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La batalla de Carolina Tohá contra la derecha conservadora en el Teatro Municipal Sacó del directorio a empresarios vinculados a importantes grupos económicos

La batalla de Carolina Tohá contra la derecha conservadora en el Teatro Municipal

Felipe Saleh
Por : Felipe Saleh Periodista El Mostrador
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La sangre no llegó al río y en público los términos fueron totalmente pacíficos. Sin embargo, en la trastienda sí hubo molestias, críticas y hasta sutiles amenazas por los diarios a causa de los cambios que la nueva alcaldesa hizo en el directorio que maneja el recinto de calle Agustinas.


“Incertidumbre” es la palabra que ronda en los pasillos del Teatro Municipal. Los cambios en el directorio que maneja el recinto, anunciados por la alcaldesa Carolina Tohá, aunque se dieron en un clima bastante pacífico, dejaron el ambiente tenso.

Aunque cambió a más de la mitad de los directores, la decisión de Tohá estuvo lejos de ser radical. En efecto, el director ejecutivo Andrés Rodríguez, cumplió 30 años en el puesto y en esta pasada seguirá en su lugar. Pero la decisión de la alcaldesa golpeó particularmente al círculo de derecha más conservadora ligado al Teatro de calle Agustinas.

Los directores, como es habitual cuando comienza el período de un alcalde, pusieron sus cargos a disposición de la autoridad, que ejerce como presidente la Corporación Cultural de Santiago, encargada del Teatro.

Este acto había sido una formalidad, hasta ahora. Carolina Tohá aceptó la renuncia de seis personas. La cantante contralto Carmen Luisa Letelier, premio nacional de música que se alejó por razones de salud y Jorge Segovia, dueño de la Universidad SEK y director en la ANFP.

La ópera de los renunciados

Con ellos salió también Joaquín Villarino Herrera, presidente del Consejo Minero, el gremio que junta a las mineras privadas y director entre otras empresas, de la Compañía Chilena de Navegación Interoceánica, naviera vinculada a la familia Urenda, históricamente ligada a la UDI.

También cercano a la UDI, a través del cupo que ese partido le dio para ser concejal por Las Condes, está otro de los directores que abandonan el Teatro, Mikel Uriarte Plazaola. El ingeniero comercial es actualmente director de Fonasa. Antes de ocupar ese cargo en el Estado, Uriarte tenía una carrera en la empresa privada. Fue director de la Asociación Nacional de Aseguradores. Trabajó en esa industria en Cruz del Sur, propiedad del Grupo Angelini y en Agunsa, cuando en la compañía además de los Urenda participaba el fallecido Ricardo Claro.

Precisamente otra de las personas que dejaron el Teatro Municipal por decisión de Carolina Tohá, es nada menos que María Luisa Vial, la viuda del temido empresario, que murió horas después de asistir a una función de “Las Bodas de Fígaro” de Mozart, en octubre de 2008.

Otro de los que dejó el directorio a instancias de la nueva administración municipal fue Matías Pérez Cruz. Empresario, su familia está ligada a la Compañía General de Electricidad, conglomerado energético con activos en el sector eléctrico y gasífero en Chile y Argentina. Entre sus filiales está Gasco y Metrogas, de las que Matías Pérez es director y presidente, respectivamente.

Guerrilla epistolar

En efecto, Gasco es uno de los auspiciadores importantes del teatro. Este directorio logró manejar las deudas de la entidad, las que por años fueron un gran problema y que casi le cuestan el puesto a Andrés Rodríguez en la época de Joaquín Lavín como alcalde de Santiago.

[cita] «Echaron a andar su maquinaria», dice una fuente del municipio, en alusión al tono alarmista de las publicaciones en los medios, que incluyen un editorial de La Tercera del sábado 27 de enero afirmando que «habría resultado deseable que los cambios de personas que se han producido se hubieran realizado de manera gradual, en un contexto de diálogo y no de imposición».[/cita]

Por eso, aunque la salida de los directores se dio en términos amigables, las primeras críticas a la decisión de Carolina Tohá apuntaron a que sacando a los empresarios los aportes al teatro podrían disminuir drásticamente.

Así lo afirma una fuente del directorio citada por revista Que Pasa en un artículo sobre este tema publicado la semana pasada.  Paralelamente en El Mercurio, los concejales Carolina Lavín y Carlos Kubik publicaron una carta donde afirmaban que el municipio debió aprobar la entrega de $ 100 millones al Teatro “debido a mermas que está teniendo en la captación de fondos privados”.

Días después, el miércoles 30 llegó la respuesta firmada por los concejales de oposición, en donde se precisaba que el subsidio fue aprobado porque Pablo Zalaquett recortó el presupuesto de 2.800 a 2.600 millones de pesos.

Más allá de las cifras (el Teatro Municipal maneja en total unos 14 mil millones de pesos al año derivados de distintas fuentes) y aunque los términos en que salieron los directores fueron pacíficos y amigables, la molestia de los renunciados no es menor.

“Echaron a andar su maquinaria”, dice una fuente del municipio, en alusión al tono alarmista de las publicaciones en los medios, que incluyen un editorial de La Tercera del sábado 27 de enero afirmando que “habría resultado deseable que los cambios de personas que se han producido se hubieran realizado de manera gradual, en un contexto de diálogo y no de imposición. La controversia que se ha generado ayuda poco al Teatro Municipal, pues lo ubica en el centro de un debate que adquiere ribetes políticos”.

En la municipalidad defienden su idea de nombrar un directorio más diverso que incluye al periodista René Naranjo, el director de ediciones UDP Matías Rivas, a Luisa Durán de Lagos, al actor Benjamín Vicuña y la periodista especializada en audiencias María Inés Silva.

De los antiguos directores se mantiene el abogado Enrique Barros, Cecilia Domínguez de la Corporación de Amigos del Arte y Paola Luksic directora de la Fundación Andróniko Luksic, que aporta 500 millones de pesos al año para el Teatro Municipal.

El último bastión cultural

Desde la campaña de Carolina Tohá a la alcaldía de Santiago rondaba la idea de hacer cambios profundos en el Teatro para convertirlo como ha dicho la edil en un teatro de alcance nacional. “El objetivo del nuevo directorio es impulsar una mayor apertura del teatro a un público más amplio y una mayor cercanía de la programación con la comunidad”, dijo Tohá cuando se conocieron los cambios.

En su entorno afirman que el diagnóstico estaba hecho hace tiempo. “La inquietud viene desde hace años pero antes los alcaldes eran totalmente afines a la administración y no hubo cambios. Pero el diagnóstico que incluía salas a medio llenar, estaba hecho. Ahora, la molestia viene porque este era el último bastión cultural de la derecha, no tienen más y eso igual es fuerte. Las cartas o publicaciones suenan más a amenazas que a otra cosa”, afirman.

De todas formas, en la División de Cultura de la municipalidad que encabeza la publicista y gestora cultural Morgana Rodríguez, antes a cargo del Centro Cultural Palacio de La Moneda y cercana al laguismo, afirman que el 100 % de los auspiciadores se ha comprometido a seguir y que tanto Mikel Uriarte como Matías Pérez Cruz han conversado con Carolina Tohá para ofrecer su colaboración con el teatro.

Andrés Rodríguez, el veterano director del recinto está de vacaciones, pero en su entorno aseguran que aunque los cambios lo sorprendieron, “está tranquilo”. En marzo se espera que el nuevo directorio tenga su primera reunión de trabajo y se elija al vicepresidente en reemplazo de Matías Pérez Cruz.

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