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La comedia está de luto


Claro que todos nos sorprendió la muerte de Marlon
Brando y creo que lo mas notable de su vida como
actor, es que marcó varias décadas y por ende
generaciones de personas en todo el mundo, que a
través suyo vieron y amaron el cine, ese llamado
séptimo arte.



Su versión de «el padrino» fue lo que bastó, de un
plumazo, para que el mundo entero comprendiera que era
y es la mafia, como se mueve, cuales son sus códigos,
sus valores y sus acciones. A mas de algún
globalizador de hoy le debe haber servido de ejemplo y
hasta de estímulo para hacer los negocios que hoy
saltan a la noticia como cuestiones normales de la
alta finanza.



En unos Estados Unidos marcados por la locura de
Macarthy, el moralismo barato y los dobles
stándares,alguien dirá muy similar a lo que sucede
hoy, fue nuestro Marlon capaz de protagonizar aquel
«Tranvia Llamado Deseo», que provocó alaridos entre
los psicópatas y moralistas, pero que se impuso por su
calidad. Cual cincuentón no se ha sentido en sueños el
hombre de El Ultimo Tango en París?



No fue un artista que siguiera los tiempos ni
decidiera su conducta por el «rating» o las
encuestas;fue un creador y de vanguardia y ayudó a
hacer del mundo algo mas libre, mas pleno, mas laico y
real.



Para que hablar de las pequeñas comedias de nuestra
tierra, esas que vemos todos los dias cuando salen las
noticias judiciales o de la lucha contra la
corrupción. Al lado de Brando, parecen y son payasos de
circo pobre.



Ya se nos habían ido Marcello Mastroiani y Vittorio
Gassman, otros dos luchadores del derecho a la verdad
mediante el Arte, forma suprema de acción humana.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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