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Una hazaña por Mateluna: mundos de la cultura y el derecho vuelven a la carga por libertad del ex frentista CULTURA

Una hazaña por Mateluna: mundos de la cultura y el derecho vuelven a la carga por libertad del ex frentista

El abogado de Jorge Mateluna, Jaime Madariaga, junto a la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, presentarán en los próximos días una apelación para lograr su excarcelación. En el marco de la campaña por su liberación, la obra «Mateluna» fue presentada en un acto al cual asistió el rector Ennio Vivaldi. El dramaturgo Guillermo Calderón señala, en esta entrevista, que está convencido de que este año el condenado recuperará su libertad.


El caso de Jorge Mateluna, el ex frentista condenado por asaltar un banco, entra en una nueva fase. En los próximos días, su abogado Jaime Madariaga, apoyado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, presentará un recurso de revisión ante la Corte Suprema para lograr su libertad, tras casi un lustro en prisión.

Actualmente hay una fuerte campaña por la liberación de Mateluna, que cuenta con un amplio respaldo en la comunidad artística, por lo que se considera un proceso judicial de dudosa calidad en su contra.

Incluso la Presidenta Michelle Bachelet tramitó un indulto al final de su mandato, pero su ministro de Justicia, Jaime Campos (cuyo fallecido hermano Angel Campos, ex general de la FACH, fue acusado de violaciones a los derechos humanos), se negó a firmarlo, alegando que no había razones humanitarias.

Carmen Romero, el decano Harasic, el rector Vivaldi y el actor Daniel Muñoz, en la representación de Mateluna la semana pasada, en la Facultad de Derecho de la U. de Chile.

Nueva exhibición del montaje

La obra Mateluna, del dramaturgo y director teatral Guillermo Calderón, se presentó una vez más la semana pasada en el Aula Magna de la Facultad, ante un público que incluso ocupó las escalas del recinto.

En el acto además participaron, junto a Madariaga, el decano Davor Harasic y el propio Calderón, además del rector Ennio Vivaldi, quien enfatizó “la responsabilidad que tiene la Casa de Bello con cada chileno que pudiese ser víctima de una situación injusta y también con la idea de que la justicia debe ser defendida por todos”.

También estuvo el actor Daniel Alcaíno, uno de los integrantes claves de la campaña, y Carmen Romero, máxima autoridad de Teatro a Mil, donde anteriormente se exhibió este montaje, que además se ha mostrado en otros países de Sudamérica y Europa.

«Justicia mal aplicada»

Junto con subrayar el “compromiso con la idea de justicia” que significa el apoyo que está dando la Facultad de Derecho a la defensa de Mateluna, el rector recordó que la Universidad de Chile “tiene una doble responsabilidad, por una parte, con cada chileno que pudiera ser víctima de una situación donde la justicia no se ha aplicado bien, pero, también, con la idea misma de que la justicia es algo que debe ser defendido por todos”.

En ese sentido, recalcó que la Casa de Bello “nunca se ha disminuido ni visto amedrentada ante situaciones que ha defendido y que ha tenido que plantear con fuerza”.

Por su parte, del decano Harasic dijo que el objetivo de la facultad es “velar por la República y el Estado de Derecho. Estamos próximos a la presentación de un recurso de revisión que confiamos sea examinado por la Corte Suprema y tratar de lograr la libertad de Jorge Mateluna”.

En diciembre de 2017, la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile oficializó el copatrocinio en el caso de Jorge Mateluna, en cuyo marco el decano Harasic recalca que esta iniciativa es un “esfuerzo importante, como pocas veces se ha visto, donde están comprometidos los profesores, funcionarios y estudiantes. En consecuencia, esperamos que esto dé resultado”.

En la ocasión, Calderón sostuvo que la presentación “es importante para nuestra compañía y también para la Universidad y la Facultad de Derecho. Hoy estamos con el decano y el rector porque es la universidad la que está impulsando este recurso de revisión” ante la Corte Suprema.

El dramaturgo Guillermo Calderón.

Primer contacto con Mateluna

Guillermo Calderón (Santiago, 1971) posee una dilatada trayectoria y los premios Altazor y Platino. Formado en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, fue actor (el recordado «Killer» de Adrenalina), pero pronto se dedicó a escribir y dirigir. Además del teatro y la televisión, tiene un nombre en el cine, como guionista de películas, como Violeta se fue a los cielos, Neruda y El club.

Él conoció a Mateluna en 2012, en el marco de la investigación para su obra Escuela, un montaje que recrea la existencia de las escuelas de guerrilla que surgieron en los años 80 en el marco de la lucha contra la dictadura.

Mateluna era un antiguo miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR) que había sido encarcelado en 1992 y fue liberado en 2004, tras una larga huelga de hambre.

