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Caso Aurus: el detalle sobre cómo Mauricio Peña maquillaba e inventaba inversiones para  ocultar sus pérdidas AGF reconoce pérdidas de US$ 35 millones

Caso Aurus: el detalle sobre cómo Mauricio Peña maquillaba e inventaba inversiones para ocultar sus pérdidas

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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Retornos de casi 500% en 13 meses, utilidades de US$13 millones obtenidas por inversiones en productos que no existen en el mercado y otras transacciones que nunca se efectuaron en la realidad, constituyen parte de cómo Peña ocultaba las pérdidas de los fondos que administraba. Este medio accedió a la querella presentada el viernes por Aurus, la cual relata en detalle el modo en que su ex socio le habría mentido prácticamente a todo el mundo. Lo que queda claro es que Peña no solo falseó datos sino también trabajó mucho por mantenerlos vigentes.


“Todas estas maniobras las realizó el querellado valiéndose de su conocimiento especializado en materias financieras (…). Y lo que es más grave, lo hizo aprovechándose de la confianza y facultades que tanto los accionistas de la Administradora, como su Directorio y demás ejecutivos habían depositado en él”.

Así dice la querella de Aurus contra su ex hombre de confianza, Mauricio Peña.

La acusación –presentada el pasado viernes– es por tres delitos distintos: apropiación indebida, falsificación y uso malicioso de instrumento privado falso, y estafa. Este artículo tiene relación con los hechos que responden a los dos últimos delitos, los mismos que explican el corazón del caso Aurus.

De que Peña falseó documentos para simular rentabilidades falsas en los fondos que administraba –Insignia y Global–, no hay duda; sin embargo, de la querella se desprende que el ex gerente de inversiones y socio de Aurus, trabajó muchísimo por mantener vigente una gran mentira que hoy investiga el Ministerio Público.

Es que Aurus armó un sendo relato en su acusación contra Peña, explicando en detalle cómo gestó un sistema fraudulento, cuyos perjuicios se estiman en torno a los US$35 millones, y que se produjeron a través de dos mecanismos: la sobrevalorización de productos y la inversión en instrumentos financieros inexistentes en el mercado.

La querella, interpuesta días después de las declaraciones que dio Peña a la Bridec, aparece como un documento concluyente, demostrando cómo este ex socio les habría falseado datos a Compass, a las auditoras externas, asesores de los fondos y a los mismos personeros de Aurus.

Por un lado, Peña habría abultado artificialmente el valor de sus inversiones, de tal manera que algunas arrojaron retornos cercanos al 500% en casi un año; y, por otro, Peña habría inventado una serie de inversiones en productos falsos que le habrían arrojado retornos por US$13 millones frente a una inversión de solo US$1 millón, entre otras transacciones que nunca existieron en la realidad.

Lo curioso es que lo pudo mantener por tanto tiempo sin que lo cuestionaran.

El fondo peruano que arrojó retornos de casi 500% en 13 meses

En casi un año, Mauricio Peña había invertido en un fondo de inversión privado peruano que en 13 meses le aportó una rentabilidad de casi 500%.

Las primeras dudas aparecieron en febrero de 2016, cuando la auditora Ernst & Young (EY) recopilaba información para auditar los estados financieros de Insignia para el ejercicio comercial 2015, pidiéndole confirmar a Peña antecedentes para verificar la autenticidad de algunas de sus inversiones, en particular la efectuada en el Fondo Perú Equity Fund, en un instrumento cuyo nemotécnico es “FIPMBIPERUB”.

Esa inversión tenía un precio original –al mes de noviembre de 2014– de US$78,97 por cuota. Sin embargo, ya para el 31 de diciembre de 2015, Peña informaba que su valor era US$468,25, un aumento del 490% en 13 meses, cuando en realidad su valor era US$54 aproximadamente.

