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El desastre del Simce tiene reparación Opinión

El desastre del Simce tiene reparación

Andrés Palma Irarrázaval
Por : Andrés Palma Irarrázaval Economista. Miembro del Foro por el Desarrollo Justo y Sostenible
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Una primera respuesta, elaborada antes de conocerse estos resultados, nos la da el Informe de Recomendaciones que concluyó el trabajo del Consejo para la Reactivación Educativa, que propone 18 medidas estructuradas en tres ejes: Convivencia y salud mental; Fortalecimiento de aprendizajes; y Asistencia y revinculación. Todas las propuestas son interesantes, coinciden con el plan de Reactivación Educativa que ya impulsa el ministerio, tendrán efectos positivos, pero no atienden a la urgente recuperación del tiempo perdido, ya que su implementación requerirá mucho tiempo, lo que es especialmente restrictivo para las y los estudiantes que ya cursan la enseñanza media.


La Agencia de Calidad de la Educación ha entregado recién los resultados del Sistema de Medición de Calidad de la Educación (SIMCE) para cuarto básico y segundo medio, en su primera versión pospandemia.

Los resultados eran previsibles, pero no por ello debemos aceptarlos. En prácticamente todos los aspectos que mide el Simce se registran peores resultados que antes de la pandemia, lo que muestra un retroceso y una perdida promedio de cuatro años, ya que la medición anterior comparable fue en 2018.

Los y las estudiantes de cuarto básico y de segundo medio consideran que están menos capacitados para aprender matemática, esto se señala en mayor medida por las mujeres, y se sienten más discriminados por su personalidad, y aunque la caída en la valoración de participación y formación ciudadana es mínima, sí son relevantes la baja en colaboración en las actividades para cuarto básico y en la promoción de la actividad física para segundo medio.

En cuanto a lectura, aunque en cuarto básico el promedio nacional cae en un valor que para la Agencia de Calidad no es estadísticamente significativo, las caídas son significativas para los grupos socioeconómicos medio alto y bajo. En segundo medio, en cambio, la caída sí es significativa, particularmente en los varones. Es interesante notar que esta caída se da en todos los grupos socioeconómicos, salvo en el estrato alto.

Donde los resultados son homogéneamente malos es en matemática. Al decir de la Agencia de Calidad: “En Matemática se observa la mayor baja de los resultados para ambos niveles”, y no solo en cuarto básico y segundo medio, sino también en todos los niveles socioeconómicos y en varones y mujeres.

Algo bueno, no obstante este escenario, es que en los establecimientos calificados en la Categoría de Desempeño “Insuficiente”, es decir, con malos resultados en lectura y matemática por cuatro años consecutivos, los resultados mejoraron, lo que muestra que con apoyos directos e integrales es posible revertir las tendencias, aunque sea aún insuficiente.

La pregunta que nos debemos hacer es si: ¿es posible recuperar este tiempo perdido?

Una primera respuesta, elaborada antes de conocerse estos resultados, nos la da el Informe de Recomendaciones que concluyó el trabajo del Consejo para la Reactivación Educativa, que propone 18 medidas estructuradas en tres ejes: Convivencia y salud mental; Fortalecimiento de aprendizajes; y Asistencia y revinculación. Todas las propuestas son interesantes, coinciden con el plan de Reactivación Educativa que ya impulsa el ministerio, tendrán efectos positivos, pero no atienden a la urgente recuperación del tiempo perdido, ya que su implementación requerirá mucho tiempo, lo que es especialmente restrictivo para las y los estudiantes que ya cursan la enseñanza media.

Sí atiende al corto plazo el Plan Nacional de Tutorías, que forma parte de la Reactivación Educativa, en el que me he inscrito, y que para asegurar un éxito requiere de muchos más voluntarios.

Pero existen respuestas tecnológicas a las que se puede acceder. Los resultados de una de ellas los publicamos en la Revista Políticas Públicas de la Universidad de Santiago (ver: Nivelación de brechas de rendimiento académico a través de tecnología en tiempo de pandemia, Matías Rojas. Volumen 15, número I, 2022), que muestra cómo en el período de un año se obtuvieron resultados donde en promedio el 50,03% y el 28,48% de los temas que no lograron en el diagnóstico, de lenguaje y matemática respectivamente, fueron nivelados, y la brecha entre el quintil con más bajos resultados en el diagnóstico respecto al quintil con más alto, disminuyó en un 10.39%.

Si existen estas alternativas, y hay varias, ¿qué esperamos para utilizarlas en recuperar el tiempo perdido?

No es no acoger las propuestas del Consejo para la reactivación Educativa, sino complementarlo con mayor impulso a las Tutorías y utilización de herramientas tecnológicas que están disponibles y son alcanzables financieramente. Por eso afirmo que el desastre del Simce, que en realidad es el desastre de la pandemia y de las políticas públicas aplicadas en respuesta, tiene solución para las actuales generaciones de estudiantes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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