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La ruleta nuclear: EE.UU.-OTAN y Rusia en Ucrania Opinión

La ruleta nuclear: EE.UU.-OTAN y Rusia en Ucrania

En 2023 no habrá paz, el maquillaje, el espejismo de la supuesta paz es otra gran cortina de humo que cada vez es más espesa, ni Estados Unidos, ni Europa, ni Ucrania, ni Rusia están interesados en la paz, este conflicto es solo un preámbulo del verdadero y real conflicto, el más grande del XXI, que es la guerra entre EE.UU.-OTAN y China. Europa seguirá servilmente a su amo Estados Unidos, y ya aplica sanciones comerciales a empresas chinas, escalando y echando más leña a la hoguera de la futura guerra.


La invasión de Rusia en Ucrania es totalmente condenable como lo son todas las guerras, todas las invasiones, en cualquier país del mundo. Esta guerra es el primer escenario bélico de un nuevo orden mundial geofinanciero digital poscapitalista híbrido. Esta es una guerra entre las corruptas oligarquías, las avariciosas élites financieras del mundo, principalmente las oligarquías de EE.UU., Europa, Reino Unido, Rusia y China. Es una guerra del 1%, por el 1%, para el 1%. El futuro monopolio financiero digital global es una moledora de carne en la que caerán los empresarios exitosos/amistosos que no logren alianzas internas sólidas, por la vía de constelaciones de relaciones aprobadas por los maestros de ceremonias secretas, expertos en matrimonios y alianzas de sangre financieras a través de los Bancos Centrales Digitales.

Esta es una guerra híbrida, cognitiva, tecnológica, científica, cibernética, electromagnética, es una guerra biológica, química y, por qué no decirlo, tiene el potencial de ser una guerra nuclear de destrucción asegurada mutua.

Día y noche nos mienten, y nos vemos involucrados en una simulación de que esta guerra es una guerra entre buenos (EE.UU.-OTAN) y malos (Rusia-China), entre los virtuosos occidentales y los malvados euroasiáticos, entre la “democracia” y la “autocracia”. ¿Por qué el sur global no impone sanciones a Rusia? ¿Porque el sur global ya no le cree una sola palabra al occidente? ¿Porque la rusofobia y la chinofobia no funcionan en un nuevo orden del poder multilateral?

Las guerras son parte de cíclos históricos de lucha por el poder, las guerras son sistémicas, civilizacionales y multidimensionales, y son puntos de inflexión donde emergen nuevos imperios dominantes. Europa en sus ciclos históricos de guerra ha sido el escenario de horrorosas y brutales tragedias humanas, la Primera Guerra Mundial (WWI) representó la continuidad que precedía a las cuentas por cobrar entre las monarquías e imperios eurocéntricos. La WWII es otra catástrofe para Europa y el mundo, donde emerge el imperio norteamericano como el dominante; la WWII representó la continuidad de las cuentas por saldar de la WWI. Desde 1945, el “fin” de la WWII, hemos vivido en la llamada simulación de la guerra fría-congelada. La guerra entre EE.UU.-OTAN con Rusia en Ucrania son las cuentas por cobrar que vienen desde 1945-1962 (crisis de los misiles), 1991 (caída del imperio soviético). La actual guerra no comienza en Georgia en 2008, ni en 2014 con el golpe de Estado de Estados Unidos al gobierno prorruso de Víktor Yanukóvich. Las cuentas por saldar se aceleran y se escalan con la invasión rusa a Ucrania en 2022.

Las especialidades de los servicios de inteligencia de Estados Unidos, Rusia, China y otros son las estrategias comunicacionales de los medios globales, de la manipulación y la desinformación, del uso lenguaje de una guerra híbrida, donde prevalece la “neblina”, el “espejismo” de la guerra, predomina la narrativa del engaño, del ocultamiento, de la negación, de las mentiras, del encubrimiento, de las espesas cortinas de humo, la propaganda que los bandos despliegan día y noche.

