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La antropología y el poder Opinión Crédito: De painter from Brockhaus and Efron Encyclopedic Dictionary – reproduction from DVD http://www.iddk.ru/ru/cdrom/73147.html, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=7226258

La antropología y el poder

Bernardo Muñoz Aguilar
Por : Bernardo Muñoz Aguilar Antropólogo Social Universidad de Tübingen, Alemania.
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La proliferación de carreras de antropología a nivel mundial y también en el caso chileno ha posibilitado una gran difusión de estudios e investigaciones desde esta disciplina.


La información es poder, el conocimiento es poder y la antropología usufructuó de estos dos factores desde su nacimiento como ciencia colonialista al servicio de los distintos imperios prácticamente desde su nacimiento. Durante cien años, aproximadamente, la antropología generó conocimiento para sus primeros mandantes que fueron las coronas de los imperios colonialistas y con posterioridad los Estados europeos y el norteamericano, en donde la información que fluyó desde las colonias y los países latinoamericanos, durante el pasado y el presente siglo, contribuyó decididamente a un mejor conocimiento de estos y, por ende, a un mejor dominio de los invadidos. 

El caso documentado de la moderna influencia de la antropología en un gigante de las invasiones como lo es EE.UU.,  se atribuye a Margaret Mead, poseedora de un fuerte carácter y capacidades investigativas que revolucionaron a la antropología moderna. Su frase “para mí todo es antropología” no solo fue eso, sino que en verdad era parte de su quehacer no solo en el plano de la ciencia, sino que en el cotidiano y además en la política, espacio donde tenía llegada directa a los presidentes de los Estados Unidos. 

Esa antropología histórica y en muchos casos positivista dio pasos en muchas universidades y países del mundo a una de carácter crítica, muchas veces militante y comprometida con los procesos sociales a nivel mundial, especialmente en el siglo pasado y en el presente. En el caso latinoamericano, este cambio de paradigma se expresa también en el Encuentro de Barbados de 1971, en donde se reunieron cientistas del área social, universidades, Iglesia y Estados para propugnar una acción decidida en torno a la liberación de los pueblos indígenas. ¿Su debilidad? No estuvieron presentes justamente representantes de los pueblos indígenas sobre los cuales trató el encuentro, pero era el comienzo de otro tipo de apropiación de la historia y del objeto de estudio, que se transforma en un sujeto histórico. 

Después de esta época de consolidación de los nuevos aportes de la antropología, esta contribuye a los distintos ámbitos de la sociedad y sus colectivos comunitarios desde dichas ópticas, privilegiando la recolección de la información para el beneficio de los propios investigados y en múltiples aristas de las sociedades modernas, lo que hace de esta ciencia una moderna herramienta para la comprensión de las actividades humanas, en donde uno de los principales cambios es su orientación hacia el sujeto y su desarrollo humano a partir de la información que levanta ya sea en el trabajo de campo o en sus diversas orientaciones teóricas. 

El cambio paradigmático en torno al manejo de la información, el tratamiento que otorga privilegios a quienes la poseen y a quienes se la entregan, la convierten en una ciencia muy cercana al cuarto poder, el de la información. Este poder no es menor y la antropología está directamente relacionada a este. 

Es de público conocimiento que el poseer una ventana de medios de comunicación a lo largo de la historia de estos medios otorga una ventaja política, social, económica y cultural sobre aquellos(as) que no los poseen. 

Independientemente de que sean medios de derechas o izquierdas, orientados por temáticas específicas, de tirajes reducidos o puestos en la web para un acceso universal desde la puesta en el orbe, su comunicación comienza a jugar un rol de influencia mediática socioantropológica que incluso ha influido en golpes de Estado en diversas ocasiones alrededor del mundo, como lo fue el caso de El Mercurio en Chile en el periodo de la Unidad Popular.   

Ya sea desde las universidades, desde el ámbito público estatal o desde el mundo privado y en diversos campos de investigaciones, las ciencias antropológicas influyen en la generación de conocimiento y opiniones informadas para la toma de decisiones y en muchos casos para el bienestar de los colectivos con los cuales los(as) antropólogos(as)  trabajan estrechamente. 

Muchas veces la antropología y sus cientistas proponen, pero son los tomadores de decisiones los(as) que incorporan o no las categorías analíticas que han construido con sus investigaciones los(as) antropólogos(as). En el fondo, en la actualidad es una ciencia que con sus propuestas busca incidir en el desarrollo humano y la sostenibilidad de grupos humanos y los territorios en donde estos(as) cientistas trabajan.  

El Colegio de Antropólogos de Chile AG organiza las dinámicas de los congresos nacionales en conjunto con las universidades a cargo, crea grupos de trabajo, investiga sobre la empleabilidad de sus asociados(as), difunde el accionar de investigadores(as) y otorga información sobre  las distintas universidades que ofrecen becas, puestos de trabajo, publicaciones, congresos y seminarios a nivel internacional, entre otros aspectos de su accionar. Pero por sobre todo vela por temas éticos y políticos, como es el buen accionar profesional de sus asociados(as) y los derechos humanos en todas sus dimensiones.

Estar asociado al Colegio es sin duda un punto de referencia para los(as) asociados(as) y las universidades que imparten la disciplina, habiéndose creado en el año 2023, por parte del Colegio de Antropólogos AG, el Premio Nacional de Antropología, cuyo galardonado fue el profesor Juan Carlos Skewes Vodanovic, con una amplia trayectoria académica e investigativa.

A diferencia de las ciencias exactas como las matemáticas, la física y aun la biología, la antropología analiza y trata de comprender el comportamiento humano en todas sus dimensiones y variables, las cuales son altamente impredecibles y demandan de estos(as) cientistas, en muchos casos, gran parte de su vida investigativa para lograr establecer los diversos mecanismos que modelan y moderan los comportamientos de las sociedades estudiadas. Y es en este contacto con la naturaleza humana y su cultura en donde radica su principal poder.

El poder del Ejecutivo, del Legislativo, del Judicial y políticos partidistas tiene un gran peso a la hora de decidir sobre los destinos de un país, como es el caso de Chile, pero su poder expira con su mandato, como es el caso reciente de los(as) negociadores(as) para las próximas elecciones municipales y de gobernadores. Concluidas estas negociaciones, concluidos los gobiernos, se acaba el poder que se les otorgó para dichos fines. En cambio el poder del conocimiento de la antropología y de los(as) antropólogos(as) se acaba solo cuando termina la vida laboral o física de estos(as). 

Quizás por estos motivos es que en nuestra última reunión de diciembre del año 2023 se planteó la necesidad, por la relevancia de la disciplina en el país, de instaurar el Día Nacional del Antropólogo(a). 

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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