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Ira de la Concertación devuelve camas a usuarios de Fonasa

Ante las denuncias de lobby a espaldas del oficialismo, el Minsal decidió incluir una indicación que anule la polémica norma aprobada por la comisión de Salud del Senado. La medida fue adoptada luego de la amenaza de parlamentarios concertacionistas de no votar a favor de la Reforma Sanitaria.


Luego de una extensa jornada de lobby que comenzó cerca de las 12 horas en la cafetería de la Cámara de Diputados, el ministro Secretario General de Gobierno, Francisco Vidal, cedió a las presiones de los parlamentarios de la Concertación que conforman las comisiones de Salud y prometió echar pie atrás en el proyecto que autorizaba a los usuarios de isapres a utilizar las salas comunes de los hospitales públicos.



Esta promesa de última hora fue pactada entre el Gobierno y los parlamentarios, luego que los diputados oficialistas amenazaran con sabotear la tramitación del proyecto de licencias médicas -que había llegado a buen puerto el viernes pasado- y los senadores concertacionistas advirtieran al Ejecutivo que no votarían más proyectos a favor de la Reforma de Salud si el Ejecutivo insistía en favorecer el acceso de los pacientes de las isapres a las salas comunes del sistema público.



La polémica comenzó cuando el fin de semana pasado el Colegio Médico denunció que la comisión de Salud del Senado aprobó una indicación del Ejecutivo sobre el acceso de los cotizantes de isapres a las camas básicas de los hospitales, con tres votos de la Alianza y la oposición de los dos miembros concertacionistas de la comisión. Es decir, cuando el gremio denunció que el Gobierno estaba sacando adelante una iniciativa con el respaldo de la oposición y el rechazo de sus propios parlamentarios.



El revuelo generado por esta denuncia se agravó cuando un grupo de diputados concertacionistas reveló que el ministro de Salud, Pedro García, reconoció en una reunión que facilitar el acceso de las isapres a camas en hospitales públicos era parte de una estrategia para lograr los votos de la derecha en otras iniciativas, más importantes para el Gobierno, relativas a la Reforma de la Salud.



Este presunto lobby a espaldas de la Concertación ameritó la intervención del Gobierno a través de su vocero, Francisco Vidal, quien desde muy temprano intentó calmar los ánimos de los parlamentarios oficialistas y que durante la tarde anunció que el Ejecutivo daría pie atrás e incluiría, en la comisión de Hacienda, una indicación para dejar todo como estaba antes de la votación en la comisión de Salud del Senado.



El lobby a espaldas de la Concertación



La indicación del Ejecutivo aprobada la semana pasada por la comisión de Salud del Senado, que permitía a los usuarios de las isapres utilizar las camas de las salas comunes de los hospitales, se enmarca dentro de otras iniciativas que buscan que los servicios de Fonasa e Isapres sean complementarios y no excluyentes. Lo anterior, en el gran marco de la Ley de Autoridad Sanitaria impulsada por el Ejecutivo, como parte de la reforma a la Salud en el país.



Liliana Jadue, ex miembro de la comisión interministerial para la Reforma de Salud y actual consultora de esta comisión, explicó que lo que buscan éstas y otras iniciativas es "aumentar la complementariedad de estos servicios". Es decir aumentar, por un lado, el uso de los abonados de Fonasa del sistema privado y, por otro, potenciar la atención que reciben en el sistema público.



Respecto de la polémica indicación, dijo que ésta es aplicable en lugares como Coyhaique, "que no tiene servicios privados. Tiene muy pocos y esa gente no se puede atender en una clínica, que es el único hospital que hay allí".



Acerca de las ventajas y perjuicios de este modelo, señaló que si bien "habría un porcentaje mayor de pacientes pidiendo los servicios, son pacientes que van a pagar, entonces, el hospital, podría, con este dinero, juntar recursos para comprar insumos que le faltan para mejorar la atención".



Esta optimista opinión de la complementariedad de sistemas es compartida por el Ejecutivo, pero, a la vez, enérgicamente resistida por el Colegio Médico, quienes denuncian que este aumento porcentual del número de pacientes privados ocupando servicios públicos sería una clara privatización del sistema.



Específicamente, tanto los parlamentarios de la Concertación como el Colegio Médico consideran que las «facilidades» para que los usuarios de isapres accedan al sistema público debe tener límites. Y uno de esos límites es que no se les permita utilizar libremente las camas de las salas comunes de los hospitales. Esto, para no desplazar a la gente más pobre de la única posibilidad de hospitalización a la que tienen acceso. Ya que a juicio, por ejemplo, del senador Mariano Ruiz-Esquide (DC), «no hay camas libres que puedan usar los privados».



La favorable opinión del Gobierno sobre la participación de las isapres en el sistema -que según el Colegio Médico es más próxima a las ideas privatizadoras de la Alianza que a las concepciones políticas de la Concertación- deriva la tesis de un lobby gubernamental a espaldas del oficialismo, que habría concluido en la votación de la comisión de Salud del Senado de la semana pasada, en que los senadores Alberto Espina (RN), Evelyn Matthei (UDI) y Mario Ríos (RN) aprobaron la iniciativa del Gobierno, con el rechazo de los parlamentarios José Antonio Viera Gallo (PS) y Mariano Ruiz-Esquide.



Esta tesis, compartida por parlamentarios concertacionistas consultados por este medio, sostiene que el ministerio cedió en este punto frente a la Alianza, como pago al apoyo de los parlamentarios de la oposición en otras indicaciones "estatistas", como la referida a que las isapres cancelen el 100% de las prestaciones cada vez que utilicen un hospital público y la que plantea que los médicos del área privada que deseen ocupar infraestructura pública deberán trabajar, como mínimo, 22 horas semanales en el sistema público.



Este supuesto ya insinuado en las palabras -luego desmentidas- del ministro García, fue parcialmente ratificado por el propio Vidal quien, algo crípticamente, declaró «no soy agente secreto. Lo único puedo decir es que es natural, desde el punto de vista del Ejecutivo, que uno converse y negocie con los parlamentarios de su coalición y también de la oposición, ya que dada la correlación que hay en el Congreso no se puede ganar sólo con la Concertación».



A este antecedente se suma el encuentro sostenido el 28 de mayo de este año entre los senadores Espina y Matthei y el propio García, en un hotel de Providencia. Más que la reunión misma, lo llamativo es que luego de ella el ministro sostuviera que sólo se trató de una cita de conocimiento, en la que no se trató ningún elemento relativo a la Reforma, lo que a juicio de parlamentarios concertacionistas no sólo resultó inverosímil sino que poco transparente.



Al respecto, la senadora Matthei sostuvo ayer a Radio Agricultura que "fuera de esa reunión no ha habido ni una conversación por teléfono, ni una reunión, ni privada ni secreta jamás, ni con el ministro ni con cualquier otra persona del Gobierno que tenga algo que ver con la comisión de Salud".





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