Publicidad
Las perspectivas para Chile ante las próximas elecciones argentinas

Las perspectivas para Chile ante las próximas elecciones argentinas

Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile en Cuba y ex subsecretario de Defensa
Ver Más

La principal novedad es Javier Milei, el líder de los llamados “libertarios”, liberales a ultranza e hipercríticos tanto del gobierno como de la oposición de JxC. Milei tuvo una ascendente irrupción a fines del año pasado y en los primeros meses del actual, pero en los últimos tiempos su crecimiento se ha ralentizado y en las diversas elecciones regionales de los últimos meses no ha cosechado ningún éxito significativo.  


En agosto próximo los argentinos concurrirán a primarias amplias, simultáneas y obligatorias, las populares “PASO”, como se las denomina. En la práctica, rayarán la cancha de las elecciones presidenciales y parlamentarias de fin de año. La caballada está potente, como se dice en México cuando los candidatos son competitivos. El peronismo llegó a un acuerdo, basado en la convicción de que el peronismo unido… jamás será vencido. El ministro de Economía, Sergio Massa, ha sido ungido como su candidato único y desde Cristina hasta el presidente Fernández lo apoyan, también la mayoría de los caudillos peronistas de provincia. Esa es su principal fortaleza, amén de su reconocida experiencia. Su principal debilidad es la marcha de la economía: más de 100% de inflación anualizada, un dólar que ya roza los 500 pesos, un deterioro generalizado de la calidad de vida de una sociedad que otrora fuese sindicada como una formación social pletórica de una consolidada capa media.

La oposición clásica, la coalición llamada Juntos por el Cambio, JxC, esta vez enfrenta a dos dirigentes del originalmente macrista PRO: el jefe de Gobierno de la capital, Horacio Rodríguez Larreta, que es desafiado por la “Piba” Patricia Bullrich, exministra de Seguridad, de un duro perfil frente a los temas de la violencia. Así, el PRO mantiene su alianza con el radicalismo y se perfila como una opción muy competitiva.

La principal novedad es Javier Milei, el líder de los llamados “libertarios”, liberales a ultranza e hipercríticos tanto del gobierno como de la oposición de JxC. Milei tuvo una ascendente irrupción a fines del año pasado y en los primeros meses del actual, pero en los últimos tiempos su crecimiento se ha ralentizado y en las diversas elecciones regionales de los últimos meses no ha cosechado ningún éxito significativo.

Tendremos entonces durante la noche de las PASO tres candidatos fijos: Massa, Rodríguez/Bullrich y Milei.  Ninguno obtendría la mayoría en primera vuelta, pues el sistema fija que para ganar en primera se debe sacar el 40% de los votos y tener una diferencia de a lo menos 10 puntos sobre su seguidor. Lo más probable entonces es que tengamos segunda vuelta entre los dos primeros. Eso genera dos incertidumbres: la primera es qué candidato triunfa en las primarias de JxC; la segunda es cuáles serían los dos candidatos que pasarían al balotaje y hacia dónde se inclinarían los votantes del tercero derrotado.

Gane quien gane, la economía será el principal desafío. Las reservas en divisas están en un nivel crítico y la deuda pública es colosal. Pese a todos los esfuerzos, a la fecha sus principales acreedores no se han allanado a una fórmula de renegociación. Ante esta situación, ¿qué opciones tendría el nuevo gobierno? Obviamente renegociar, aunque tanto los gobiernos como los organismos financieros que llamamos “occidentales” desconfían de la capacidad de pago transandina, lo que vale para Washington DC (WDC), Europa y el FMI. En tiempos de Trump, el FMI le concedió un empréstito por más de 50 mil millones de dólares al entonces presidente Macri, que si bien se evaporaron rápidamente, hay que pagarlos igual.

¿Le concederán al nuevo gobierno más créditos? La próxima administración se instalará en los inicios de la campaña presidencial estadounidense y no sabemos si resultará prestar dinero a terceros países, cuando la filosofía imperante es el America first. No obstante, existe campo de maniobra, pues en el mercado global hay otras fuentes, entre ellas, la poderosa República Popular China, que ya ha realizado algunas inversiones en infraestructura en Argentina (una estación de observación, las tratativas para la construcción de un puerto, entre otras). De más está decir que en WDC no ven con simpatía una mayor presencia china en América Latina, pero como parece que Dios es argentino, además del Papa y de Messi, también le concedió litio y ese sí que es un atractivo para la inversión externa. Es aquí donde las disputas comerciales se entremezclan con las geopolíticas.

Como se puede observar, Argentina tiene un futuro próximo muy dinámico, donde política y economía se entrelazan. ¿Cómo repercutirá en Chile lo que sucede en nuestro principal vecino?

Lo primero es obvio: como Estado corresponde no interferir en los asuntos internos de otro Estado y también ser más proactivo, a fin de mejorar nuestra cooperación. Lo peligroso sería introducir los temas bilaterales en la agenda interna, peor aún en momentos electorales. Sin embargo, como hemos señalado en anteriores oportunidades, este puede ser un buen momento para abordar los temas en los cuales se han presentado diferencias entre nuestros países: la demarcación de la plataforma continental, finalizar la delimitación de Campos de Hielo y concordar nuestra proyección antártica. ¿Son temas urgentes? No, se pueden chutear para adelante, pero cabe preguntarse: si tenemos una excelente relación, ¿por qué no abordar ahora estos temas? (no para resolverlos en un año o dos, son temas complejos y que requieren la conformación de acuerdos sólidos).

Lo realmente peligroso sería que estos temas se colaran en el debate electoral y doméstico en ambos países, porque aquí se requiere tener visión de Estado y el acuerdo al que eventualmente se arribe debe contar con un sólido respaldo transversal en ambos lados de la cordillera. Hablando se entiende la gente y es mejor hablar cuando se vive una sana amistad, a hacerlo cuando las relaciones están deterioradas.

La fórmula puede ser variada: hay que dejarla a las respectivas cancillerías, a fin de que construyan un mecanismo con funcionarios de carrera y presidido en ambos casos por un excanciller, lo que permitiría sacar el tema de la contingencia y reafirmar la amistad y la disposición a la cooperación. Que dure lo que tenga que durar, y si abarca a más de un gobierno, mejor, porque de ese modo tendría un carácter estatal.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias