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«Ósculos», el último libro del escritor y crítico musical Fabio Salas Reseña literaria

«Ósculos», el último libro del escritor y crítico musical Fabio Salas

En una serie de microcuentos, el autor habla con humor de temas como la chilenidad y el hastío con la sociedad.


Temas como la chilenidad y el hastío con la sociedad toca en su último libro el escritor y crítico musical Fabio Salas (Santiago, 1961).

«Ósculos» (Ediciones Eutopia), un breve libro de apenas 56 páginas, condensa todo el ingenio y humor de un autor en una serie de microcuentos.

«La historia humana de los últimos cincuenta años es la experiencia mundial de una evolución degenerada: la entropía», señala Salas en su manifiesto «El realismo de la entropía», a propósito del libro.

fabio salas

«Si la física entiende a la entropía como una inevitable tendencia orgánica a estadios del máximo caos, la literatura debe entender esta realidad como el relato universal de la disolución psíquica de todo discernimiento moral en el género humano: aquel instante, a cada día repetido, donde el bien y el mal se funden en una irradiación opaca, en un estado espiritual que lo mismo se nutre de las catástrofes y genocidios que asuelan al planeta que de una necesidad apremiante de reconocimiento por sobre el océano indistinto de indiferencia y de silencio que cubre los cuerpos».

Este espíritu es el que domina todo el libro. En «Nuevediario», por decir algo, se lee lo siguiente: «La Humanidad apenas resiste. La Humanidad es choropulenta. La Humanidad entra feliz al matadero». Salas podría ser poeta, al menos en este libro, pero opta por la prosa para disparar directo al rostro del lector.

También puede ser «choropulento» él mismo, como en «Ochagavía», donde podría hacer un retrato del «chileno clásico» que deambula por el mall de La Florida o Maipú un sábado por la tarde: «El Cauco no deja de recordar esos veraneos donde la pasaba tan re bien, ahora que el jefe lo huevonea todo el día y la bruja le quita el bulto y los pendejos de mierda de acá para allá y de allá para acá con sus pretenciones de arribismo».

Acá no hay autocomplacencia. En «Chileno», le da con todo a los «artistas» que viven a costa de los demás y maldicen al Fondart por no «reconocer su talento», mientras en la serie «Chilenitas» entra a «pelar» al género femenino de estas tierras australes, con su histeria y quejas inútiles, y en «Acuarela Sudaca», a lo Gustavo Escanlar, recita: «En la tarde del dinosaurio, miles de uruguayos se lanzaron al vacío gritando: ¡¡Basta de Benedetti!!» Y de esa misma manera, puede hablar  de la época romana en «Antioquia»…

En suma, se trata de un trabajo que trae un poco de aire fresco a la literatura local, a veces consumida en exceso por los egos y la impostura.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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