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Aníbal Pauchard (IPBES) advierte sobre peligrosa sinergia ambiental: especies invasoras e incendios

Chile y Hawái, aunque distantes geográficamente, enfrentan una crisis común de incendios forestales y proliferación de especies invasoras, exacerbada por el cambio climático. El profesor Pauchard, el único chileno de los tres copresidentes del comité internacional a cargo de un reciente estudio de la plataforma intergubernamental de ciencias —IPBES—, señaló que en Hawái la introducción de pastos africanos para impulsar la ganadería resultó en incendios descontrolados debido a condiciones ambientales más secas y fuertes vientos, agravados por el cambio climático. En Chile, en tanto, especies como aromos, pinos y retamillas, introducidas por razones ornamentales o económicas, se convierten en peligrosos combustibles durante veranos calurosos y ventosos, también agravados por el cambio climático.


“Tenemos que preocuparnos de cómo están afectando el ambiente y la calidad de vida”. Aníbal Pauchard, profesor de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción y director del Instituto de Ecología y Biodiversidad de Chile, alertó sobre los peligros de las especies exóticas invasoras que afectan el medio ambiente, la economía y la salud humana.

De acuerdo con la última evaluación de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), las actividades humanas han introducido más de 37.000 especies exóticas en todo el mundo. De ellas, más de 3.500 son consideradas especies exóticas invasoras dañinas y suponen una grave amenaza.

Aníbal Pauchard, el único chileno de los tres copresidentes del comité internacional a cargo del estudio del IPBES —que fue elaborado por 86 especialistas de 49 países durante más de cuatro años y medio—, señaló en Al Pan Pan con Mirna Schindler que estas especies invasoras han causado incluso extinciones. Además, mencionó que el tráfico global de mercancías facilita la llegada de estas especies y enfatizó la necesidad de aumentar los controles y la prevención.

El profesor identificó al menos tres especies problemáticas: el jacinto de agua, la lantana y la rata común, además de los mosquitos. Y, si bien reconoció avances en el control fronterizo chileno, sostuvo que todavía hay trabajo por hacer en la gestión de plagas ambientales y en la agricultura, especialmente en la prevención de incendios forestales.

Incendios forestales y especies invasoras: una peligrosa sinergia ambiental

En medio de un mundo que cada vez experimenta más los estragos del cambio climático, dos lugares distantes geográficamente pero unidos por un dilema común, Chile y Hawái, enfrentan una crisis que amenaza sus ecosistemas y la seguridad de sus comunidades: los incendios forestales y la proliferación de especies invasoras.

Según el profesor Pauchard, el escenario que se presenta en Hawái es un ejemplo emblemático de cómo las decisiones humanas y el cambio climático pueden dar lugar a situaciones catastróficas. Y es que en un esfuerzo por impulsar la ganadería se introdujeron pastos africanos en la isla. Sin embargo, con el tiempo, la actividad ganadera disminuyó y el crecimiento desmedido de estos pastos se convirtió en un problema, especialmente cuando las condiciones ambientales se volvieron más secas y los vientos se hicieron más fuertes, factores exacerbados por el cambio climático. Este cóctel explosivo llevó a los recientes incendios forestales fuera de control en Hawái.

La historia de Chile presenta similitudes notables. Aunque no cuenta con pastos africanos, enfrenta un desafío igualmente preocupante con especies como los aromos, los pinos y las retamillas. Estas plantas, muchas de ellas introducidas por motivos ornamentales o económicos en el pasado, se convierten en peligrosos combustibles cuando se secan durante los veranos cálidos y ventosos. Esta situación, agravada por el cambio climático, de acuerdo con el académico de la Universidad de Concepción, ha dado lugar a incendios forestales devastadores.

Lo que ambos casos ilustran es una “peligrosa sinergia” entre el cambio climático y las especies invasoras. El cambio climático crea condiciones propicias para la propagación del fuego, mientras que las especies invasoras aprovechan estas condiciones para expandirse y colonizar nuevos territorios. Es una “retroalimentación negativa” que conduce a incendios cada vez más graves y una mayor propagación de especies invasoras.

En este contexto, es esencial tomar medidas preventivas y de mitigación. Esto implica la implementación de estrategias de manejo de especies invasoras, así como la promoción de prácticas forestales sostenibles y la concienciación sobre la importancia de prevenir incendios forestales. Además, es imperativo abordar el cambio climático a nivel global para reducir la frecuencia y severidad de las condiciones climáticas extremas que alimentan estos incendios.

Chinitas, cotorras y castores

El profesor Pauchard también mencionó ejemplos de especies invasoras en Chile, como las “chinitas arlequín”, introducidas con buenas intenciones pero que se han propagado sin control. También señaló la presencia de la cotorra argentina y los castores, que cruzaron barreras geográficas y causaron daños ambientales.

Ante la pregunta sobre la reversibilidad de estos casos, Pauchard enfatiza la importancia de mejorar el control en las fronteras y la detección temprana. Si la erradicación no es posible, sugiere la implementación de medidas de control para limitar su propagación y población. En este sentido, el académico destacó que en junio de este año la Ley para la Naturaleza, que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, pasó con éxito su último trámite y quedó ad-portas de convertirse en ley, luego de que el informe de la Comisión Mixta fuera votado y aprobado por la sala de la Cámara de Diputadas y Diputados por 131 votos a favor.

Dicha ley llevaba 13 años de tramitación en el Congreso y permitirá concretar la creación de un organismo público para el cuidado de las áreas protegidas del país y de la biodiversidad que se encuentra al interior y exterior de esos territorios. Este servicio posibilitará, además, enfrentar de mejor manera las graves crisis de pérdida de biodiversidad y cambio climático que afectan a Chile y al planeta.

El informe del IPBES,  más que un golpe a la globalización, según el profesor Pauchard, es “buscar cómo hacer una globalización adecuadamente, en la cual podamos seguir disfrutando los beneficios de tener especies distintas, porque es bueno tener especies de otros lugares, pero hay que hacerlo con mucho cuidado y están las herramientas”. Es decir, es una “globalización con cuidado”, concluyó.

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