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Subsecretario del Interior: «Gabriel Boric llamó a manifestarse con enojo, y creo que lo logró»

Manifestación estudiantil deja como saldo 472 personas detenidas y una treintena de policías heridos.


La manifestación de los estudiantes realizada ayer en contra del lucro en la educación dejó en Santiago 472 jóvenes detenidos, 36 policías heridos, varios de ellos con fractura nasal, microbuses incendiados y saqueos a varios locales comerciales.

«Fuimos testigos de una de las manifestaciones más violentas que se ha producido en la ciudad de Santiago», sostuvo esta mañana el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien responsabilizó de los desmanes a los organizadores y en especificó al presidente de la FECh: «Gabriel Boric llamó a manifestarse con enojo, y creo que lo logró».

«La intendenta les dijo que autorizaba la Alameda bajo la condición que se responsabilizaran de los hechos que iban a suceder (…) como dijo Carabineros, desde el inicio de la marcha, saliendo en Plaza Italia, habían grupos de manifestantes que comenzaron con destrozos, a diferencia de otras marchas donde estos hechos se producían al final», acotó la autoridad.

Por su parte, el general de Carabineros Luis Valdés señaló «tuvimos una jornada de violencia, preocupante. Sufrimos un ataque a un microbús nuestro, fuimos testigos de un ataque a un camión de guardias de prisiones, a un microbús de la locomoción colectiva y varios saqueos».

Valdés hacía alusión al ataque que sufrieron, por parte de encapuchados, varios supermercados, farmacias, un local de venta de teléfonos móviles, destrozos de 15 semáforos y la destrucción de 50 señaléticas (letreros metálicos que identifican el nombre de las calles), entre otros.

El general, jefe de la zona metropolitana de Carabineros, también apoyó el actuar de un carabinero que hizo uso de las armas «porque estaba en una turba, con agresividad extrema, y evitó un mal mayor».

Un suboficial que acudió en ayuda de una carabinera que fue atacada con piedras y arrojada al piso por varios encapuchados que intentaban saquear una farmacia, decidió sacar su arma de servicio para amedrentar la turba que les atacaba, aunque no llegó a disparar, explicó el general.

En tanto, la intendenta de la Región Metropolitana, Cecilia Pérez, llamó a los líderes del movimiento estudiantil a hacerse responsables tras los daños a la propiedad pública y privada registrados durante la marcha.

«Esta brutalidad protagonizada por un grupo de delincuentes debe ser rechazada por todos los actores sociales sin titubeos y con la mayor claridad, pero aún con más fuerza por aquellos que hoy día convocaron a esta manifestación», enfatizó.

Por su parte, el alcalde de Santiago, Pablo Zalaquett, calificó este jueves la marcha estudiantil realizada en la capital como la «más violenta jamás vista los últimos años».

En este sentido, el jefe comunal pidió que no se autoricen más manifestaciones durante la semana y sólo puedan realizarse los fines de semana.

Los líderes estudiantiles cifraron en 150.000 los asistentes a la marcha, que se convirtió en una prueba de que el movimiento que surgió en 2011, cuando salieron a las calles más de 40 veces, no ha perdido poder de convocatoria. Por su parte la policía dijo que los asistentes fueron 40.000.

Los estudiantes siguen exigiendo erradicar el modelo impuesto en 1981 y terminar con los altos precios que deben pagar por sus estudios, pese a que el Gobierno de Sebastián Piñera ha emprendido algunas medidas para mejorar la supervisión y facilitar el pago a los alumnos.

Esta vez, los jóvenes apuntaron sus dardos contra el lucro en la educación, en el que muchos centros incurren a través de subterfugios legales.

Uno de ellos consiste en que las sociedades que controlan estas universidades constituyen de forma paralela empresas inmobiliarias que arriendan locales a la misma universidad y obtienen así beneficios.

En Santiago, la manifestación partió desde Plaza Italia, epicentro de la capital, y transcurrió por más de dos kilómetros por la Alameda, su principal eje, hasta que viró hacia el sur para finalizar con un acto cultural en Blanco Encalada.

Según la policía, los incidentes se agravaron al término de la marcha, cuando grupos de encapuchados lanzaron piedras al contingente policial.

Tras esta manifestación, los estudiantes entregaron en La Moneda y en el Congreso sendas cartas con sus principales demandas.

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