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Los crudos detalles que diferencian el acta firmada por los ex conscriptos y la querella del INDH PAÍS Créditos: Agencia Uno

Los crudos detalles que diferencian el acta firmada por los ex conscriptos y la querella del INDH

El Ejército, para tramitar la baja de los conscriptos, les hicieron firmar actas en el que niegan haber recibido apremios durante el periodo de instrucción. Sin embargo, la querella del Instituto Nacional de Derechos Humanos revela tipos de maltrato al que estaban sometidos los soldados.


El Ejército, en un ejercicio protocolar según el Comandante en Jefe Javier Iturriaga, les hizo firmar un documento a los conscriptos de la Brigada Motorizaza N°24 “Huamachuco” en el que reconocían que “jamás recibió apremios físicos, ni sicológicos, como ningún tipo de maltrato”, para tramitar su baja. Sin embargo, la querella que ingresó el Instituto Nacional De Derechos Humanos por “apremios ilegítimos”, describe eventos que distan mucho de esa realidad.

Según publicó El Mostrador, el Ejercito respondió a 10 recursos de amparo interpuestos para conseguir la liberación de 10 soldados ante la Corte de Apelaciones de Santiago a propósito de los eventos ocurridos en Putre, que terminó con el fallecimiento del conscripto Franco Vargas.  La institución incluyó la denominada “Acta de Entrega Personal” suscrita por cada uno de los conscriptos en el que asegura no haber recibido malos tratos durante el periodo de instrucción.

Iturriaga explicó que este documento “es parte de nuestro protocolo desde hace muchos años y que, busca que la persona, de manera consciente, una persona adulta, pueda determinar si efectivamente tuvo alguna situación, o declarar que efectivamente tuvo maltrato”.

Al ser consultado por la posible acción coertiva del documento, ya que se exigía la firma de este para autorizar la baja, el Comandante en Jefe del Ejercito respondió que “puede ser visto así, pero este no es un documento que nació producto de esta situación. Es un documento que lleva muchos años y es parte de nuestro protocolo. Esto se hace con los alumnos de las escuelas matrices, con los soldados que se licencian, con los suboficiales que piden su retiro. Es un documento absolutamente normal”.

A pesar de la firma de este documento, diferentes ex conscriptos que protagonizaron el evento han acusado abusos y maltratos de por parte de sus superiores. Una versión que se asemeja más a lo detallado por el INDH en su querella que publicó el diario La Tercera.

En el documento se detalla que “desde el día 21 de abril del presente año, alrededor de 250 jóvenes soldados conscriptos pertenecientes al Regimiento Motorizado N°24 ‘Huamachuco’ de Putre, formaron parte de una instrucción militar que les trasladó hasta el sector denominado “Pacollo”.

En ese lugar, advierte el INDH, los conscriptos “fueron sometidos a golpes de pies y puños por parte de sus superiores a cargo, en cualquier contexto y momento: mientras se desarrollaba la instrucción, cuando dormían, comían o durante las caminatas” que eran realizadas sin el equipamiento necesario ni de noche ni de día.

Eso, más o menos era un dato conocido, pero el INDH detalla que a los concriptos se les privaba del sueño durante varias noches y sólo se les permitía dormir una hora para seguir con la isntrucción. A ese ejercicio le denominaban “la imaginaria”.

En cuanto a los servicios higiénicos se revela que los jóvenes estaban expuestos “a fecas de ratones en los espacios de preparación y consumo de alimentos, así como obligarlos a comer con las manos de una misma bandeja grupal por no entregarles elementos básicos como cucharas” y “fueron obligados a utilizar letrinas sin acceso a medidas higiénicas de aseo personal, espacios saturados de excrementos humanos, sin agua corriente, jabón ni papel higiénico, en grupos de hasta 15 personas defecando al mismo tiempo”.

Hay que considerar que todo esto ocurría en Putre,  “a 4.600 metros de altura, con temperaturas de -15 grados durante la noche y con índices de radiación solar extremadamente altos durante el día”.

Además, en la querella se incluyen denuncias contra los instructores del Ejército de Chile, pues en los hechos mencionados anteriormente se circunscribían en un contexto de maltrato verbal con frases homofóbicas o de connotación sexual.

En la querella, se señala que algunos instructores repetían la frase ” “un pelao menos es mejor”. Esto, en presencia de los conscriptos luego del fallecimiento Franco Vargas.

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