«Necesitábamos información, testimonio, acerca de lo que fueron las escuelas de guerrilla en los años 80, de autodefensa urbana, en realidad. Nos pusimos a preguntar por gente que había participado» y así llegaron a Mateluna, quien en aquel momento se desempeñaba como gestor cultural.

«Él fue al ensayo, nos contó su vida y cómo era la actividad política en los años 80 desde el trabajo que él hacía, y eso lo incorporamos a la obra», recuerda.

El montaje se estrenó en enero de 2013. Mateluna asistió y allí surgió una relación de cercanía entre el ex guerrillero y la compañía de teatro de Calderón.

La incredulidad ante el arresto

A los pocos meses después, Calderón se enteró en el extranjero, durante una gira, de que Mateluna había sido detenido por el asalto a un banco. Un grupo de cuatro personas había robado una entidad bancaria en Pudahuel y el ex frentista fue arrestado por Carabineros a más de 20 cuadras del lugar, cuando se dirigía a la municipalidad.

«Nosotros lo habíamos conocido con su hijo, con su señora, con trabajo, entonces como que no nos calzó. Nos pareció muy raro», recuerda.

Cuando supo más antecedentes, por lo irregular de la acusación, Calderón –al igual que el entorno de Mateluna– estaba seguro de que iba a ser liberado durante el juicio. Por ejemplo, en el transcurso del mismo, un capitán admitió que en una rueda de reconocimiento un testigo identificó como asaltante a una persona distinta al frentista, pero el oficial aun así consignó como «identificado» a Mateluna.

«Por eso había poca ansiedad y un convencimiento de que esto no iba a llegar a ninguna parte, porque parecía más bien una detención para hostigar, no porque hubiera un antecedente», relata el dramaturgo.

Sin embargo, Mateluna fue condenado.

Una obra que interpela

Cuando supieron de la sentencia, Calderón y su grupo decidieron que había que hacer algo, en virtud de la colaboración que les había prestado Mateluna.

«No podíamos ignorar el caso, menos si hacíamos teatro político. No podíamos no hacer una obra de él. Fue como una imposición voluntaria», señala. De paso, integraron la obra a la campaña que surgió por la liberación del ex frentista.

El montaje, en sí, es una constante interpelación al espectador, en cuanto a lo que es cierto y no, «igual que el juicio».

En el fondo, se trata de saber «cuál es la verdad y que, hasta cierto punto, debemos mirar todo con escepticismo», tanto como espectador y ciudadano. «Eso es parte de la estrategia narrativa y estética de la obra», afirma.

«Uno de los problemas que existe, no solo en este caso sino en general, es que, cuando uno escucha que la justicia sentenció, se asume que tiene una autoridad absoluta y que siempre va a estar en lo correcto. Y eso es un error. La justicia, como hemos visto en muchos casos, comete errores, negligencias y a veces directamente faltas intencionales para culpar a personas», plantea.

Por eso cree que, como ciudadano, uno debe mirar estas instituciones con profundo escepticismo y crítica.

La obra, estrenada en Alemania, ha sido exhibida en varios países de América Latina y Europa. Por los comentarios que recogió Calderón, en países como México y Brasil, muchos espectadores empatizan porque allí los sistemas judiciales han tenido muchos casos similares. En el país germano, en cambio, para el público resulta inconcebible que un hombre sea condenado si durante el juicio un policía revela que mintió para incriminarlo, como en este caso.

Mateluna hacia la libertad

Para Calderón, si hay algo que está claro es que Mateluna es parte de una tendencia en la justicia chilena de actuar con mano dura frente a los débiles, mientras los poderosos salen indemnes.

«La justicia siempre ha sido capaz de condenar a las personas más frágiles de la sociedad, sobre todo a los pobres o la gente que tiene convicciones previas o de las minorías, partiendo obviamente por los mapuches», lamenta el dramaturgo.

En la misma línea, critica el fallido indulto y señala que el ex ministro Campos no entendió que se trataba de una opción discrecional de la Presidencia y que no necesitaba justificación alguna. «La Presidenta debía convencerse ella, no al ministro. Él simplemente debía firmarlo. Se rebeló de una manera inaceptable. Creo que no estaba pensando en su rol de ministro, sino en la carrera que tenía más adelante», comenta.

«Cuando Jorge salga libre este año y se demuestre que Carabineros presentó pruebas falsas al tribunal para encarcelarlo, vamos a ver que el mayor daño al sistema lo está haciendo» la policía uniformada «y no la persona que comete supuestamente el crimen», concluye con plena convicción.

«La Corte Suprema va a tener que considerar todas las locuras que se cometieron en este caso. Yo estoy muy optimista», asegura.

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