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Seguridad colectiva en APEC

Hoy existen las condiciones propicias para trabajar, con un real espíritu de consenso, en la ampliación de la agenda de trabajo del Año APEC México 2002, potenciándola con una variedad de temas que guardan directa relación con uno de los objetivos prioritarios que nuestros líderes se han comprometido a cumplir en el menor plazo posible: elevar colectivamente el nivel de seguridad de los más de 2 mil millones de habitantes que forman parte de la comunidad APEC.


En una región que históricamente ha estado plagada de desconfianzas, debido tal vez a su rica diversidad cultural, política y económica, y en donde aún subsisten algunos potenciales riesgos de conflicto, el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) dio en Shanghai, sede de la última Cumbre de Líderes de la organización, un paso concreto hacia la inclusión de un tema que fue anteriormente considerado tabú por algunas de las 21 economías que participan en esta iniciativa multilateral de la que Chile es miembro desde 1994.



Tal vez sin esperarlo, el llamado hecho por los jefes de gobierno, incluyendo a nuestro presidente, Ricardo Lagos, a condenar enérgicamente los atentados terroristas en Estados Unidos y a instruír a los correspondientes burócratas a elaborar mecanismos que permitan una mayor coordinación, intercambio de información y -más importante- la aplicación de reglas claras en los sectores del quehacer económico y financiero donde por años han operado libremente células extremistas como las que organiza Al Qaeda, está dando sus primeros frutos.



Hoy existen las condiciones propicias para trabajar con un real espíritu de consenso, en la ampliación de la agenda de trabajo del Año APEC México 2002, potenciándola con una variedad de temas que guardan directa relación con uno de los objetivos prioritarios que nuestros líderes se han comprometido a cumplir en el menor plazo posible: elevar colectivamente el nivel de seguridad de los más de 2 mil millones de habitantes que forman parte de la comunidad APEC.



Este año, bajo el liderazgo de la primera economía latinoamericana en presidir el foro desde su creación hace ya 12 años, la organización profundizará aún más su actual radio de acción e interés mediante el financiamiento de novedosos proyectos y el seguimiento de las labores que algunos grupos de trabajo ya están realizando en el área del acceso de la población a la salud y la prevención de enfermedades altamente infecciosas como el sida; la promoción de ciudades sustentables y la protección de nuestro medio ambiente; el fortalecimiento de mecanismos de acceso a créditos y asistencia técnica a microempresas; la valorización del desarrollo pleno de la mujer en nuestras sociedades; la introducción de tecnologías informáticas que permitan triplicar el número actual de personas que tienen acceso a internet al año 2005, y portales que fomentan la actividad de nuestras Pymes.



A ello se suma el freno al crimen organizado que actualmente opera en el sistema financiero y la efectiva implementación de iniciativas APEC que forman parte de una estrategia regional para el desarrollo, algunas de las cuales, por diversas razones, estuvieron hasta ahora en un estado de semiconsciencia.



Para quienes han formado parte activa de agrupaciones que dicen estar en contra del trabajo desplegado por organizaciones económicas multilaterales como lo es APEC, a la usanza de aquellos grupos antiglobalización que desfilaron en masa por las calles de Seattle, Washington DC y Estocolmo, el 2002 constituye una oportunidad para ver en acción las respuestas que puede ofrecer a la comunidad un sistema de cooperación regional, el que a través de la ampliación gradual de su agenda buscará potenciar los mecanismos que ya forman parte de una efectiva fórmula regional destinada a alcanzar un desarrollo equitativo, con el mayor grado de participación posible y sobre todo sustentable en el tiempo.



Sólo así se puede asegurar la introducción de apropiadas políticas públicas en las 21 economías que componen APEC, teniendo en cuenta para ello los cambios esenciales para brindar un mayor optimismo y creciente estabilidad a sus mercados, beneficiando así a sus principales consumidores.



Tal vez irónicamente, debido a las consecuencias que trajo consigo el violento acto criminal en contra de miles de personas en Nueva York el pasado 11 de septiembre, la APEC, organización cuya presidencia será ejercida por Chile en el 2004, despertó y tomó nota que el tema de la seguridad en nuestra dinámica región no sólo se refiere a la adquisición de sistemas de defensa de última generación, la contratación de mayor número de guardias para proteger los bienes públicos y privados o el despliegue de unidades militares en las fronteras.



En APEC, el tema de seguridad guarda directa relación con el acceso a alimentos sanos y seguros; a la posibilidad de entregar a nuestros jóvenes y futuros liderazgos, por medio de jornadas de intercambio, las herramientas técnicas y académicas que les serán necesarias para poder crear riqueza por medio de un trabajo justamente remunerado, sea cual sea su género, al uso inteligente de nuestro medio ambiente para proveernos de nuevas fuentes energéticas eficientes y limpias, que constituyan una alternativa al petróleo, y a la protección de ecosistemas que constituyen para muchas de las economías miembros, en especial las que muestran un menor grado de desarrollo, atractivas opciones para fomentar el establecimiento de una industria de turismo sustentable, de la recreación y la ciencia.



También se refiere a la creación de condiciones apropiadas para la atracción de nuevas inversiones y la formulación de programas que motiven el establecimiento de mecanismos de cooperación público-privado para la construcción de la necesaria infraestructura requerida en un mundo globalizado, entre otros aspectos del desarrollo en nuestra región.



Existe un compromiso en orden a que deben quedar atrás en la memoria de las comunidades que habitan la región APEC las imágenes de inestabilidad económica y social producto, entre otros factores, de la corrupción gubernamental y privada que surge cuando no existen ni se aplican reglas claras por igual; de la falta de acceso a una educación básica, media, técnica o universitaria; de la imposibilidad de contar con los medios necesarios para una educación que permita competir con éxito en los mercados actuales o de elementos tecnológicos en los sistemas nacionales de salud en lugar de sólo encontrarlos en centros de carácter privado, y de la gradual erosión de tierras, la contaminación de aguas y la pérdida de numerosas especies.



Representantes del sector privado agrupados en el APEC Business Advisory Council, entre los cuales se encuentran líderes empresariales de compañías Fortune 500, y de la academia, agrupada en el APEC Study Center Consortium, también incorporarán a sus agendas de trabajo el tema de seguridad, teniendo en consideración las nutridas experiencias que ambos protagonistas del quehacer APEC pueden contribuir en la elaboración y puesta en marcha de una contundente estrategia regional para enfrentar con creatividad y decisión los retos que sólo incrementan temores y traen consigo los riesgos que nadie quiere volver a vivir.



*Director (programa) en representación de Chile ante el Secretariado APEC, en Singapur.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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