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Ex funcionaria del servicio de inteligencia británico: «Vivimos como en la novela 1984 de George Orwell»

Ex funcionaria del servicio de inteligencia británico: «Vivimos como en la novela 1984 de George Orwell»

Expertos valoraron la nueva filtración de WikiLeaks.


Las últimas revelaciones de Wikileaks, dirigido por el australiano Julian Assange, que se tachan como «la mayor filtración de datos de inteligencia de la historia» y que tienen relación en cómo la Agencia Central de Inteligencia (CIA) es capaz de captar los mensajes escritos en plataformas como WhatsApp o Sina Weibo y utiliza métodos para inculpar a otros países de sus operaciones de espionaje digital, pone en peligro la democracia, según comentan varios expertos.

«La nueva filtración es potencialmente muy significativa, valiosa y particularmente ilustrativa, ya que podría revelar un aspecto muy moderno de la guerra cibernética», señala a la agencia rusa RT, el profesor titular de la Universidad RMIT en Melbourne (Australia), Binoy Kampmark.

En esa línea, cita las palabras de Donald Trump, que dijo que EE.UU. «tiene que armarse para el próximo conflicto cibernético, dado que nos encontramos en una era de ciberguerra».

Por su parte, Larry Johnson, ex analista de la CIA, asegura que los documentos de WikiLeaks demuestran «lo robusto y organizado que es el esfuerzo de la CIA, al menos en el extranjero, de participar en actividades cibernéticas, arrojando un poco de luz en un área oscura que normalmente no es accesible al público».

«No solo es un problema de seguridad: afecta al negocio», afirma.

En tanto, Annie Machon, ex funcionaria del servicio de inteligencia británica MI5, apunta a que todo ésto va más allá: «Estamos viendo la novela ‘1984’ de George Orwell, en la que las pantallas en nuestros pisos pueden observarnos».

Alerta que los dispositivos inteligentes dentro de nuestras casas, como refrigeradores o televisores inteligentes, ya han sido ‘hackeados’ y los utilizan para espiarnos.

Para la experta, la expansión masiva de Internet y la tecnología han hecho posible el espionaje «a escala industrial».

«Ninguno de nosotros tiene un sentido inherente de privacidad, a menos que tomemos medidas extremas para protegerla incluso en nuestros hogares», declara.

«Estas nuevas realidades tecnológicas son muy peligrosas para el pleno funcionamiento de la democracia, porque una vez que pierdes la sensación de que tienes privacidad para hablar, escribir, mirar, leer, puedes comenzar a autocensurarte y no podrás ser un ciudadano plenamente informado que participa en la democracia», concluye.

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