Ambas aficiones se identifican con el mismo apodo y el debate sobrepasa el campo de juego.
En el Mundial de Fútbol 2010 hay una guerra no declarada, cuya batalla decisiva puede darse este viernes en el estadio Loftus Versfeld de Pretoria, Sudáfrica. Se trata de una lucha por el rojo, o La Roja, como se conoce a las selecciones de España y Chile respectivamente.
En esta oportunidad, el ganador no se medirá sólo por los goles a favor, pues lo que está en juego es más que una clasificación a octavos de final: es la identidad del equipo de una nación.
Es el apodo ganado a pulso por las selecciones que han hecho historia en el fútbol. Cuando alguien dice que es celeste no hay duda de que se trata de Uruguay, los albicelestes son argentinos y les bleus se refiere a Francia. Es una cuestión de respeto fuera y dentro del campo.
El problema que tienen ahora españoles y chilenos es que si dicen que son de La Roja lo primero que surgen son dudas. ¿De cuál roja hablan? Y así podría ser muy difícil imponerse en un estadio.
Al parecer el responsable de tal confusión sería el anterior seleccionador de España, Luis Aragonés, quien no estaba muy contento con el apodo que tenían los ibéricos hasta entonces, La Furia roja, y empezó a acuñar el término de La Roja a secas.
Aragonés no tomó en cuenta que en el mundo ya había una roja, que si bien hasta ahora no ha ganado ningún título, en su haber acumula varios terceros puestos en mundiales y juegos olímpicos.
De hecho, a Chile se le conoce como La Roja desde el Mundial España 82, a pesar de que se empezaron a uniformar con tal color desde los años 40.
Aunque se apuntaron al color años más tarde, la suerte de los españoles estuvo en que la selección chilena no pasaba por su mejor momento cuando el sentimiento de su roja empezó a tomar fuerza.
Los chilenos habían tocado piso en la Copa América 2007 celebrada en Venezuela con una humillante derrota ante Brasil y seguida por un escándalo en el hotel donde se quedaban.
España, por su parte, estaba a un paso de hacer historia en la Eurocopa 2008, en la que quedaron como campeones. Hoy en día, para los españoles no hay duda de que la roja de «toda la vida» es la de ellos.
No obstante, esto no soluciona el embrollo monocromático en que Chile y España están metidos. ¿Qué le da más validez a una roja sobre la otra?
Como en el deporte en general y el fútbol en particular el pasado sólo cuenta para las estadísticas, la puja por el color está más vigente que nunca.
Si se toma en cuenta el resultado en este Mundial, Chile lleva la delantera, siendo hasta el momento -y cuando queda un partido por disputar- el equipo que lidera la el grupo H con seis puntos.
Pero si lo que se mide es el mérito, entonces Marcelo Bielsa, el técnico de Chile, no escatima elogios para La Roja de España. Aunque sabe -y lamenta- que «la valoración de las producción se hace por lo que se consigue y lo que se evita».
Si lo que se debe juzgar es el juego, entonces estamos ante dos selecciones muy parecidas; las dos buscan el ataque.
«Nosotros hace mucho tiempo que jugamos del mismo modo. Lo que cambia es la intención de intentar de superar al rival, y eso es lo que vamos a hacer mañana», advirtió Bielsa durante la rueda de prensa en Pretoria.
La selección española no es ajena a la fuerza y estilo de juego de sus contrincantes por La Roja. «La selección de Chile es un equipo muy intenso, con mucho ritmo y prácticamente no te dejan respirar», concede el mediocampo español Xavi.
«Se agradece que un equipo juegue de ‘tú a tú'», continúa Xavi. «Imagino que el partido (de este viernes) sera uno muy atractivo».
Tanto las selecciones de España como la de Chile funcionan muy bien en colectivo. Cuentan con jugadores que destacan pero es el juego en equipo lo que predomina.
Sin embargo, Xavi considera que si se trata de medir el nivel individual de los jugadores, «a priori pareciera mejor la selección española, pero luego hay que demostrarlo».
De todas formas, ser de La Roja chilena o La Roja española es un sentimiento que está más relacionado con la afición. Será ella la que tenga la última palabra partido tras partido.
