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Cuotas de pesca: desigualdad arbitraria fijada por ley

Por: Eugenio C. Huneeus


Señor Director:

Es obvio que los actuales beneficiados por las cuotas de pesca (LMC) no desean que se cambie o modifique el sistema hoy vigente, el cual les ha permitido obtener durante estos años una muy buena renta de la asignación hecha por ley en el 2000 y luego extendida hasta el 2012. Un regalo de esa magnitud no se renuncia fácilmente.

La clave de este conflicto está en la injusticia de mantener un régimen de privilegio para un grupo de empresas, excluyendo a todos los demás chilenos, por el sólo hecho que el Estado ya se los dio sólo en forma transitoria. “Transitoria” es la palabra justa en este caso. No se lo dio a perpetuidad porque el Legislador consideró que no era equitativo para con la sociedad toda, o lo que es lo mismo para el bien común, que algunos pocos privilegiados tuvieran un trato especial otorgado gratuitamente por el Estado en forma indefinida. Es por ello se legisló sólo en forma “transitoria” y no a “perpetuidad”.

En la historia, sólo las monarquías autocráticas otorgaban gracias y privilegios, muchas veces perpetuos o hereditarios, sin otro motivo que el placer del soberano. El Estado, en una sociedad moderna y justa, debe pensar en el bien de todos -en el Bien Común- y evitar a toda costa establecer discriminaciones o tratos especiales para unos pocos privilegiados. Es inevitable que algunos ciudadanos tengan la capacidad de obtener mayores beneficios por su trabajo que otros.

Eso está relacionado con la capacidad individual, pero no es motivo para que el Estado cree desigualdades arbitrarias y menos que las ampare o establezca por medio de una Ley. Eso resulta sólo de algo muy similar a lo que hoy todos entendemos por “corrupción”, una de las peores lacras de la sociedad actual.

Eugenio C. Huneeus
Abogado

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