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La Concertación: ¿suicida?

Gonzalo Bustamante
Por : Gonzalo Bustamante Profesor Escuela de Gobierno Universidad Adolfo Ibáñez
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Bachelet volverá como Super-woman y esos mismos actores la van a aplaudir y así volverán al poder: grave error de cálculo. Sus dos cartas presidenciales potentes, Bachelet y Velasco, serán más temprano que tarde las próximas víctimas del sector que buscan refundar todo en los movimientos de protesta. No tendrán mejor futuro que Bitar.


Todo movimiento que busca ser revolucionario o fundacional, necesariamente, debe terminar con sus elementos moderados y con los  oportunistas. Así lo han entendido quienes encabezaron procesos de éste tipo, tanto de izquierda como de derecha. Sin duda en el movimiento estudiantil y social, hay quienes buscan reformas y otros que buscan refundar toda nuestra institucionalidad, incluyendo  a quienes la han representado. Sergio Bitar es la primera victima de ellos. Ya se atisba algo parecido con otros. Ricardo Lagos fue encarado a la salida de una universidad en Viña. La ex Ministra de Educación de Bachelet, Mónica Jiménez y Mariana Aylwin, por sólo poner en duda la factibilidad de acabar con el lucro, han sido tildadas en las redes sociales de: “señoras lucradoras” (usted lo pueden traducir al lenguaje real que se empleó). A Brunner no le ha ido mucho mejor. Ignacio Walker  y Andrés Zaldívar, no corrieron mejor suerte por oponerse al plebiscito. Si uno analiza los procesos históricos, esto no se va a detener. Salvo que la Concertación desee ser un actor  y no un mero aplaudidor de los movimientos sociales tratando de obtener una ventaja.

Para esto último, necesita defender su obra. ¿Acaso la Concertación considera que no hizo nada en 20 años? ¿Cree que realmente su obra no es motivo de orgullo sino de andar dando disculpas? Si fuese así, por un mínimo de honestidad, se debería auto-disolver.

La Concertación encabezó uno de los 20 años más exitosos de vida democrática de nuestro país. Logró construir un programa socialdemócrata que unió a liberales de izquierda, socialistas democráticos, socialdemócratas católicos (eso es la DC chilena). Inclusive, en el ámbito educacional, hizo mucho. Chile, gracias a la Concertación, ha progresado educacionalmente en las últimas décadas. Por eso llama la atención la actitud de  falta de sentido de pertenencia hacia lo realizado que muestra la coalición.

La Concertación debe mantener una de sus grandes fortalezas: actuar de modo institucional y no personal. Si su dirigencia actual cree que los movimientos sociales sólo desgastan al gobierno, que Bachelet volverá como Super-woman y esos mismos actores la van aplaudir y así volverán al poder: grave error de cálculo. Sus dos cartas presidenciales potentes, Bachelet y Velasco, serán más temprano que tarde las próximas víctimas del sector que buscan refundar todo en los movimientos de protesta. No tendrán mejor futuro que Bitar.

[cita]La Concertación debe actuar con su agenda, incorporando en ella las demandas razonables de los movimientos sociales, defendiendo su obra con carácter y no permitiendo que sean basureadas sus figuras.[/cita]

La Concertación debe actuar con su agenda, incorporando en ella las demandas razonables de los movimientos sociales, defendiendo su obra con carácter y no permitiendo que sean basureadas sus figuras.

Los Verdes fueron un grupo de protesta de lo más exitoso que se ha visto en Alemania y Europa. Existieron a su interior dos grupos: los fundis que buscaban refundar la sociedad alemana, incluyendo acabar con sus símbolos patrios y sus instituciones. Estaban los realos que querían reformar la misma sociedad pero entendían que esto no se podía hacer si no se transformaban en una fuerza institucional y con capacidad de administrar el poder ya existente. Estos últimos ganaron. Hoy de los fundis no queda nada. Los realos encabezan una de las experiencias de ecologismo y capitalismo más interesante que se haya conocido. Los realos triunfaron porque no tuvieron temor a actuar a veces de modo impopular. Además en sus filas se contaban dirigentes con la visión y cultura de un Joschka Fischer, que tenía clarísimo que en todo proceso revolucionario hay sólo una sola cosa clara: los sectores moderados serán exterminados, la única duda es si ganarán los grupos extremos del proceso o los contrarrevolucionarios, igual de extremos.

A la Concertación de hoy, le hace falta esa claridad que tuvieron los realos y que también poseyeron en su minuto quienes le dieron origen. Nada más infantil que creer que toda renovación per se de una clase dirigente será mejor. Al menos en el caso del ex conglomerado de gobierno, da la impresión que hay buenas razones para sospechar que su dirigencia renovadora está a bastante distancia del carácter, la valentía y la visión que tuvieron sus fundadores.

Publicada en: www.elquintopoder.cl 26 de agosto del 2011.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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