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Educación para las Fuerzas Armadas Opinión

Educación para las Fuerzas Armadas

Hugo Fontena
Por : Hugo Fontena Capitán de Fragata (R), Magister en Ciencias Navales y Marítimas (APN) y Master en Logística y Calidad (IDE-CESEM, ex decano de la Academia de Guerra Naval, Ex director de la Escuela Politécnica de Defensa de la UNAB, España), autor de Logística Naval Operativa, Apoyo Logístico a las Operaciones Militares, además de numerosos artículos en revistas nacionales y extranjeras.
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El señor Sergio Vera publicó, el 8 de diciembre, una columna referida a la formación en las FF.AA., las que requirirían cambios urgentes, planteando que la formación, instrucción y liderazgo estarían mal planteados. Marcelo Masalleras, el 10 de diciembre, publicó una réplica al primer artículo destacando la falta de argumentos y fundamentos del señor Vera para sus afirmaciones, proyectando una falta grave en sus comentarios y que, anecdóticamente, es un aspecto relevante en los actuales procesos de enseñanza militar, que ponen mucho énfasis en cultivar una visión y espíritu crítico, con la debida fundamentación. Es claro que el señor Vera, en su paso como cadete mercante de la Escuela Naval a mediados del siglo pasado, no hizo carne este aspecto, repito, hoy muy caro en la formación de los oficiales.

Sin ánimo de repetir lo planteado por Masalleras, me gustaría aportar algunos antecedentes, en este caso, desde la perspectiva de la Armada de Chile, con la autoridad y conocimiento que me otorgan 24 años de servicio en la Armada y 26 años como docente en la Academia de Guerra Naval.

Recordemos que Vera, como propietario y responsable de la fallida Universidad del Mar, critica la formación militar calificándola como una “formación principalmente instruccional”; en primer lugar, debemos tener en cuenta que la educación naval es un continuo, que se inicia con personas que provienen de la vida civil y que, a través de un proceso secuencial, las transforma en  marinos, con competencias valóricas, educacionales, morales y físicas necesarias en futuras etapas de su carrera. Esta primera parte se realiza en las escuelas Naval y de Grumetes, donde se desarrolla un proceso de nivelación, de formación profesional y de virtudes y valores propios del ethos de la Armada de Chile. Después de 4 o 5 años de egresar, continúa el proceso de formación con el segundo hito importante que se desarrolla en la Academia Politécnica Naval, que entrega las competencias técnicas y tácticas especializadas para el empleo de los sistemas de armas de buques, aeronaves, submarinos e infantería de marina, reforzando las condiciones morales, intelectuales y físicas necesarias para cumplir con los requerimientos derivados de las exigencias y demandas institucionales.

La última etapa, alrededor de los 20 años de servicio en la Armada, para los oficiales se desarrolla en la Academia de Guerra Naval, que imparte educación de postgrado en ciencias militares, sociales, económicas, políticas y relaciones internacionales, necesarias para su desempeño como asesores de alto nivel y conductores de la institución. En esta etapa, la instrucción se desarrolla en un ambiente de un potente y declarado incentivo a la discusión, cuestionamientos y espíritu crítico, en un ambiente de libertad académica, realidad totalmente diferente a lo criticado por el señor Vera, y de ello soy testigo presencial y actor de los cambios que se han realizado a través de los años.

Ha habido, permanentemente, modificaciones curriculares significativas, orientadas a potenciar las características enunciadas previamente; las clases se desarrollan normalmente con lecturas previas, para ser discutidas en clases, con orientaciones del profesor permitiendo que el alumno obtenga sus propias conclusiones, se realizan muchos trabajo de grupo y abundantes ensayos y exposiciones que les refuerza su capacidad de expresión oral y escrita, incluso el layout de las salas de clases ya no es frontal como es tradicional sino en forma de U, también existen salas especiales para los trabajos de grupo que facilitan el debate, para permitir y fomentar la discusión y participación de los alumnos.

Adicionalmente, los oficiales tienen oportunidad de acceder más adelante a programas de magíster y diplomados para aquellos que se proyectan para el alto mando, con exposiciones y conferencias de los más destacados actores de todos los ámbitos nacionales, políticos, sociales, etc., que permiten el conocimiento e interacción de los alumnos, de primera mano, con autoridades en todos los ámbitos.

En cuanto a la Gente de Mar, a los 15 años de servicio hay cursos de perfeccionamiento técnico, y a los 22 años, cursos reglamentarios para asumir funciones de administración de personal y material que le permiten ejercer el liderazgo requerido para dirigir a sus grupos y apoyar a los oficiales en una formación actualizada y continua que fortifica sus conocimientos técnicos y se otorgan diplomados para los que llegan a los grados máximos.

El cuerpo docente también es motivo de preocupación, personalmente, en mi desempeño docente he realizado 10 actividades de perfeccionamiento en Chile y 7 con entidades extranjeras, en universidades y centros de estudios de primer nivel, lo que permite conocer de primera mano el estado del arte en los diferentes ámbitos de que tratan los talleres, cursos y programas de magíster y da cuenta de un cuerpo docente actualizado.

La Comisión Nacional de Acreditación le ha otorgado cinco años a la Escuela de Grumetes y Academia de Guerra Naval y seis años a la Escuela Naval, reconociendo la excelencia y correcta fijación de objetivos, así como su cumplimiento.

Otra observación del señor Vera apuntaba a modelos de liderazgo fuera de la realidad. Creo que se equivoca, el liderazgo es uno de los aspectos más relevantes para una institución que siempre se ha preciado de su activo más importante, su personal, por lo que lograr la adhesión voluntaria de su gente siempre ha sido un aspecto central muy potente y que es abordado de manera transversal en las distintas etapas de la formación, apoyado en el ethos institucional, que es un activo inmaterial de primer orden. Los valores, que dan fuerza a esta área, se aplican siempre y resumen una conducta en términos de valentía, rectitud, valor y probidad encarnados en la figura de nuestro héroe máximo, Arturo Prat, y otra serie de modelos heroicos que cada integrante conoce y puede emular.

La institución está consciente de los cambios producidos en la sociedad y la forma y exteriorización de este liderazgo obviamente han debido actualizarse. Como una forma de reforzar esta visión, la Armada dispuso años atrás la creación de un centro de liderazgo que potenciara su ejercicio, entendiéndolo como la base del prestigio y éxito institucional a lo largo de sus 200 años de existencia y que se ratifica con la amplia valoración ciudadana que desmiente lo señalado tan ligeramente y con escasos fundamentos por el señor Vera, cuya inquietud, aun cuando creo que puede ser legítima, la realidad que el presenta es diferente y adolece de falta de conocimiento de lo que las FF.AA. y, en este caso, la Armada en particular, está hoy realizando para reforzar y potenciar la educación, formación y liderazgos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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