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Los discapacitados y el alza de pensiones


En Chile las personas con discapacidad y sus familias se quedaron esperando un alza digna de sus pensiones asistenciales. Con mirada realista analizaron el trasfondo del proyecto estrella del nuevo gobierno chileno.



Respecto a la política de aumento de pensiones asistenciales, el Senado aprobó esta semana el proyecto para incrementar las pensiones mínimas y asistenciales en un 10 por ciento. Con dicho aumento, las personas con discapacidad verán aumentado en tan solo 4.000 pesos (8 dólares) su ingreso mensual.



La deuda del sistema de pensiones chileno es enorme. La calidad de vida de las personas con discapacidad y adultos mayores no mejora con un aumento de 8 dólares. A su vez los requisitos básicos que establece la Ficha CAS o «Familia» para acceder a la pensión siguen siendo excluyentes y discriminatorios. Cabe preguntarse si este aumento obedece a una acción que apunta a superar la pobreza o a una estrategia mediatica con efecto «tranquilizante» para a los sectores postergados.



En la práctica las pensiones de invalidez subirán a 44.186 pesos (85,92 dólares). Este monto ruborizaría a cualquier autoridad o mandatario de un país desarrollado, esta cantidad ha sido -y al parecer seguirá siéndolo con el nuevo gobierno- una vergüenza internacional. Ricardo Lagos hijo alzaba las manos en señal de victoria al interior de la sala de plenarios cuando se aprobaba la medida con el mínimo de votos, como si con ello se solucionara en algo la enorme desigualdad en nuestra patria.



Su padre y ex gobernante, antes de ser Presidente, prometió doblar los montos de las pensiones asistenciales. No cumplió su promesa y luego de cinco años desde que se probó la banda presidencial, su sucesora recién comienza a trabajar el tema. ¿Una burla? ¿Un juego de emociones? Porque se especuló, se jugó con el sentimiento y las expectativas de los excluidos, al anunciar dicha medida con meses de antelación sin mencionar montos.



¿Cuantos pensamos que habría un alza justa y equitativa, acorde con la deuda histórica relacionadas con las pensiones asistenciales? Finalmente las subvenciones más altas subieron lo mismo que las más bajas, sin aplicar un parámetro inspirado en la realidad de los más pobres de nuestro país. Esta «alza» en poco y nada soluciona los problemas del ciudadano común, menos aun la calidad de vida de las personas con discapacidad y sus familias.



Juan Cerda, poeta, comunicador social y conductor del programa «Abriendo Horizontes» (una perspectiva humana hacia el mundo de la discapacidad) me señalaba: «Muchos políticos gastan en un almuerzo o en una rueda de tragos lo que entregan para que viva una persona con pensión asistencial durante un mes. Yo soy discapacitado y no recibo una pensión porque vivo en casa sólida.



Cuando no hay amor, no hay empatía ni compasión, es decir, no se siente con-pasión las necesidades del otro. Se viene el invierno y seguirán sin vivienda y sin calefacción muchos compañeros y hermanos con discapacidad, porque simplemente los 4 mil pesos de alza en al pensión no les permitirá siquiera ponerle tejas a sus piezas de allegados. Doña Juanita, la misma mujer de los discursos de Lagos, observa decepcionada el alza en las pensiones. Ella es madre de un niño con discapacidad.



¿Se puede vivir dignamente con 44 mil pesos al mes, un monto equivalente a un par de zapatos o un par de pantalones?. ¿Se puede vivir con una cantidad con la que se puede cancelar solo la tercera parte de una silla de ruedas, es decir la silla pero sin las ruedas?. ¿Podemos seguir aceptando el factor suerte o condicionalidad, en la obtención de una pensión asistencial que opera bajo el criterio de una ficha CAS obsoleta y pésimamente diseñada?.



La paradoja de esta alza de 4.000 pesos (equivalente a 4 hot dogs o una pizza) es que Ä„sorpresa! lo pagará el mismo ciudadano, especialmente los sectores más sencillos con el alza del IVA (impuesto al valor agregado) a 19%. Para solventar esta alza se necesitaban 180 millones de dólares anuales y con el alza del IVA se recaudarán 600 millones al año ¿Dónde irán los otros 420 millones? ¿Por qué no se utilizaron para realizar un alza digna en las pensiones? El hecho es que en la práctica, con suerte el beneficiario con discapacidad podrá con esta alza, comprar cuatro cepillos de dientes o adquirir 4 gaseosas.



Duele en lo profundo tanta miseria para los sectores excluidos y postergados en Chile, tantos sombreros de doble fondo al momento de beneficiar a los más pobres, contrastados con la opulencia al momento de comprar armas o renovar el avión presidencial. Para eso no hay límite, están disponibles todos los recursos necesarios y estamos hablando de millones de dólares. ¿Cuáles son las prioridades de las acciones políticas chilenas? El problema es que cuando no hay conciencia de la temática de la discapacidad no hay conciencia respecto a la temática de la pobreza.



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*Alejandro Hernández es Presidente de la Fundación Nacional de Discapacitados,


  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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