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McDonald’s en la zona cero de Santiago Opinión

McDonald’s en la zona cero de Santiago

Juan Guillermo Tejeda
Por : Juan Guillermo Tejeda Escritor, artista visual y Premio Nacional "Sello de excelencia en Diseño" (2013).
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Lo más hermoso es el letrero del McDonald’s de Plaza Italia o sea al lado de la ex o aun Fuente Alemana, un letrero que es como retráctil, igual que toda la fachada, o sea a los primeros encapuchados o lacrimógenas que aparezcan se van a activar los puentes levadizos y eso quedará como una fortaleza inexpugnable con sus mayonesas artificiales y sus bic-macs a buen recaudo.


Junto a la Fuente Alemana, en la Zona más Cero de Santiago, se ha instalado un McDonald’s, y acaban de inaugurar aun uno más rozando el parque Bustamante que fue otro parque muy castigado durante el estallido, lo sé porque por allí vivía entonces mi nieto hasta que decidieron mudarse creo que por razones de otro tipo, era en unos departamentos muy bonitos.
Este McDonald’s de Bustamante tiene un vago aspecto de drive-in de los años sesenta, o de prisión de alta seguridad, y está centrado en el expendio de comida chatarra en base a carne de vacuno, y en el tráfico de vehículos individuales movidos por combustibles fósiles, es decir que es exactamente lo contrario de lo que exigían las multitudes vandalizantes y animalistas del estallido. Pareciera que los cálculos de McDonald’s son correctos, que lo que la gente quiere es en parte aquello que reclama y en parte todo lo contrario de lo que reclama, por ejemplo a Camila Vallejo, encantandora, que quiere una sociedad sin clases y no consumista la veo yo siempre con mucha clase y con una ropa del mejor consumo que es el propio de la juventud, zapatillas y pantalones con mucha gracia, y esas multitudes embravecidas por la sensación de marginación son las mismas que se integrarán al sistema en estos flamantes locales McDonald’s.
Es la siempre desconcertante condición dialéctica de los humanos, que amamos lo que odiamos y odiamos lo que amamos, como nos cantaba el poeta Uribe. Yo no te como mucho esas cosas aunque no me desagradan, es que esos lugares con una imagen corporativa tan nítida me deprimen, me siento de nuevo en el colegio, como de uniforme, y no quiero formar parte de los clientes frecuentes ni menos ser el mejor empleado del mes.
Lo más hermoso es el letrero del McDonald’s de Plaza Italia o sea al lado de la ex o aun Fuente Alemana, un letrero que es como retráctil, igual que toda la fachada, o sea a los primeros encapuchados o lacrimógenas que aparezcan se van a activar los puentes levadizos y eso quedará como una fortaleza inexpugnable con sus mayonesas artificiales y sus bic-macs a buen recaudo. Entretanto la clientetela afluye, la franquicia prospera y la vida continúa.
El canal de Panamá está medio seco por la falta de lluvias, lo que se debe al cambio climático y ahora pasarán cada día sólo 32 embarcaciones conteniendo la basura plástica china y demás insumos que consumimos con fervor para ir colaborando así con la economía chatarra que mejora las cifras económicas, alimenta la ebullición climática y hunde las perspectivas de supervivencia de la especie.
Pero quizá no tengamos que esperar al colapso climático, porque hay un animoso grupo de emprendedores que apuesta por las explosiones atómicas en la zona rusa o ucraniana, y la publicitada película Oppenheimer sería un aperitivo, una aceitunilla antes del banquete.
Igual le compraré a los niños unas raciones de papas fritas con mayonesa.
* Esta publicación fue originalmente publicada en el Facebook de Juan Guillermo Tejeda. Ver AQUÍ
  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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