Jorge Burgos reconoció la responsabilidad y Lily Pérez pide que renuncie
Aunque tuvo todos los votos necesarios de la Nueva Mayoría y gran parte de los senadores reconoció sus capacidades técnicas y profesionales, la oposición cuestionó que fuera cercano al oficialismo. De esta manera, el ministro del Interior no logró conseguir el voto que hacía falta.
El Senado votó esta tarde la nominación de Enrique Rajevic Mosler como el Contralor General de La República, en reemplazo de Ramiro Mendoza, después de siete meses de vacancia.
Los parlamentarios rechazaron el nombramiento por 21 votos a favor –se necesitaban 22–, 12 votos en contra y 3 abstenciones.
La sesión comenzó con el presidente de la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento, Alfonso de Urresti, quien citó la exposición que Rajevic hizo ante esa instancia la semana pasada y donde aclaró los cuestionamientos por una beca de doctorado entregada por el Estado, la que no habría terminado en el plazo requerido, situación que provocó el intento de una demanda desde el CDE, que finalmente prescribió.
Por otra parte, De Urresti mencionó las dudas sobre la figura de Rajevic, que fue cuestionada por algunos senadores por haber sido asesor de algunos ministerios durante los gobiernos de la Concertación, como en el Ministerio de Vivienda, donde se desempeñaba hasta ahora.
La primera en cuestionarlo fue la senadora de Amplitud Lily Pérez, quien dudó de su imparcialidad por el trabajo que ha desempeñado en este Gobierno. Además, habló de presiones desde el ministro Jorge Burgos hacia algunos senadores. Al final de la votación, Pérez dijo que Burgos debía «dar un paso al costado», luego que «él dijera que asume la responsabilidad ante un eventual fracaso».
Baldo Prokurica, por su lado, dijo que el currículo de Rajevic «afecta directamente la independencia que debe tener el cargo de Contralor». Además citó un aporte que Rajevic hizo de manera personal a la campaña de Michelle Bachelet.
El también senador RN, Manuel José Ossandón recalcó que su trabajo siempre ha estado ligado a los gobiernos de la Concertación y la Nueva Mayoría, y que «tendría que morder la mano que le dio de comer y por Dios que es difícil que eso ocurra», añadiendo que el Contralor «no puede ser de confianza del Gobierno de turno» y que la designación no les dará garantías. «Algunos colegas se van a tener que tratar su profunda opinión por una presión indebida. Fueron metidos a una moledora de carne», aseguró.
En contraste, Carlos Montes, senador del PS, dijo que le resultaban «chocantes» las «descalificaciones» contra Enrique Rajevic. Montes reconoció que ha trabajado con él en el Congreso y calificó su trayectoria de «impecable». «Quien lo haya conocido sabe de su capacidad para tener un juicio ecuánime», apuntó. «Quiero que reconozcan que en el Gobierno anterior se decidió nombrar a una persona de otro sector, teniendo en cuenta su capacidad», añadió.
Jorge Pizarro, en representación de la DC, afirmó que la derecha podía oponerse, pero no puede «descalificar a una persona en medio de su trayectoria intachable, a una persona que es hija del esfuerzo, una persona que se recibe en la Universidad Católica con nota 7, que recibió el premio Carlos Casanueva y que ha servido a la patria en una materia trascendental, como es la transparencia».
El Gobierno necesitaba 22 votos para su aprobación y para ellos el ministro del Interior, Jorge Burgos, le solicitó al senador Fulvio Rossi que interrumpiera su licencia médica en medio de un tratamiento por cáncer para llegar al Senado y dar su voto, luego de lo cual se retiró de la Sala.
Un voto clave era el de Hernán Larraín. El presidente de la UDI lo conocía por haber sido, el fiscal, alumno de la Universidad Católica, incluso fue su ayudante. Por eso Larraín consideró que era una de las decisiones más difíciles de los 21 años que lleva en política. «En mi caso personal he votado muchas veces en contra de lo que ha planteado mi bancada. Hoy sin embargo me toca presidir un partido, no creo en las ordenes de partido, pero si en las voluntades de partido que se van aunando para darnos coherencia», expresó, y finalmente se abstuvo, por lo que su voto se sumó al rechazo.
Al igual que el senador Antonio Horvath, quien habló a favor de Rajevic, pero de todas formas se abstuvo.
Tras la votación el ministro Jorge Burgos reconoció que él propuso el nombre a la Presidenta y que además había voluntad política de no aprobarlo. «Es una mala noticia para el país, para todo el Gobierno, porque trajimos un buen nombre. Todas las personas hablaron de su capacidad. El Gobierno de Sebastian Piñera lo contrató. Pero ningún senador de oposición fue capaz de hacer ese análisis».
«Yo le propuse el nombre a la Presidenta y me voy con una sensación muy amarga», afirmó Burgos, quien no consiguió comprometer el voto del senador de la oposición que hacía posible la aprobación.
