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Julio Ponce acuerda por escrito que después de más de 30 años ya no podrá hacer lo que quiere en SQM Firmó la paz con canadienses PCS

Julio Ponce acuerda por escrito que después de más de 30 años ya no podrá hacer lo que quiere en SQM

Enrique Elgueta
Por : Enrique Elgueta Periodista y consultor senior en Comsulting.
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La minera no metálica reveló ayer un acuerdo que, en la práctica, le pone fin al pacto de actuación conjunta entre Julio Ponce y la sociedad japonesa Kowa. Sería la primera vez, desde que tomó control de la empresa durante la dictadura, que Ponce no manda solo en SQM . Vía hecho esencial, la compañía informó a la SVS que las cascadas, Kowa y Potash Corp, se comprometen a actuar en forma consensuada, impidiendo que él ejerza mayoría con cuatro directores en la sociedad. Esta paz pactada tendrá tres años de vigencia y sugiere que la presión de Corfo y la carga financiera de Ponce y las sociedades de la Cascada le forzaron la mano. Clave en el acuerdo es la fórmula que decidirá el dividendo a distribuir. Plan del empresario de vender parte de las cascadas se congelaría por al menos 3 años.


La iniciativa la tomaron los propios canadienses. Potash Corp (PCS) contactó a Patricio Contesse Fica, director ejecutivo de Pampa Calichera e hijo del ex gerente general de SQM, con tal de discutir y acordar medidas para fortalecer el gobierno corporativo de la minera no metálica. Al menos esa es la versión oficial.

Esta mesa directiva ha estado en el ojo del huracán durante los últimos años, por distintas razones. Solo por mencionar algunas: el caso Cascada terminó gatillando la salida histórica de Julio Ponce de la presidencia de SQM; gran parte de los directores de la minera, principalmente aquellos cercanos a Ponce, fueron sancionados por no haber informado en tiempo y forma el monto involucrado en el financiamiento ilegal de campañas políticas; más el último round que públicamente ha tenido la minera con Corfo, dueña de las pertenencias del Salar de Atacama, cuyos minerales le reportan la mayor parte de los ingresos de SQM.

Contesse Fica le informó de este acercamiento de PCS al directorio de Calichera, el cual se reunió extraordinariamente el 13 de abril pasado para conocer una situación que terminó sellándose ayer: un histórico acuerdo entre las cascadas, Kowa y PCS para actuar de forma consensuada.

De esta forma, el pacto que alcanzó Ponce con Kowa, precisamente como mecanismo de defensa ante la arremetida de PCS por la propiedad de SQM, hoy supone una “nueva mayoría” que incluye a estos últimos: otrora enemigos, hoy socios. El pacto tiene una duración de tres años.

Los cambios persiguen que ninguna decisión pueda tomarse con menos de la mayoría de 5 de los 8 miembros del directorio. En la actualidad, son cuatro los directores los que pueden definir las estrategias de la compañía, que se desprenden de aquellos elegidos por Calichera y Kowa, en virtud de la propiedad mayoritaria que tienen de la acción de la serie A de SQM, la cual permite elegir a 4 de los 7 directores –los otros 3 los elige Potash–, y que goza de mayores facultades políticas dentro de la empresa. Por ejemplo, en casos de empate, solo los directores de la serie A pueden votar y ahí Ponce, junto a Kowa, han sido mayoría.

Asimismo, Calichera se comprometió a que el presidente de SQM, quien en la actualidad es Eugenio Ponce –hermano de Julio– no ejerza su voto de desempate en caso de existir vínculos con algún accionista de la minera. Y, además, el contrato prevé que Calichera votará sus acciones de la serie B por aquel candidato independiente, quien será fiel representante de los votantes de la serie B. En la actualidad, el director independiente de SQM es el polémico Dieter Linneberg, gracias a los votos de Ponce.

En definitiva, empoderar al directorio sin intervención de estos accionistas en ninguna de sus decisiones, acordar cuórums mayoritarios y establecer una política de dividendos acordada por el conjunto y no solo por una de las partes, como ha sido hasta ahora.

La nueva fórmula para repartir los dividendos dice que por los próximo tres años SQM podría repartir hasta el 100% de sus utilidades. Pero establece condiciones. Para repartir el 100% de las utilidades, la firma debe tener un ratio de efectivo (cash)/pasivo financiero corriente igual o superior a 2,5 veces. Y, el total de pasivos, dividido por el valor de las acciones, debe dar un ratio de 1,1 veces.

Si esos ratios bajan, los dividendos a repartir caen a 80% y 60%. Y si ni siquiera esos ratios se consiguen, se pagará el 50% de la utilidad distribuible.

¿Y la venta?

Este acuerdo, por otro lado, genera una serie de especulaciones respecto de los planes de Ponce de vender parte de su propiedad en SQM, que controla a través de la cascada.

Algunos inversionistas que alcanzaron a leer los términos del acuerdo dicen que el pacto significa que el plan del empresario de vender parte de cascadas se congelaría por al menos 3 años. Aunque el acuerdo estipula que si hay un cambio de tenedor de las acciones de SQM, las condiciones del acuerdo se hacen vinculantes a ese nuevo controlador.

Cabe mencionar que los buenos resultados de SQM del último año le quitaron urgencia a la venta y Ponce no tiene la misma presión financiera.

Aunque un acuerdo de estas características supone para algunos una mejor forma de vender Calichera –sociedad cascada que directamente participa en SQM–, ya que mejora la calidad del gobierno corporativo del activo subyacente y deja a Ponce fuera de un área que le permitía cobrar un premio por control, pues ahora no es él quien controla sino un conjunto mayor.

Otra mirada es que el acuerdo, cuya fecha de vencimiento es 2020, puede responder en parte al efecto que le ha traído a la empresa el conflicto con Corfo. La crispada relación con la estatal es algo conocido por los distintos analistas y clasificadoras que ven la empresa a nivel internacional y, hasta ahora, supone un factor de riesgo no menor en sus distintos análisis.

Habrá que ver cómo reacciona la Corfo. Que Ponce se mantenga por otros tres años como uno de los principales accionistas de SQM no estaría en planes de la entidad estatal. El propio Eduardo Bitran, vicepresidente ejecutivo de la empresa, se ha encargado de manifestar, de manera reiterada, su interés por que el controvertido empresario deje la propiedad de la minera.

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