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El trasfondo de la “encerrona” que Evo Morales le hizo a la Cancillería chilena

El trasfondo de la “encerrona” que Evo Morales le hizo a la Cancillería chilena

El Presidente de Bolivia estuvo esta semana de visita en Alemania y tras una reunión bilateral con Merkel, el jueves 5 de noviembre, la canciller públicamente –en una conferencia de prensa conjunta– reconoció que ambos abordaron la demanda marítima del país altiplánico en la conversación y agregó que “creo que es preciso hablar con Chile, hay conversaciones de larga data. Creo que sería bueno reanudar estas conversaciones”.


Es cierto que las palabras de la líder de Alemania, Angela Merkel, sobre la demanda marítima de Bolivia fueron un balde de agua fría para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile, porque es otra figura de peso en el concierto internacional –antes fue el Papa Francisco I– que hace el gesto político en favor de la aspiración del país altiplánico. Aunque también es cierto que, a pesar de salir públicamente a bajarle el perfil al hecho, la jugada del presidente Boliviano, Evo Morales, complica más de lo confesable a la Cancillería chilena.

A tono con la estrategia de sumar apoyos en el concierto internacional que ha desplegado Morales desde el minuto que ingresó la demanda contra Chile ante La Haya, el jefe de Estado de Bolivia estuvo esta semana de visita en Alemania y tras una reunión bilateral con Merkel el jueves 5 de noviembre, la canciller públicamente –en una conferencia de prensa conjunta– reconoció que ambos abordaron la demanda marítima del país altiplánico en la conversación y agregó que “creo que es preciso hablar con Chile, hay conversaciones de larga data. Creo que sería bueno reanudar estas conversaciones”.

El ministro de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz, salió rápidamente a contener el impacto del gesto y dijo «estar muy de acuerdo con las palabras de la canciller Merkel, porque justamente lo que Chile ha hecho es llamar reiteradamente al diálogo. Hay que dialogar y no demandar unilateralmente como ha hecho Bolivia en La Haya». Agregó que se trata de «un mensaje al gobierno boliviano, y es que no hay que demandar unilateralmente, sino que hay que retomar conversaciones de carácter bilateral que Chile siempre ha estado dispuesto a realizar».

En la misma línea, el ex canciller y senador DC, Ignacio Walker, acotó que «no debe extrañar que una prestigiosa política como ella llame a dos países amigos entre sí al diálogo, creo que eso no se puede interpretar sino en el sentido literal que yo leí, que es el de acercar posiciones entre dos países como Bolivia y Chile».

Pero lo que la Cancillería chilena no reconoció fue el trasfondo que tiene la hábil jugada del presidente boliviano. No es casual ni gratuito que Morales recurriera al gesto de Merkel en Alemania, al contrario, su opinión es más relevante que la de cualquier otro líder internacional.

Eso, porque en el propio Tratado de Paz y Amistad con Bolivia de 1904, usado como uno de los ejes claves de la defensa de Chile para rechazar el acceso soberano al mar del país limítrofe, su artículo número 12 señala literalmente que “todas las cuestiones que llegaren a suscitarse con motivo de la inteligencia o ejecución del presente Tratado, serán sometidas al arbitraje de Su Majestad el Emperador de Alemania”.

Así, Morales apeló y usó el mismo argumento de Chile a favor de su demanda, ya que si bien en estos tiempos Alemania no tiene emperador, Merkel sí representa la cabeza de dicho Estado.

En la época en que se firmó el tratado, Alemania era un aliado importante de Chile, razón por la cual fue elegido como árbitro de los problemas que pudieran someterse a futuro. Y es lo que esta semana hizo Evo Morales.  

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