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Decálogo para una Política Nacional del Litio Opinión

Decálogo para una Política Nacional del Litio

Bernardo Muñoz Aguilar
Por : Bernardo Muñoz Aguilar Antropólogo Social Universidad de Tübingen, Alemania.
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El litio y los Likanantai o atacameños, un decálogo para su comprensión y acción en el marco de la creación de una Política Nacional del Litio.


La relación con los minerales del pueblo Likanantai o atacameños es remota. Mucho antes del período formativo (3 mil años a. C.) se encuentran los antecedentes arqueológicos que así lo demuestran. De hecho, y como es sabido, el mineral de Chuquicamata, uno de los principales yacimientos de cobre del país, es una antigua mina atacameña.

En relación con el litio, este se levanta como una poderosa alternativa para el Estado chileno en un mundo que necesita de este elemento para desarrollar nuevas tecnologías, aun cuando ese horizonte presenta escaso vuelo en relación con las necesidades existentes en el mundo actual y futuro de las energías limpias. Curiosamente y como dato no menor, los yacimientos de litio se encuentran en los salares de los atacameños y gran parte de su administración se encuentra en manos de SQM y de capitales privados, a la vez que Codelco es el dueño por parte del Estado chileno de los salares del área de San Pedro de Atacama, salares estos últimos que representan un delicado estado de conservación para su sostenibilidad ambiental y que producto de la explotación del litio ven amenazado su frágil ecosistema.

El descubrimiento de otros yacimientos de litio a nivel internacional demanda del Estado chileno una gran prolijidad en cuanto a un adecuado tratamiento técnico y político en relación con este estratégico recurso de cara a los próximos diez años. Por lo tanto, se debería avanzar en distintos frentes, económicos, medioambientales, sociales y culturales para posicionar al país en condiciones vanguardistas para el tratamiento de este tema.

Se han advertido diversos puntos para evaluar en la profundización y análisis, desde la óptica del etnodesarrollo, para establecer un decálogo de abordaje temático que ya se encuentra en los principales escritorios de las autoridades del país. Sin embargo y recordando al Premio Nacional de Ciencias Sociales Lautaro Núñez Atencio, que me dijo “maestro, un indio no muestra todo el brazo sino parte de él solamente”, para la opinión pública en general, moderaremos algunos puntos de dicho decálogo, partiendo de la base de que nada podrá detener esta industria que ya parte en desventaja con países como Argentina y Brasil.  Se trata de cómo en el marco global de las distintas intervenciones públicas y privadas, nacionales e internacionales el daño es menor para los propietarios originales de esta riqueza, los Likanantai.

Un primer punto sería el de conocer y analizar los antecedentes que permitirían destrabar la situación de conflicto que presentan las empresas privadas y estatales para la explotación del litio en relación con el pueblo atacameño, principalmente con el área de desarrollo indígena de Atacama la Grande.

Además, es necesario el establecer fehacientemente y no solo por consultas ciudadanas malinformadas y sin gran espacio para una participación real de los principales involucrados, la opinión del pueblo Likanantai y especialmente en los ayllus del área de desarrollo indígena, ADI, de Atacama la Grande.

En términos del poder político local es necesario profundizar en el conocimiento, por parte de la autoridad y la empresa privada, de la posición que presenta frente al tema el alcalde de San Pedro de Atacama, señor Justo Zuleta, miembro de la etnia Likanantai y que naturalmente vela por los intereses de su pueblo. Asimismo, es necesario generar información sobre la posición técnica, cultural y étnica de la representante de Conadi en Calama, la señora Liliana Cortés, también perteneciente a la etnia en cuestión y con amplia experiencia en el área y sus problemáticas de desarrollo. Es relevante también el poder sistematizar la opinión sobre el tema que tienen los concejales de la comuna de San Pedro de Atacama, toda vez que son elegidos por la comunidad atacameña.

Se hace más necesario que nunca investigar, desde la metodología antropológica, la posición de las distintas juntas de vecinos de los ayllus del ADI Atacama la Grande en relación con el litio, su explotación, impactos negativos y positivos para estas comunidades y así poder proponer mesas de conversaciones con miembros destacados de la etnia atacameña, para recoger y sistematizar su posición frente a este estratégico recurso y posibilidades de   destrabar el conflicto. Recogiendo así entre los Likanantai su opinión frente a la explotación de este recurso en los delicados ecosistemas de los salares del desierto de Atacama.

Y no solo se deberá establecer esta situación con los Likanantai, sino que también con expertos no atacameños, el impacto de la explotación de este recurso en dichos salares, con independencia de los poderes públicos y privados que tienen intereses en dicha industria. Por lo tanto, debe existir una propuesta, desde la óptica antropológica, para una política con sostenibilidad desde el Estado chileno y de explotación del mencionado recurso, lo que implica actuar desde la sostenibilidad ecológica, cultural, poblacional y económica para establecer una política de Estado en relación con este estratégico recurso, que contribuya a la generación de una política nacional del litio, la cual evidencia un importante atraso en su formulación.

He podido advertir, a partir de reuniones sostenidas con relevantes actores del desarrollo productivo y de fomento nacional, un grave desconocimiento de las categorías analíticas de los Likanantai, como es el concepto de Ayllu. La encargada de relaciones comunitarias de una importante corporación desconocía este concepto, de suyo vital para comprender el mundo andino en general y el atacameño en particular.

Un aviso en televisión abierta del día 27 de diciembre de 2023 indica que Codelco y SQM alcanzaron un acuerdo o protocolo para la explotación del litio, sin embargo, los Likanantai generaron una declaración oficial donde no aceptan o dan como espurio el acuerdo alcanzado. Era de esperar que las partes oficiales involucradas en este acuerdo obtuvieran un protocolo sobre el cual los Likanantai no estuvieran de acuerdo, ya que, a la luz de los antecedentes del proceso, solo interesa el factor porcentaje de incidencia en el PIB en las próximas décadas.  

Los Likanantai no podrán bloquear ad aeternam los caminos a los salares; las cifras de retorno económico de SQM del 2024 descendieron en casi mil millones de dólares en relación con el año 2023. Se encuentran disputando su participación en el mercado chileno del litio los franceses, los chinos y hace una semana estuvo en el país y en el área de San Pedro la jefa del Tesoro norteamericano para darle una clara señal al Gobierno chileno de su interés en participar del mercado nacional, toda vez que China adelanta al gigante norteamericano en la producción de autos eléctricos.

Dos antecedentes complican aún más el campo de las definiciones políticas y técnicas. Por un lado, está la aparición de comunidades indígenas funcionales que surgen a la luz de esta nueva realidad económica y que contratan abogados para representar sus intereses y, en segundo lugar, la existencia de los denominados Green Wash y que es nada más ni nada menos que la política de las empresas mineras en general de dar uno y sacar diez en términos económicos, de formación, empleo, procesos en los cuales ya no satisfacen a los dueños de los territorios ancestrales.

La falta de definiciones por parte del Estado chileno deja a la industria nacional del litio en un claro desmedro frente a países como Argentina y Brasil, que según todos los análisis superarán a nuestro país en producción, innovaciones tecnológicas y participación en el mercado mundial. 

Para el caso chileno, el etnodesarrollo de cara al siglo XXI en su máxima expresión para las próximas décadas.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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