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Antonio Skármeta, ex embajador de la Concertación, gana el Premio Nacional de Literatura 2014 Autor de «Ardiente Paciencia»

Antonio Skármeta, ex embajador de la Concertación, gana el Premio Nacional de Literatura 2014

Al fin el oficialismo se impuso y el jurado del Premio Nacional que preside el ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre otorgó el principal galardón de las letras nacionales al escritor Antonio Skármeta, ex embajador de Chile en Alemania, en desmedro del llamado candidato del «pueblo», Pedro Lemebel.


Después de un mes de campaña, el favorito del oficialismo, Antonio Skármeta, se convirtió en el nuevo Premio Nacional de Literatura 2014.

«Este autor se caracteriza no solo por sus obras narrativas, sino que también por cómo llega a otros medios», dijo el Premio Nacional 2012, Óscar Hahn, reconociendo al autor de Ardiente Paciencia su colaboración en el cine y la televisión.

De esta manera se cerró una carrera en que Skármeta partió siendo el gran favorito, debido a una obra que tuvo su momento más alto en la década de los 60 y a su especial cercanía con el establishment cultural, además de sus contactos políticos con la Nueva Mayoría.

«Es una gratitud muy grande, yo tenía algunos otros premios internacionales relevantes, pero el Premio Nacional de Literatura siento que confirma la relación tan grande y tan íntima que tengo con Chile, su historia, las alternativas históricas, los personajes, la gente más vulnerable, a la cual me he dedicado en mi obra y a sus artistas, poetas», señaló Skármerta a Radio Cooperativa.

Skármeta resultó electo por cuatro votos a favor y una abstención. La demora en entregar el premio, que se había programado para las 17:30, se debió a que Hahn planteó la voz disidente y postuló, en el acto, a la escritora Damiela Eltit –pese a que ella había solicitado que no la postularan– en protesta por la nula representación femenina, tanto entre los candidatos como en la composición del jurado.

Lemebel

Sin el premio quedaron los otros postulantes que sonaban fuerte, como Germán Marín, Jorge Guzmán y Pedro Lemebel. Este último candidato, que comenzó su carrera cuando estaba por cerrar las postulaciones, en pocas semanas se convirtió en el candidato de la «calle letrada» o de la «cuneta iletrada», como lo define el mismo Lemebel.

En el Facebook que abrieron sus seguidores Lemebel escribió al cierre de su campaña:

«Les agradezco a todos y todas por el apoyo y el cariño que me manifestaron (…) a la gente en la calle, a la Brigada Chacón, a todos los que pensaron que merecía este asunto. Pero la verdad: nunca fui reina de ninguna primavera, queridos amigos. Y los premios nacionales hay que recibirlos y soportar su fetidez oficial. En esta contienda de machos literatosos quizás sobresalieron algunos gestos honorables; los rescato. También otras soberbias gatunas que posiblemente sobaran el premio entre sus garras melifluas. Lo hermoso fue cómo entramos en la contienda y con nosotros entró la calle letrada o la cuneta iletrada como digo yo: el pirata y el impreso panfleteo de las letras en la marcha estudiantil, la política por la literatura, la vida por la poesía, el amor por el arte, y ustedes, mi social popular, la sangre de mis letras».

Obra de Skármeta

Intelectual de izquierda, Skármeta fue miembro del Movimiento de Acción Popular Unitaria (MAPU) en los años de la Unidad Popular. Después del golpe militar, el escritor sale del país junto con el cineasta Raúl Ruiz. La primera escala fue Argentina, donde residió un año en el Barrio de Olivos y donde publicó su tercer libro de relatos: Tiro libre (1974). Luego partió rumbo a Alemania Occidental, donde recibió –en 1975– la beca del Programa de las Artes de la Academia Alemana de Intercambio Académico, gracias a la que pudo escribir su primera novela, titulada Soñé que la nieve ardía. A partir de 1979 trabajó durante tres años como profesor de Guion Cinematográfico en la Academia Alemana de Cine y Televisión en Berlín Oeste.

Es en Alemania donde construyó la historia del cartero de Neruda: primero para la radio alemana y luego como un guión. La historia aparece como libro bajo el título de Ardiente paciencia, en 1985. Después, pasa a llamarse El cartero de Neruda. Esta obra ha tenido un éxito enorme, ha sido traducida a una treintena de lenguas, adaptada al cine, el teatro y la radio. El compositor mexicano Daniel Catán creó una ópera basada en ella (él mismo escribió el libreto) que fue estrenada en la Ópera de Los Ángeles bajo el título de Il Postino, con Plácido Domingo como Neruda y Cristina Gallardo-Domas como Matilde.

Tras muchos años en ese país, volvió a Chile en 1990 y se incorporó al Instituto Goethe de Santiago. De su producción literaria cabe destacar las novelas Soñé que la nieve ardía, No pasó nada, La insurrección, La velocidad del amor (Match Ball), El cartero de Neruda, La boda del poeta, La chica del trombón, Un padre de película y Los días del arcoíris, además de los libros de relatos El entusiasmo, Desnudo en el tejado y Tiro libre, todos ellos traducidos a numerosos idiomas y premiados en diversas ocasiones.

En 2003 ganó el Premio Planeta por su novela El baile de la victoria. Ha sido distinguido con el título de Caballero de las Artes y las Letras, otorgado por el Ministerio de Cultura de Francia, así como con una beca de la Fundación Guggenheim y la del Programa de las Artes de Berlín.

Su actividad como guionista incluye filmes como Reina la tranquilidad en el país y La insurrección, de Peter Lilienthal, y Desde lejos veo este país, de Christian Ziewer. Como director de cine ha rodado documentales y largometrajes, entre los que destaca Ardiente paciencia, galardonado en los festivales de Huelva, Burdeos y Biarritz, y distinguido con los premios Adolf Grimme Preis (Alemania) y el Georges Sadoul al mejor filme extranjero del año en Francia.

Antonio Skármeta también ha trabajado como traductor, vertiendo al castellano obras de Mailer, Kerouac y Scott Fitzgerald.

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