con su oficina matriz en Mumbai o Beijung ¿o prefieren a las 5 AM? Esa semana, un editorial de la revista londinense The Economist titulado «Vamos número uno, se acabó tu tiempo», comentaba la noticia de que China había sobrepasado a los EE.UU. como el mayor exportador de bienes, y los sobrepasaría como primera economía del mundo dentro de dos décadas.



Goldman – Sachs, el banco de inversiones estadounidense, publicó en octubre del 2003 un estudio que a estas alturas es ya un clásico, que estimaba que hacia el 2020, los países llamados BRIC, es decir Brasil, Rusia, India y China, alcanzarán en conjunto las dimensiones económicas de los EE.UU. y la UE. Hacia el 2050, cada uno de ellos alcanzará esas dimensiones por si sólo.



Ya el 2025 las economías BRIC en conjunto serán equivalentes a la mitad del G6 -EE.UU., Japón, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia- y el 2040 los superarán en términos de dólares. Hoy día las economías BRIC representan un 15% del G6.



Alrededor de 2/3 del crecimiento de los BRIC provendrá de su mayor tasa de crecimiento real, mientras el resto se originará en una apreciación significativa de sus monedas en relación al dólar, la que alcanzará un 300% en el período – lo que tiene un significativo impacto en la rentabilidad relativa de las inversiones.



El avance de los BRIC es constante en el período, sin embargo, es dramático durante los primeros 30 años. El crecimiento de los BRIC se hará más lento hacia el fin del período y sólo India mantendrá tasas superiores al 3% anual.



Los individuos en esos países continuarán siendo menos ricos que en el G6, con la excepción de Rusia. Sin embargo, los chinos, por ejemplo, tendrán un ingreso per capita similar al que hoy disfrutan los G6 y que es de alrededor de US$ 30.000 per persona por año.



La lista de los mayores países medidos según su PIB habrá cambiado mucho. Sólo EE.UU. y Japón estarán entre las seis mayores economías de entonces. China ya es más grande que Italia y que Francia, está superando este año al Reino Unido y superará a Alemania antes del 2010, a Japón hacia el 2015 y a los EE.UU. hacia el 2040. India hará lo propio con Italia, Francia y Alemania antes del 2025 y superará a Japón antes del 2035. Finalmente, Brasil superará a Italia antes del 2020, a Francia antes del 2025 y a Alemania antes del 2040, para alcanzar las dimensiones de los mayores países del G6 hacia el final del período.



El fenómeno arriba descrito -nuevas potencias económicas desplazan a las establecidas – se ha verificado antes. Durante la segunda mitad del siglo 19, Francia y principalmente Alemania, crecieron más rápidamente y lograron alcanzar a Inglaterra, la primera gran potencia moderna, que hasta ese momento dominaba el mundo sin contrapeso. La primera mitad del siglo 20 vio crecer a los EE.UU. hasta superar a todas las anteriores, y la aparición de las llamadas colonias blancas, es decir, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, entre varios otros países. Durante la segunda mitad, Japón creció más rápido, hasta rivalizar con las antiguas potencias y superar a varias de ellas. Hacia el final del siglo entraron en escena los llamados tigres asiáticos, que crecieron asimismo más rápidamente que las potencias establecidas, hasta alcanzarlas en varios aspectos.



Todo parece indicar que en su primera mitad, el siglo 21 será el siglo de los BRIC. Muy posiblemente, su segunda mitad verá llegar por fin el tiempo de Africa, hasta completar de esta manera, en el curso de tres siglos completos, el paso de la humanidad a la era moderna desde el punto de vista de su organización económico-social. No deja de parecer una ironía que las regiones que llegan al último sean aquellas desde siempre las más pobladas y donde florecieron las culturas más antiguas. La que vio nacer a la especie humana cerrando la marcha.



La constatación de este fenómeno parece hoy día casi un lugar común. Sin embargo, según el ya citado Financial Times, la humanidad cayó en cuenta de lo que estaba pasando en esta materia… recién el 2006.



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Manuel Riesco es economista

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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