Fuentes de Botnia admitieron que en la tarde del miércoles y durante unos quince minutos, aproximadamente, un fuerte olor fue perceptible en algunas zonas de la ciudad uruguaya de Fray Bentos.
Los olores que emite la planta de celulosa de la empresa finlandesa Botnia, cuya construcción ha generado el peor conflicto en décadas con Argentina, están «dentro de lo previsto y no afectan la salud», afirmó hoy la directora de Medio Ambiente de Uruguay, Alicia Torres.
«Es previsible que en el inicio de la producción de una planta de este tipo haya olores fuertes, pero estaba dentro de lo previsto», declaró Torres a medios de prensa locales.
La funcionaria aseguró que los olores, «dependiendo de la sensibilidad de cada uno, pueden ocasionar mareos, pero no significan ningún riesgo para la salud».
Fuentes de Botnia admitieron que en la tarde del miércoles y durante unos quince minutos, aproximadamente, un fuerte olor fue perceptible en algunas zonas de la ciudad uruguaya de Fray Bentos, distante a tres kilómetros de la planta.
La situación se debió a «ajustes en el marco del proceso de puesta en marcha de la planta», señaló la gerente de Comunicaciones de la empresa, Florencia Herrera.
Una maestra de una escuela pública situada en la periferia de Fray Bentos dijo que seis de sus alumnos sufrieron mareos por el fuerte olor.
«Hay una gran sensibilidad en la zona por todo el tema y los niños son quienes sufren más esa presión sicológica del entorno», destacó Torres.
La directora de Medio Ambiente previó que durante el primer mes de funcionamiento de Botnia se pueden repetir los episodios de mal olor en la zona.
«Es un tiempo razonable para el ajuste de la planta, pero todos los controles que se realizan de manera permanente (aire y agua que se vierte al río Uruguay) han dado resultados normales», agregó.
La planta de Botnia está ubicada a orillas del río Uruguay, límite natural entre Uruguay y Argentina y frente a las costas de la provincia argentina de Entre Ríos.
El gobierno argentino y grupos de vecinos de Entre Ríos se oponen a la planta con el argumento de que causará daños al medio ambiente de la región, lo que es negado por el Ejecutivo uruguayo y la empresa.
Integrantes de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, ciudad argentina situada a 27 kilómetros de la planta, bloquean desde hace un año el puente que la une con Fray Bentos como forma de protestar por la instalación de la factoría de Botnia.
La planta de celulosa, que comenzó a producir hace dos semanas, supuso la mayor inversión individual en la historia de Uruguay con 1.200 millones de dólares y su construcción derivó en el peor enfrentamiento en décadas entre ambos gobiernos con reclamos cruzados ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
Durante la pasada madrugada, un grupo de argentinos opuestos a la planta de Botnia pintó leyendas en su contra en una barcaza que transporta celulosa para la empresa y que quedó varada durante varias horas en el río Uruguay.
EFE