Los análisis son decepcionantes, y falsos, pretendiendo que existen bloques sólidos y estables. La fotografía de que EE.UU.-OTAN son una unidad inquebrantable y única es gratuita. Lo mismo que Ucrania es homogénea, donde están fuertemente unidos detrás de un líder incorruptible, que en Ucrania no existe oposición, etc., todo es parte de la propaganda mediática global occidental. Lo mismo es la individualización del liderazgo ruso y chino en los presidentes Vladimir Putin y Xi Jinping. Tanto en EE.UU.-OTAN, Rusia, China, existen tendencias de fanáticos, ultraextremistas que son demencialmente adictos a las guerras.

Los fanáticos neoconservadores y los complejos militares americanos y europeos son tan peligrosos como los fanáticos ultranacionalistas rusos y chinos que consideran a Vladimir Putin y Xi Jinping como blandengues, ya Rusia debe de usar sus armas nucleares y derrotar a EE.UU.-OTAN en Ucrania, que China debe recuperar Taiwán ahora. Sobre la futura guerra entre EE.UU.-OTAN y China utilizo el proverbio pretendo que olvido, (la humillación del Occidente) pero jamás olvido ni perdono.

El reciente “ataque con drones” y las anunciadas contraofensivas de EE.UU.-OTAN (ucranianas) y rusas, con actos de ataques y contraataques posiblemente nucleares, forman parte de la irreversible escalada militar. Son parte de los escenarios que ambos bandos utilizan para obtener objetivos ya establecidos. Ningún bando cree en absoluto lo que dice el otro bando, todo es parte de las agresivas y ofensivas guerras mediáticas del siglo XXI. La verborrea del jefe del Grupo Wagner Yevgeny Prigozhin, de “amenazar públicamente”, si no recibía municiones a tiempo, de retirar sus tropas de Bajmut, es irrisoria. El Grupo Wagner no actúa independientemente de las fuerzas militares rusas, el general Serguéi Surovikin, conocido como el general Armagedón, ya está en Bajmut junto Prigozhin. En Ucrania, los fascistas del batallón Azov, la CIA y los mercenarios que guerrean son pagados directamente por los Estados Unidos y no actúan por su propia cuenta.

No es el ejército ucraniano el que dirige la guerra en territorio ucraniano, no, es el nuevo dueño y propietario de Ucrania quien planifica y dirige la guerra. “Estados Unidos ayuda a Ucrania y a su ejército para que podamos pelear contra Rusia allá y no tengamos que pelear contra Rusia aquí”, declara el senador republicano Adam Schiff, 2021.

EE.UU. ha invertido militarmente más de US$ 62.3 billones, la guerra es parte de la estrategia de EE.UU.-OTAN de cercar, subyugar, derrotar, aplastar, aniquilar y desmembrar a Rusia. La posición final de Estados Unidos y la OTAN es la desaparición de Rusia y el cambio de régimen. Lo mismo vale para la posición de Rusia. Dmitry Peskov, secretario de prensa del presidente ruso, declaró que el único idioma que EE.UU.-OTAN y Ucrania entienden es el idioma de la guerra.

Cuando Estados Unidos decida que Ucrania ya no le es un negocio rentable, cuando Estados Unidos no pueda seguir beneficiándose del apoyo “sumiso y leal” del perro faldero europeo, y que Ucrania no puede ganar la guerra, entonces los recursos se movilizarán hacia Asia. En 2023 no habrá paz, el maquillaje, el espejismo de la supuesta paz es otra gran cortina de humo que cada vez es más espesa, ni Estados Unidos, ni Europa, ni Ucrania, ni Rusia están interesados en la paz, este conflicto es solo un preámbulo del verdadero y real conflicto, el más grande del XXI, que es la guerra entre EE.UU.-OTAN y China. Europa seguirá servilmente a su amo Estados Unidos, y ya aplica sanciones comerciales a empresas chinas, escalando y echando más leña a la hoguera de la futura guerra.

En 2023 la guerra será más brutal, más violenta y destructiva, la opción nuclear ya no es impensable, el final de la guerra es totalmente impredecible. Rusia está y estará destruyendo Ucrania. Ucrania es la carne de cañón, la sangrienta moledora de carne. Ucrania pone la sangre, los muertos, y pone su territorio. Estados Unidos, Europa, Rusia y otros países ponen sus armas y su dinero. La escalada y la prolongación de la guerra en Ucrania es la crónica de una colosal y anunciada catástrofe. Estamos en la Tercera Guerra Mundial, en un potencial Armagedón nuclear.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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