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Del chovinismo a la tecnología: el IPC cumplió 90 años, y no tan solo ha medido la inflación, sino la evolución de nuestra sociedad

Del chovinismo a la tecnología: el IPC cumplió 90 años, y no tan solo ha medido la inflación, sino la evolución de nuestra sociedad

El primer cálculo oficial de la canasta de bienes fue realizado en 1928 e incluía 42 productos, como cigarros, pasajes de tranvía y ¡un poncho!, y estaba enfocado principalmente en las necesidades del hombre. Hoy, la medición abarca servicios como gimnasios o productos tecnológicos y hasta bebidas energéticas.


El índice de precios al consumidor (IPC) cumplió 90 años este 2018, y este martes el INE publicó una línea de tiempo con la evolución de cómo el Estado ha medido la inflación en nuestro país. Y, de paso, cómo ha evolucionado nuestra sociedad, desde una canasta casi exclusivamente enfocada en los hombres, a una que incluye servicios y productos de tecnología.

El indicador, que permite monitorear mensualmente cómo evoluciona la inflación, sirviendo como instrumento oficial para reajustar arriendos, créditos, pensiones alimenticias, sueldos, salarios y contratos públicos y privados, así como para calcular la Unidad de Fomento (UF) y la Unidad Tributaria Mensual (UTM), es responsabilidad del Instituto Nacional de Estadísticas, el que, de forma conmemorativa, publicó una infografía (adjunta al final del artículo) con la evolución del indicador y nuestra sociedad.

El primer cálculo oficial del índice se efectuó en 1928 sobre la base de una canasta de bienes y servicios que comprendía 42 productos, tales como cigarrillos (incluido como alimento), pasaje en tranvía, cerveza rubia, vino tinto, mientras que entre la ropa había solo prendas de hombre: terno, camisa, zapatos y hasta un poncho.

Desde esa fecha y durante los siguientes casi 30 años, la canasta fue representativa solo del consumo efectuado por 68 familias de los mismos empleados del INE, que en aquellos tiempos se llamaba Servicio Nacional de Estadísticas y Censos.

La siguiente canasta fue creada en 1957 e incluyó muchos más productos (112), entre ellos alimentos procesados como las salchichas, bebidas cola, o artefactos como la plancha eléctrica o entretención, por ejemplo, la entrada al estadio. A la ropa de hombre se agregó la de mujer y niños.

Una de las más importantes mejoras metodológicas asociadas fue que, a partir de esta fecha, empezó a usarse la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) como referencia para definir los productos y servicios de la canasta del IPC, así como sus pesos relativos o ponderadores.

En 1969, el número de productos volvió a crecer sustancialmente, quedando en 305. Entre aquellos que ingresaron por primera vez estuvieron la empanada de horno, el pollo entero, las almejas, el pago de dividendo, el refrigerador, los pañales para niños, el teléfono particular, la radio y el televisor.

En la canasta de 1978 los productos aumentaron a 348, y se agregaron otros como el automóvil, la motocicleta, la bicicleta y el pasaje en Metro.

En la canasta de 1989, en tanto, se estableció un criterio de gasto mínimo para la inclusión de los bienes y servicios. Los productos se incrementaron, llegando a 368, y se definieron nuevas especificaciones para ellos. Por ejemplo, las paltas a medir debían ser verde oscuras y de primera; el pisco, en botella y de 30 grados; las flores, en media docena y rosas rojas, y la película fotográfica, de 100 asas y para 36 fotos en colores.

A partir de la canasta de 1998 aparecieron la comida china, el teléfono celular, el computador, la cámara fotográfica, el horno microondas, los servicios de televisión por cable y los servicios veterinarios, dando cuenta de la naciente multiculturalidad y el ingreso inevitable de la tecnología.

En 2008, en tanto, se incorporaron los anticonceptivos, los preservativos y el servicio público de internet, mientras que el 2013 se sumó el servicio de transporte escolar, los gimnasios, la bebida energética y la banda ancha móvil.

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