“Según hemos sabido ahora, dicha inversión no se hizo directamente en Perú Equity Fund sino en un fondo privado de MBI y era esta última la que tenía como única inversión las cuotas en el Fondo Peruano. Hemos podido comprobar que Peña Merino envió a CG-Compass información de precios de esta inversión que eran mayores a los reales”, da cuenta la querella, nutriéndose del relato que el mismo Peña le hizo a la Bridec el pasado 14 de octubre.

Allí dijo: “La valorización del precio del FIP Perú lo daba yo, siendo ese precio ficticio y abultado por mí, para ello enviaba un correo a la empresa Compass y ello (sic) registraban las inversiones en la contabilidad, en algunas oportunidades me preguntaban cómo validaba los precios, para ello le enviaba un informe adulterado que lo modificaba con un programa que tenía en mi computador, con el cual cambiaba los datos reales por los datos que yo quería que fueran allí”.

El 18 de febrero de este año, Sabrina Saavedra, de EY, le envió un correo a Peña pidiendo la confirmación del valor informado por él, quien respondió con un documento falso en el que se consignaba un valor cuota de US$468,25, a pesar de que el valor real era en torno a US$54.

Meses después, en el segundo semestre de este año, y a propósito de la revisión de los valores de los instrumentos que forman parte de la cartera Global e Insignia, Ximena Hernández, asesora de riesgo del directorio de Aurus, le pidió a Peña que proporcionara información respecto de la valorización de esta inversión. Peña no respondió y Hernández insistió.

Fue así como el 29 de septiembre, hace menos de un mes, el querellado respondió con un supuesto correo emitido por Wendy Solano, ejecutiva de Andino Asset Management, donde señalaba que el valor cuota al mes de agosto de 2016 era de US$685,02.

La gente Aurus ya tenía sospechas y quiso confirmar la veracidad del correo contactando directamente a Solano, quien no solo negó haber enviado dicho correo, sino que ni siquiera conocía a Peña. Este email ya contenía “defectos”, pues la fecha de expedición decía viernes 29 de septiembre, en circunstancias de que esa fecha cayó un jueves.

Solano no conocía a Peña porque Insignia ni siquiera era aportante del fondo de Andino Asset Management, sino que se trataba de una inversión hecha a través de la corredora MBI. Esta intermediaria emitió el documento original, en el cual se consignaba que el valor cuota de la inversión en Perú a agosto de este año era de US$73,9 y no US$685,02, precio 9,2 veces mayor al real, según se calcula en la querella.

El supuesto correo de Peña alteraba incluso el número telefónico del gestor peruano, pues la gente de Aurus llamó al número informado por este y se trataba de una fábrica de etiquetas.

Los derivados sobrevalorizados

Otro capítulo se escribe en la inversión que Peña realizó sobre ciertos productos derivados. Esta inversión la informaba a CG-Compass con precios muy superiores a los de mercado y, en la medida que iban venciendo, los vendía para invertir en otros.

Aurus identificó solo algunos, pues la lista puede ser mayor. Uno es el “NUGT10/14/16/C195”, opción cuyo activo subyacente es un índice accionario sobre empresas mineras de oro.

Este producto Peña lo compró el 20 de septiembre de 2016 para Insignia y Global en un precio de US$2,1, en circunstancias de que este le informó un precio a la filial de Compass de US$9,51. Posteriormente fue comprando y vendiendo este mismo instrumento a un valor promedio de US$2,7, manteniendo un precio de valorización mucho mayor al real.

Otro ejemplo, de acuerdo a la querella, es el SPY10/12/16C208, opción cuyo activo subyacente es el Standard & Poor’s. También el 20 de septiembre, Peña se hizo de este derivado para Insignia –y en menor medida para el fondo Global– a un precio de US$7,6, pero lo valorizó en US$11,85 mediante un correo electrónico enviado a Compass. Luego, según reza la querella, siguió comprando y vendiendo este instrumento a precios inferiores a los que tenía valorizado, por lo que abultó el valor total de la cartera de Insignia.

