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Más de 100 millones de rusos eligen este domingo a 450 diputados

La campaña electoral estuvo marcada no sólo por denuncias de todo tipo, sino incluso por el asesinato de uno de los candidatos, Farid Babáyev, cabeza de lista del partido liberal opositor Yábloko en la república norcaucásica de Daguestán.


Rusia vive hoy la jornada de reflexión en vísperas de las elecciones a la Duma (cámara de diputados), a las que están llamados a votar 108 millones de personas.



Tras casi tres meses de una controvertida campaña electoral, los once partidos que compiten por los 450 escaños ultiman los preparativos de sus estados mayores, desde donde seguirán el desarrollo de la jornada de votación.



El más «exótico», el del Partido Democrático, que centró su campaña en el ingreso de Rusia en la Unión Europea, se ubicará en París.



Dada la extensión de Rusia, geográfica y horaria, la jornada comenzará a las 20.00 GMT de hoy en la península nororiental de Kamchatka, frente a las costas de Alaska, y terminará a las 19.00 GMT de mañana en la región de Kaliningrado, enclavada entre Polonia, Lituania y Bielorrusia.



La campaña electoral estuvo marcada no sólo por denuncias de todo tipo, sino incluso por el asesinato de uno de los candidatos, Farid Babáyev, cabeza de lista del partido liberal opositor Yábloko en la república norcaucásica de Daguestán.



Otra formación opositora, Unión de Fuerzas de Derechas, denunció una campaña de acoso por parte de las autoridades y presentó un recurso para retirar la candidatura del presidente del país, Vladímir Putin, de la lista de Rusia Unida (RU), demanda que fue denegada por el Tribunal Supremo.



Además, en medio de la campaña, la Policía disolvió con dureza las manifestaciones conocidas como «marchas de los disidentes» y detuvo a decenas de activistas.



Ex líder de ajedrez



Uno de sus líderes, el ex campeón mundial de ajedrez Gary Kaspárov, fue condenado a cinco días de prisión.



Varios mandatarios extranjeros como el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y organizaciones internacionales de defensa de los derechos demandaron su liberación inmediata.



Sin embargo, nadie duda de quién será el vencedor en estas legislativas.



Rusia Unida, la formación oficialista que la oposición define como «partido de la burocracia», promete arrasar y hacerse con la mayoría absoluta, sobre todo después de que su lista esté encabezada por Putin, quien pretende convertir los comicios en una especie de voto de confianza a su gestión, crucial para la continuidad de su política.



Según el presidente ruso, el voto de confianza le dará la «autoridad moral» para garantizar la continuidad de las políticas del Kremlin, una vez que deje la Jefatura del Estado después de las elecciones presidenciales del 2 de marzo de 2008.



Nadie mejor que él mismo desenmascaró lo que en realidad es Rusia Unida, un partido que, según Putin, sigue sin tener una ideología definida y al que, por su «proximidad al poder», se han unido «numerosos arribistas».



Igual que hizo Putin durante su campaña electoral, Rusia Unida se negó a participar en los debates televisivos y limitó su programa a pregonar el «Plan de Putin», cuyo contenido tampoco descifró.



Comunistas asegurados



Sólo un partido más, según los pronósticos, tiene asegurada la representación en la nueva Duma, el Comunista.



Quizás puedan acceder, aunque con una representación casi simbólica, los nacionalistas del Partido Liberal Democrático del excéntrico Vladímir Yirinovski y los también oficialistas, de tinte más izquierdista, de Rusia Justa, liderada por el presidente del Senado, Serguéi Mirónov.



La oposición liberal, representada por la Unión de Fuerzas de Derecha y el partido Yábloko, prácticamente no tiene posibilidades de superar la barrera del 7 por ciento que da acceso al reparto de escaños.



En lo que todos los participantes de estas elecciones coinciden es en el llamamiento a acudir a las urnas.



Para la oposición, es la oportunidad de conseguir un mayor apoyo, y para los eventuales perdedores la única esperanza.



Para las autoridades, es toda una necesidad, pues, si bien las parlamentarias no requieren de un mínimo de participación ciudadana para que sean reconocidas como válidas, el porcentaje de electores que acuda a los lugares de votación no es un asunto baladí cuando esos comicios se presentan como referéndum.



«De hecho, se trata de un referéndum, de un referéndum de apoyo a Vladímir Putin y, lo que es más importante, de respaldo a su política», resaltó el líder de Rusia Unida y presidente de la Duma saliente, Borís Grizlov, al llamar a los electores a no ignorar la votación.



EFE


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