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Zapallar verde

Por: Aníbal Wilson Pizarro


Señor Director:

Zapallar, famoso por su «gente linda», su antigua índole aristocrática y discretamente enemigo de todo lo que fuera «basura», está hoy seriamente preocupado de la misma. Lo digo como viejo zapallarino que celebra con entusiasmo sus logros. Diríamos que están ahora «separando las cosas, sabiendo que todo sirve».

Y a propósito de separar las cosas y sólo en aras del bien común, quiero referirme a una historia ya de nueve años, en que han participado los establecimientos educacionales, la Parroquia y también particulares. Se creó, inicialmente, un Punto Limpio en casa de Álvaro Perez W., curiosamente emparentado (la sangre tira) con la familia Perez Ovalle, descendientes directos del fundador de Zapallar, don Olegario Ovalle.

Ahora se cuenta con tres P.L.: club ecuestre, club de Golf, y Zapallar recicla, Punto Limpio que actualmente está funcionando gracias a la Municipalidad (que ha asumido esta historia) y que retira los siete residuos sólidos principales; a saber: botellas plásticas, cartón, diarios, revistas, papel blanco, vidrio, latas de aluminio. Además se está propiciando hoy la educación ambiental, con el acopio de papel en el Liceo y el proyecto de un Parque Ecológico para el mismo establecimiento.

Sería ideal, según ellos, un reciclaje en conjunto con las comunidades aledañas, como Papudo, Puchuncaví, Quintero y Concón, que no cuentan con recursos para ello. Sin embargo, están esperanzados con el propósito acorde del Ministerio del Medio Ambiente, que los alienta a crear un proyecto que aúne a estas comunidades y poder dar una solución global a toda la zona costera de la Región. Un buen ejemplo a seguir como idea país que —digno de destacarse— surge de la ciudadanía misma.

 

 Aníbal Wilson Pizarro

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