Asimismo, Peña entregó a Compass precios de otros instrumentos que compraba o que ya existían en las carteras de Insignia y Global, aumentando artificialmente su valor. Esto fue respaldado por las declaraciones de Peña a la Bridec: “Respecto del ‘Fondo Global’ como lo dije en mi declaración anterior… por decisiones de mercado se perdió alrededor de US$1.500.000, lo cual compensé con los precios de dos instrumentos, el primero TVIX y el segundo DXGE, donde yo informaba los precios a la empresa Compass, con un mayor valor al real, lo que hacía a través de correos electrónicos”.

Productos inexistentes y la falsa compra de fondos en Luxemburgo

Otro hecho misterioso es una inversión para Insignia –efectuada en mayo de 2013– de un instrumento financiero denominado “DCF_LTD_A13”, prácticamente desconocido en el mercado, por la suma de US$972.950.

Según consta en la querella, el 29 de noviembre de ese año Peña dispuso que dicho instrumento fuera vendido a un precio de US$14.224.100, registrando una inusual utilidad de 15 veces en solo seis meses. Del 31 de mayo de 2013, el precio pasó de US$1.769 a US$25.862 el 29 de noviembre de ese año.

¿De dónde venía esta inversión? Según Peña, de un Fondo llamado “Haighland» (sic) –de acuerdo a lo que consigna su declaración a la Bridec–, por la suma de US$1 millón, que terminó ese año en una valorización de US$13 millones, “la que no era real, pero esa simulación compensaba la pérdida de los instrumentos alternativos antes mencionados”.

Con la venta del “DCF_LTD_A13”, Peña habría realizado una primera inversión de US$8 millones en noviembre de 2013, y otra de US$6 millones en diciembre, en distintos fondos domiciliados en Luxemburgo. En total, doce instrumentos cuyos managers eran gigantes globales: Aberdeen, Bluebay, BNP Paribas, Investec, Julius Baer, Franklin Templeton, entre otros.

“El fondo Haighland (sic) proveniente de Dalas (sic) empezó un proceso de liquidación, entrando gran parte de los dineros al Fondo Insignia, siendo lo real la suma aproximada de US$1 millón, pero yo reflejé un ingreso de US$13 millones, con esos fondos no reales, se simuló la compra de fondos mutuos internacionales”.

Ninguna de esas compras existieron en la realidad. Compass procedió a registrar esta inexistente inversión en la contabilidad de Insignia, la que supuestamente se encontraba en la custodia de LarrainVial.

A propósito de la auditoría de los EEFF para 2013, el 27 de febrero de 2014 Marcela Fuentealba, de la auditora KPMG, solicitó a Gonzalo Romero de CG-Compass una aclaración respecto de una diferencia en la custodia del instrumento “IEMMDGI LN” (una de las supuestas inversiones en Luxemburgo) en LarrainVial. En el correo se adjuntaba un pretendido certificado de custodia emitido por la corredora el 21 de febrero de 2014, aparentemente proporcionado por Peña, en donde se encontraban las cuotas de los fondos en Luxemburgo.

Tiempo después, el 3 de febrero de este año, Sabrina Saavedra, de EY, le envía a César Muñoz, subgerente de operaciones de Aurus, una serie de documentación necesaria para la auditoría de Insignia correspondiente al ejercicio 2015. Dos días después, Peña le envió a Muñoz –con copia a otras personas de Aurus– un adjunto que supuestamente respaldaba la operación con “DCF_LTD_A13” y luego, asimismo, la supuesta inversión en los fondos en Luxemburgo.

En ese correo había documentos denominados “Confirmation” y “Porfolio Holding”, que se suponía emitidos por LarrainVial y que darían cuenta de la existencia de estas inversiones. Esa documentación Peña la entregó a sus auditores KPMG y EY en diversas oportunidades entre 2014 y 2016, haciendo creer que las operaciones en “DCF_LTD_A13” y en Luxemburgo, por más de US$14 millones, existían como tales y su precio era real.

El caso derivó en la gerencia de riesgo corporativo de LarrainVial, a cargo de Francisco Skinner, quien afirmó que todos los documentos que aparecían emitidos por LarrainVial eran falsos, y que dichos instrumentos no se encuentran ni han estado en la custodia de la corredora.

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