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Benedicto XVI denunció discriminación y violencia contra las mujeres

Según el Papa Ratzinger, todavía persiste una mentalidad machista que convierte a la mujer "en objeto de maltrato y de explotación en la publicidad y en la industria del consumo y la diversión".


El Papa denunció hoy que en muchas partes del mundo la mujer está discriminada por el mero hecho de serlo, por razones familiares e incluso religiosas, y exigió que se le reconozcan los mismos derechos que al hombre y se combata la violencia contra las mujeres.



Benedicto XVI hizo estas manifestaciones en el discurso que dirigió a los participantes en el Congreso Internacional «Mujer y hombre, el humanum en su integridad», organizado por el Consejo Pontificio para los Laicos en el XX aniversario de la publicación de la Carta Apostólica de Juan Pablo II sobre las mujeres «Mulieris Dignitantem».



El Pontífice denunció que todavía persiste una mentalidad machista, «que ignora la novedad del cristianismo», que reconoce y proclama la igual dignidad y responsabilidad de la mujer respecto al hombre.



«Hay lugares y culturas donde la mujer es discriminada y subestimada por el solo hecho de ser mujer, donde se recurre a argumentos religiosos y a presiones familiares, sociales y culturales para mantener la desigualdad de sexos», manifestó el Obispo de Roma.



El Papa Ratzinger agregó que se siguen consumando actos de violencia hacia la mujer «convirtiéndola en objeto de maltrato y de explotación en la publicidad y en la industria del consumo y de la diversión».



Ante hechos «tan graves», dijo que es más urgente que nunca el compromiso de los cristianos para convertirse en promotores de una cultura que reconozca a la mujer, en el derecho y en la realidad de los hechos la dignidad que le corresponde.



Benedicto XVI también pidió a los Estados que apoyen con adecuadas políticas sociales «todo lo que signifique promover la estabilidad y la unidad del matrimonio, la dignidad y la responsabilidad de la pareja, su derecho y obligación insustituible de educadora de los hijos».



La mujer, además, tiene que participar en la construcción de la sociedad, que debe valorar su talento.



En referencia al documento de Juan Pablo II «Mulieris Dignitantem», el Obispo de Roma señaló que en esa carta Juan Pablo II reafirmó la igualdad en dignidad entre hombre y mujer y la unidad de los dos, radicada en la diferencia entre ambos y la reciprocidad y complementariedad, la colaboración y la comunión.



El Papa Ratzinger recordó que la unidad del hombre y la mujer se basa en el fundamento de la dignidad de cada persona creada a imagen y semejanza de Dios.



«Por ello, cuando el hombre y la mujer pretenden ser autónomos y totalmente autosuficientes, corren el riesgo de quedar encerrados en una auto-realización que considera como conquista de libertad superar cualquier vehículo natural, social y religioso, pero que de hecho lo reduce a una soledad opresora», subrayó el Papa.



El Pontífice manifestó también que «ante las corrientes culturales y políticas que buscan eliminar o por lo menos confundir las diferencias sexuales inscritas en las naturaleza humana considerándola una construcción cultural» es necesario tener en cuenta el diseño de Dios, «que ha creado al ser humano hombre y mujer, con una unidad al mismo tiempo y una diferencia originaria y complementaria».



EFE


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