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Desde Sergio Bobadilla a Ximena Rincón: el ranking de políticos con “lenguaje tóxico” en RRSS PAÍS

Desde Sergio Bobadilla a Ximena Rincón: el ranking de políticos con “lenguaje tóxico” en RRSS

Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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El estudio Toxicidad y violencia en X,–sobre el lenguaje tóxico empleado durante la campaña del pasado plebiscito– detectó a 15 políticos con lenguaje abusivo, destinado a denostar a adversarios. La mayoría son de Republicanos y la UDI, pero también hay comunistas y un parlamentario del PS.


El reciente estudio Toxicidad y violencia en X, elaborado por la Fundación Chile 21 –ligada al mundo de la ex Concertación–, constató con información cuantitativa que el uso del lenguaje grosero, el insulto y la falta de respeto forman parte habitual del acervo comunicacional de un grupo de personajes públicos, principalmente parlamentarios, lo que utilizan para denigrar a colectivos o adversarios políticos.

El registro de “mensajes tóxicos” abarca a gran parte del abanico de colectividades y corrientes políticas que van desde el Partido Republicano al Partido Comunista, pasando por la UDI, el Partido Socialista, independientes y Demócratas.

De un total de 12.870 tuits de personajes políticos, recolectados entre el 03 de noviembre y el 18 de diciembre de 2023, los investigadores Daniel Grimaldi, Claudio Coloma, Eric Cuenca y Tomás Arias comprobaron que, en general, las cuentas de políticos mantienen la civilidad en las comunicaciones digitales y que no se está frente a una “clase política” que alimente constantemente el odio y la violencia en las redes sociales. Sin embargo, hay un significativo 16,9% de tuits que demuestra que hay políticos que sí lo hacen, y que en dicha práctica –de acuerdo con las conclusiones del estudio– los mensajes abusivos terminan por influir en la calidad del debate, la deliberación y, en último término, la democracia.

Utilizando la herramienta de inteligencia artificial API Perspective para filtrar aquellas palabras que impliquen toxicidad media o baja, toxicidad severa, insulto, malas palabras, amenaza y ataque de identidad, se detectó que, de ese 16.9% de mensajes de políticos, la mayoría corresponde a mensajes con niveles de toxicidad muy baja, que alcanzaron los 1.573 tuits, equivalentes al 72%. Le siguen aquellos con toxicidad baja, con 452 mensajes (20.6%). En tercer lugar están los tuits con toxicidad media y media alta, los cuales suman un total de 140 (6.4%). El sistema registró 18 tuits con niveles de toxicidad alta y 1 con toxicidad muy alta.

Ver aquí el estudio completo

El ranking de los 15

En la evolución de la publicación de tuits de políticos con algún grado de toxicidad –desde el 3 de noviembre hasta el 18 de diciembre, como se señaló– se aprecia que, en los primeros días de noviembre, la cantidad de tuits tóxicos fluctuó entre 70 y 20 publicaciones diarias. No obstante, a partir del 11 del mismo mes, se produce un aumento en la cantidad de publicaciones tóxicas, que se mantiene medianamente sostenido hasta diciembre. Si bien a inicios de diciembre disminuyó su número en comparación con noviembre, se observó una explosión en la cantidad de publicaciones tóxicas a partir de la última semana de campaña, alcanzando el peak de toxicidad el 14 de diciembre.

Dentro del contenido identificado como violento, algunos posteos de políticos rayan en el odio. Tal es el caso del diputado de la UDI Sergio Bobadilla, quien de acuerdo al ranking de 15 políticos del estudio Violencia Societal (2023) se encuentra en el puesto número 1, por usar la expresión “hijo de perra” en un tuit que se refiere de manera ambigua al expresidente de Argentina Alberto Fernández. De igual modo, el diputado repite esta misma lógica en un segundo mensaje, en donde aparece el Presidente Boric. A Bobadilla el estudio le detectó 411 mensajes de similar naturaleza.

El director ejecutivo de Chile 21 y uno de los investigadores del estudio, Daniel Grimaldi, opina que este uso de lenguaje contraviene directamente la dignidad del cargo de parlamentario. “La gente espera más de los políticos, porque esencialmente son los hacen las reglas. Si aquellos a los que se les encomienda dicha labor no respetan los códigos de una discusión civilizada y formal, eso puede generar incertidumbre de que su trabajo sea de calidad y de que tengan aptitudes para gobernar. Se ha malinterpretado la exigencia de proximidad de los políticos hacia la ciudadanía, algunos lo hacen de la peor manera”, señala.

