La impronta de Bachelet tras el proyecto de aborto terapéutico

Cuando aterrice este sábado en la mañana directo desde Guatemala, la Presidenta Michelle Bachelet firmará el proyecto de ley sobre aborto terapéutico, con lo que pondrá el broche de oro a dos exitosas semanas para su administración, luego que el Congreso despachara todas las prioridades legislativas del gobierno, desde la reforma educacional, pasando por el fin del sistema binominal y la aprobación del Acuerdo de Unión Civil. Si bien se siguen afinando detalles del texto, en La Moneda son claros en que el anuncio se ajustará estrictamente a lo planteado en el programa de gobierno y por la propia Mandataria: para casos de riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación.

El propio vicepresidente, Rodrigo Peñailillo, dijo que en este tema el objetivo es “cumplir con lo que dice nuestro programa”, mientras que fuentes de gobierno ratificaban que se ceñirán a las tres causales conocidas y que no habrá “ni más ni menos” que eso en el proyecto.

Para elaborar el mensaje presidencial, explicaron en el Ejecutivo, se recogieron aspectos de todas las mociones parlamentarias que están en este momento en el Congreso, se revisó la legislación internacional sobre aborto terapéutico y se consideraron experiencias comparadas. “Están todas las visiones contenidas”, afirmaron en el gobierno. Con eso, el objetivo de La Moneda es darle un sello de “transversalidad” al proyecto, abarcar la máxima amplitud para el debate, pero también que ningún sector del oficialismo se sienta privilegiado en este tema, considerando las susceptibilidades a flor de piel que genera.

Desde la semana pasada que el borrador del mensaje presidencial está en el escritorio de Bachelet, pero la propuesta ha sido revisada y afinada todos estos días por un equipo del Sernam y el Ministerio de Salud.

Aunque esa tarea ha sido conjunta, es el Sernam, dirigido por la PC Claudia Pascual, el que lleva las riendas y la coordinación del tema, por decisión de la propia Mandataria –explicaron– para que la discusión del aborto tenga la impronta de ser un derecho de las mujeres y no se reduzca a aspectos científicos y de salubridad.

“La Presidenta está profundamente convencida de que es un derecho de las mujeres”, acotaron desde el gobierno, visión que obtuvo y reafirmó –tal como la propia Mandataria lo ha reconocido públicamente– luego de su paso a la cabeza de ONU-Mujeres. Dar esa impronta fue uno de los factores que pesó en la decisión presidencial de optar por un mensaje y no patrocinar uno de los proyectos ya en trámite.

Sin prisa pero sin pausa

Ante el inminente anuncio, algunos sectores más reacios al tema ya han puesto sus cartas sobre la mesa, como la DC, que públicamente ha pedido al gobierno que durante la tramitación, las tres causales de aborto terapéutico sean votadas por separado. “Todavía la Presidenta no anuncia su decisión y ya lo están votando en el Congreso, esperemos la decisión de la Presidenta, pero no le tengamos temor al debate”, sentenció Peñailillo.

[cita]Para elaborar el mensaje presidencial, explicaron en el Ejecutivo, se recogieron aspectos de todas las mociones parlamentarias que están en este momento en el Congreso, se revisó la legislación internacional sobre aborto terapéutico y se consideraron experiencias comparadas. “Están todas las visiones contenidas”, afirmaron en el gobierno. Con eso, el objetivo de La Moneda es darle un sello de “transversalidad” al proyecto, abarcar la máxima amplitud para el debate, pero también que ningún sector del oficialismo se sienta privilegiado en este tema, considerando las susceptibilidades a flor de piel que genera.[/cita]

La agenda legislativa estuvo demasiado estrecha y a eso se sumaron viajes al extranjero de la Mandataria, como la Cumbre de la CELAC y la gira a Guatemala, esta semana. Por eso, Bachelet firmará el proyecto este sábado 31 antes del mediodía en La Moneda y ese mismo día se ingresará al Congreso, a través de la Cámara de Diputados.

Después del receso estival del Parlamento, ya en marzo, será la Segpres la que determinará la urgencia con que se tramite el mensaje, aunque desde el gobierno afirmaban que estaría descartado aplicar la suma urgencia, que implica un plazo máximo de 15 días de tramitación en cada cámara.

Es que La Moneda tiene resuelto no apurar el debate parlamentario, que sea “sin prisa” y permitir el espacio para la opinión de todos los sectores. Ello como una forma de ir canalizando el ruido que generará el tema, especialmente al interior de la Nueva Mayoría, donde no hay una opinión común.

En ese escenario, La Moneda apuntará a que la unidad y cohesión de la Nueva Mayoría no sea medida el 2015 con la vara del debate de aborto terapéutico, apelando y recalcando, de ser necesario, que es un tema ideológico y valórico, no político, por lo que –agregaron– son respetadas todas las posturas.

Los tironeos y ruidos en el oficialismo no pasan solamente por los sectores más conservadores de la Nueva Mayoría, sino que también por la vereda de los más reformistas. El senador PPD, Guido Girardi, encabeza el ala más de avanzada en este tema, es autor de uno de los proyectos que se encuentra en trámite en el Congreso y presionó públicamente para mantener en la agenda el debate de este tema, a la espera que La Moneda cumpliera con su plazo autoimpuesto de zanjar una postura definitiva antes del 31 de enero.

Si bien Bachelet no acogió el proyecto de Girardi, el jefe de la bancada de senadores PPD destacó que «el gobierno de la Presidenta Bachelet no se esconde atrás de una moción parlamentaria y decidió enviar un proyecto propio (sobre aborto terapéutico), lo que valoramos, ya que es una señal muy clara de que cumplirá su programa. Soy partidario de darle prioridad a su iniciativa», al tiempo que señaló que «todos quienes se cobijaron detrás de Michelle Bachelet para ser electos, deben apoyar a la Presidenta en su compromiso con el país asumido en su programa de gobierno».