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El (peligroso) populismo está aquí Opinión Foto: Pablo Ovalle/AgenciaUNO

El (peligroso) populismo está aquí

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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De seguro, los proyectos de sexto retiro avanzarán fusionados e irán captando a parlamentarios de la UDI, PC, PS, PPD, RN, Apruebo Dignidad y, por supuesto, del Partido Republicano, la otra colectividad que se sitúa dentro del mundo populista y que está causando un daño importante a Chile Vamos. Todos saben que los retiros son bienvenidos, porque la gente los necesita. ¿Para qué perder tiempo creando salidas y proyectos creativos para que el Estado apoye a las personas? Total, el drama que venga después no es su problema, será de la gente. El populismo está aquí, lamentablemente.


Definitivamente, Chile se transformó en un país amnésico, desmemoriado. Lo que hasta hace poco generaba consenso y se había convertido en una certeza colectiva, como el rechazo a los abusos –colusiones, desigualdad–, el anhelo de una Constitución que cerrara una etapa oscura de nuestra historia y asumiera los nuevos tiempos, la preocupación por las pensiones miserables de nuestro viejos –los propios y los otros–, por la educación de calidad o el acceso a una salud digna, hoy pareciera no importarle a nadie, o a muy pocos.

Hasta hace poco, la gente castigaba a los partidos políticos –y sus “raspados de la olla”– eligiendo a independientes y representantes de organizaciones ciudadanas. Hoy, un grupo de expertos –designados por los partidos– redacta el pre-texto de la nueva Constitución, que luego tomarán 50 representantes de los mismos partidos políticos que la gente detestaba hasta hace poco, debido a que no habrá independientes escribiendo el nuevo texto constitucional. Este es uno de los factores que explica el escaso interés de la gente, ante un proceso fome y poco motivador.

También en Chile se miraba con recelo el populismo barato y el show que se expresaba en otros países con los Trump, los Bolsonaro o los Maduro. Incluso, durante la fallida y criticada Convención –con justa razón–, nos escandalizábamos con la tía Pikachu, el payaso Rojas Vade o el ridículo señor que votaba desde la ducha. Claro que un poco antes, y frente a la desesperación por los efectos catastróficos que estaba provocando la pandemia, dejábamos pasar el vuelo rasante por el hemiciclo de una diputada disfrazada celebrando el primer retiro. Pero daba lo mismo, la gente estaba sacando cálculos de qué haría con su 10%. El fin justificaba hasta las conductas más excéntricas.

Pero de a poco fueron apareciendo otras expresiones de Pikachu y payasos Rojas Vade, en versión parlamentaria e incluso de candidatos presidenciales. Primero fue Parisi, que desde EE.UU. prometía el cielo y la tierra, mostrando los mismos esquemas que antes usaba en la televisión, como si los problemas de la gente que gana el sueldo mínimo –poco más de $400.000– o tiene una pensión miserable pudieran solucionarse con “creatividad”. Reglas de tres para el manejo presupuestario del Estado, cambios de asignaciones con lógica de escritorio, entre otras “soluciones”. Pero resulta que Parisi logró deslumbrar –o esperanzar– a casi un 12% de los chilenos. Un peligroso populismo comenzaba a instalarse en Chile, sin que nos diéramos cuenta.

Hoy, lamentablemente, el populismo político ya es una realidad en nuestro país. Tenemos parlamentarios que visten de sheriffs y llegan disfrazados al Congreso. Tenemos alcaldes, como Rodolfo Carter, que montan cuidadosas escenas casi cinematográficas para “mostrar resultados”, sonríen a las cámaras solo cuando están encendidas y prometen soluciones mágicas al país. Tenemos candidatos presidenciales que dicen que a ellos les va bien cuando al país le va mal –una de las frases patéticas del año– o que predican desde el extranjero, prometiendo parar la migración y terminar con la delincuencia por un acto de magia.

El populismo por supuesto que genera resultados inmediatos. Suben en las encuestas rápidamente, por una simple razón: porque juegan con las esperanzas y la necesidad de la gente. La semana pasada se presentaron siete proyectos para retirar ahorros previsionales, al cumplir el año legal exigido –antes no se podía, pese a que la bancada populista insistía en ponerlos en tabla, demostrando su ignorancia o mala fe–. Los proyectos van desde el retiro de un millón de pesos hasta retirar el 100% de los fondos. Claro que, para retirar el millón, usted debe tener una de las 10 causas que el PDG puso en su proyecto. ¿Cómo alguien puede justificar eso? El argumento es tan ridículo como indemostrable. Cosas del populismo.

La bancada populista –encabezada por Pamela Jiles y su nuevo refugio político, el PDG; antes estuvo en el Partido Comunista y el Partido Humanista– sabe que el 63% de las personas en las encuestas está de acuerdo con los retiros. Sin embargo, no explican qué pasará con los millones de personas que se quedarán sin fondos para su pensión, generando un drama catastrófico para la gente y el Estado. Tampoco dicen que hay dos millones de personas que ya no tienen un peso de ahorro y que, en un sexto retiro, un 50% de las mujeres quedaría con cero pesos para la vejez. Menos se hacen cargo de la inflación que provocaron los 50 mil millones de dólares que entraron a circular –casi todo en consumo– con los retiros previos y que, al menos, representaron 1/3 del 12% de inflación que tuvimos hasta el año pasado. Total, el problema no es de ellos. Pan para hoy, hambre para mañana, no para quien tiene un sueldo de más de 10 millones de pesos. El populismo renta fácil, pero deja una estela tremenda de la que no se hacen cargo

El populismo en Chile es una realidad, que comienza no solo a ganar espacios, sino que provocará también presión en aumento a los partidos más tradicionales, los que muchas veces pagan el precio de poner cordura y argumentos para evitar el avance de esta marea peligrosa. De hecho, el PDG ha logrado sumar a sus filas a personajes con ese perfil, de la derecha y la izquierda. La diputada Jiles –que antes dijo que jamás estaría cerca de un “papito corazón”, en referencia a Parisi– hoy aparece en la franja de ese partido, buscando mantener el rating que le han dado los retiros –un tema que parece obsesionar a la ex PH–. Y, por otro lado, Rodolfo Carter (ex UDI) se pasea del brazo de Parisi. El líder del PDG –de breve paso por Chile– ya señaló que le gustaría una primaria con Jiles, Carter y Harboe. Claro, sabe que es una forma de subir en las encuestas a su partido, aunque el candidato al final sea él. Astuto.

De ahí que, de seguro, los proyectos de sexto retiro avanzarán fusionados e irán captando a parlamentarios de la UDI, PC, PS, PPD, RN, Apruebo Dignidad y, por supuesto, del Partido Republicano, la otra colectividad que se sitúa dentro del mundo populista y que está causando un daño importante a Chile Vamos. Todos saben que los retiros son bienvenidos, porque la gente los necesita. ¿Para qué perder tiempo creando salidas y proyectos creativos para que el Estado apoye a las personas? Total, el drama que venga después no es su problema, será de la gente. El populismo está aquí, lamentablemente.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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