En el top número 2 se encuentra la exconvencional Teresa Marinovic, con un total de 336 publicaciones tóxicas. Por su parte, Iván Moreira y Gonzalo De la Carrera –en el tercer y cuarto lugar– publicaron 113 y 111 tuits tóxicos, respectivamente. Por debajo de las 100 publicaciones tóxicas están Hugo Gutiérrez, Daniel Lilayu, Johannes Kaiser, Jaime Naranjo, Pamela Jiles y Daniel Jadue, completando así el top 10.

Para el senador Moreira, ubicado en el top 4, el estudio confunde el lenguaje duro con el insulto. “Para algunos llamar las cosas por su nombre es un lenguaje inapropiado, pero esto es política sin llorar”, sostiene. A su juicio, el estudio de Chile 21, además de tener un sesgo político, tendría como propósito “crucificar a los duros” para hacerlos aparecer como groseros. “Confunden una cosa, que es el insulto, con otra cosa, el lenguaje duro”, afirma. Y finalmente admite que “un lenguaje duro, inapropiado, puede interpretarse como ofensa”.

A quien también le sorprende aparecer en este ranking, en la categoría “malas palabras”, es al diputado Jaime Naranjo (PS), quien figura con 41 posteos de esta naturaleza. Naranjo cuestiona el estudio y señala que “decir la verdad no es un insulto”. “Me sorprende salir en este ranking. Lo que ocurre es que para algunos denunciar hechos y decir la verdad lo ven como un insulto”, agrega.

El diputado Johannes Kaiser, exrepublicano y quien aparece en el ranking con 46 mensajes asociados al insulto, también cuestiona su inclusión. “Me parece bien extraño, porque yo no hice campaña, de qué manera mis tuits podrían ser incluidos”, sostiene.

“Ahora, evidentemente que uno en Twitter comunica distinto que en Sala o en una reunión diplomática. Son plataformas distintas, con dinámicas distintas, y si esto afecta la dignidad de los parlamentarios, no lo sé”, subraya.

Los últimos cinco nombres del listado son Fidel Espinoza, José Antonio Kast, Agustín Romero, Rodolfo Carter y Ximena Rincón.

Transversalidad con predominio de la derecha

Cabe hacer notar que, en el ranking del estudio de Chile 21, nueve de los quince políticos incluidos son de derecha, una es de centro y cinco son de izquierda. Por partido, la división sería la siguiente: cinco del Partido Republicano o asociado a él; cuatro de la UDI; dos del PC; uno del PS; una demócrata. Y el resto independientes de derecha e izquierda.

Si dejamos de lado los tuits de Bobadilla, Marinovic, Jiles y Gutiérrez, porque también forman parte del ranking de aquellos más tóxicos y abusivos, tenemos que Rincón, Lilayu y De la Carrera emitieron tuits altamente tóxicos.

El tuit de Rincón se refiere a la expresidenta Michelle Bachelet –el posteo más tóxico del diputado Kaiser también corresponde a uno que se refiere a Bachelet–. Por su parte, Lilayu esparció toxicidad a partir de un tuit llamando a la izquierda a que se jodan.

El correspondiente a De la Carrera se trata de una discusión con otra cuenta, en la cual se emiten duras descalificaciones.

Asimismo, los tuits de los diputados Romero y Espinoza también destacan por tener una toxicidad media alta. Al igual que el caso de Jadue, estos no tienen relación directa con el plebiscito. En cuanto a Espinoza, se trata de un tuit en contra del exalcalde de Renaico, Juan Carlos Reinao.

Romero aparece por descalificar como ineptas a las máximas autoridades del Ministerio del Interior.

Como conclusión, el líder de la investigación, Daniel Grimaldi, resalta que tanto los políticos como usuarios en general con mayores niveles de toxicidad fueron de derecha y ligados a la opción “A Favor”. “Ello señala que la estrategia bien conocida de las extremas derechas en el mundo la ocupan también aquí, solo que esta vez no han tenido éxito. Creo que los sectores moderados y más democráticos debieran tomar conciencia de la importancia de este problema y no ceder a las provocaciones ni difundir mensajes tóxicos de quienes buscan radicalizar el debate”, remata.

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