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Libro recoge a las 50 mentes más perturbadas del cine

Hasta doscientas películas visionaron los autores del texto para componer esta obra de encargo en apenas tres meses.



La mente humana puede crear ángeles o demonios. ¿Qué tienen en común Norman Bates de «Psicósis» y Hannibal Lecter de «El Silencio de Los Inocentes", demás de protagonizar dos películas de culto?: pues ser dos de las 50 mentes más perturbadas del cine retratadas en «Psicópatas en serie».



Hasta doscientas películas visionaron los autores de este libro editado por Raima Edicions, dentro de su colección CineXCine, Batet y Rafael Dalmau, para componer esta obra de encargo en apenas tres meses.



John, el asesino de «Seven»; Mickey y Mallory, de «Natural Born Killers»; Leatherface y su «The Texas Chain Saw Massacre»; Alex, el excéntrico cabecilla de «A Clockwork Orange»; Jack Torrance y su «The Shining»; o Bruno, de «Strangers on a Train», conviven -y algunos mueren- en las páginas de un libro que destila sangre por sus páginas.



Pero, eso sí, -advierte Dalmau- sus autores han tratado de huir de las películas que muestran vísceras y que exponen «la violencia porque sí».



Y es que «la sangre vende», como reconoce Dalmau, quien junto a su colega y también crítico de cine Batet, han seleccionado medio centenar de cintas en cuyos fotogramas aparecen casi 500 muertos entre asesinatos a sangre fría y otras atrocidades cometidas por los peores monstruos humanos que el cine se ha atrevido a crear o recrear, pues también hay películas basadas en hechos reales.



En concreto, veintiuna de las películas seleccionadas se basan en personajes reales y en los crímenes que cometieron.



Es el caso -por citar sólo algunas- de «Heavenly Creatures», «Elephant», «The Boston Strangler», «10 Rillington Place», «Henry, Portrait of a Serial Killer», «The Texas Chain Saw Massacre», «Wolf Creek» o «Ted Bundy», quien tuvo el dudoso honor en ser el primer catalogado como «asesino en serie» en Estados Unidos.



La mayor parte de las cintas seleccionadas son estadounidenses, ya que la realidad se impone: «El cine norteamericano siempre reina», según Dalmau, quien subrayó, no obstante, que en su libro Batet y él han «puesto de todo, películas españolas, alemanas, francesas… hasta una coreana, para que haya variedad».



EFE

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