Las escuelas de danza se han reducido a las mitad en 10 años
El décimo Encuentro Universitario de Danza se ha consolidado como un espacio de encuentro, exhibición y reflexión entre los jóvenes que practican esta disciplina, agentes culturales y el público general, que para reunir los trabajos más destacados de las escuelas de danza. Asimismo, para Balmaceda se ha transformado en una importante ventana para observar cómo ha ido cambiando el escenario de la danza nacional en esta década.
Desde hace 10 años que Balmaceda Arte Joven viene realizando el Encuentro Universitario de Danza, una instancia que reúne el trabajo de nuevos exponentes de la disciplina artística, así como de consagrados coreógrafos. A la fecha hemos dado gratuitamente la oportunidad de que más de 12 mil personas accedan a manifestaciones artísticas de calidad.
Esta iniciativa se ha consolidado como un espacio de encuentro, exhibición y reflexión entre los jóvenes que practican esta disciplina, agentes culturales y el público general, que para reunir los trabajos más destacados de las escuelas de danza. Asimismo, para Balmaceda se ha transformado en una importante ventana para observar cómo ha ido cambiando el escenario de la danza nacional en esta década.
Desde las primeras versiones del encuentro hemos visto con preocupación el cierre de las principales escuelas de danza, las únicas que otorgan título profesional a sus alumnos y alumnas. De las ocho que partieron en el 2004 hoy se han reducido a la mitad, esto sin duda profundiza las dificultades para los futuros profesionales de la danza, que se enfrentan, entre otras cosas, a una fuerte inestabilidad laboral.
Según el estudio “Catastro de la Danza: Perfiles en el campo nacional de la danza” realizado por el Observatorio de Políticas Culturales para el CNCA el año 2012 el 62,8% de los encuestados estima que el espacio prioritario de formación para ellos fueron las instancias no formales que van desde la educación con familiares, la autodidacta, hasta la instrucción con maestros o en entidades no reconocidas por el Estado. Esto provoca que un 80% de los y las profesionales de la danza perciban ingresos inferiores a los seiscientos mil pesos (considerando tanto los trabajos en danza como en otro tipo de ocupaciones).
Como uno de los principales centros de experimentación, creación y formación artística nacional en Balmaceda asumimos el desafío de preocuparnos por la sustentabilidad de los proyectos de vida de jóvenes talentos, dándoles la oportunidad de ser becados en instituciones académicas nacionales, en las pocas que quedan.. Pero sin duda, ninguna medida aislada es suficiente garantía si es que el Estado a través de sus principales instituciones no se hacen parte también de este desafío y se consolida un plan de mejoramiento de las condiciones laborales de los trabajadores de la cultura.
Recientemente la Ministra Barattini se reunió con la Plataforma de Artes Escénicas -donde se incluye a la danza- para discutir sobre el borrador del proyecto de ley sectorial que busca entre otras cosas la protección laboral y el cumplimiento de las normativas que rigen en esta área a los artistas y trabajadores de este sector. Sin embargo, por la experiencia acumulada en los más de veinte años de trabajo de Balmaceda Arte Joven y los diez años del Encuentro Universitario de Danza, vemos necesario y urgente dar una mirada y atención particular a la danza, una disciplina que posee un campo laboral más específico, con menor longevidad y mayor exigencia física.
Hoy estamos frente a esta oportunidad única de avanzar en políticas culturales que pongan en valor el trabajo artístico y a sus cultores, más allá de la promoción de eventos y espectáculos, este debe ser un compromiso con el desarrollo integral de miles de artistas que están buscando una oportunidad para vivir dignamente de su trabajo. En la medida que le aseguremos espacios de trabajos estables y de calidad para los profesionales de hoy, será más fácil para los miles de jóvenes con talento seguir su vocación mañana.
