Publicidad

Yo soy Diario Siete


Los trabajadores de Diario Siete hemos visto «con asombro y algo de pena» como se ha desatado una controversia pública -a través de columnas publicadas en El Mostrador.cl– sobre la suerte de nuestro medio, ignorando un hecho fundamental: estamos en huelga legal desde hace 13 días y la empresa no ha dado señal alguna de que esté interesada en solucionar este conflicto.



Nos molesta y nos duele que la semana pasada tanto el presidente del directorio de la empresa, Genaro Arriagada, como la directora de Diario Siete, Mónica González, y el subdirector, Alberto Luengo, hayan aprovechado las columnas de El Mostrador para responder a las críticas de María Olivia Mönckeberg (publicadas el 23 de mayo), omitiendo pronunciarse sobre el conflicto laboral que amenaza con dejarnos sin empleo.



Cuánto nos habría gustado que en estos días de conflicto, Genaro Arriagada hubiese mostrado esa misma diligencia para sentarse a dialogar con nosotros. Cuánto nos hubiera gustado que nos diera argumentos valederos y razonables -como intenta hacer en su columna-, en lugar de la fría postura que adoptó durante las negociaciones que condujeron a esta huelga legal.



Lo mismo nos asombra y nos duele que nuestra directora y nuestro subdirector se enfrasquen en discusiones elitistas sobre la libertad de expresión para defender a uno de los accionistas de Diario Siete, mientras, al mismo tiempo, han mantenido silencio sobre el conflicto que ya lleva casi dos semanas.



Si Genaro Arriagada, Mónica González y Alberto Luengo hubiesen destinado sus buenos oficios para atender nuestras demandas laborales -que son básicas y no involucran grandes desembolsos de dinero- no tendrían ahora que escribir columnas para defender el proyecto de Diario Siete. De hecho, María Olivia Mönckeberg no habría cuestionado a este medio ni a los accionistas de la empresa.



Pero ninguno de los tres se preocupó por los 40 trabajadores en huelga (casi la totalidad de la fuerza laboral del medio) que escriben, fotografían, diseñan, comercializan y apoyan desde distintas tareas a Diario Siete. Por el contrario, desde dentro de la empresa -y también a través de nefastos rumores- hemos sido amenazados explícita y tácitamente con el eventual cierre de este medio (supuestamente, como resultado de nuestras demandas). Con ingenuidad, creíamos que esa táctica era propia de algunos empresarios en tiempos de la dictadura. La negativa de Arriagada a escuchar al Sindicato y a buscar de manera flexible alguna fórmula para satisfacer al menos parte de lo que le hemos planteado, llevó a votar la huelga con una adhesión que superó el 90% de la asamblea. Y la indiferencia de Mónica González frente al fondo del conflicto no hizo sino ahondar la distancia entre la empresa y los trabajadores.



En estos 13 días de huelga hemos recibido múltiples muestras de apoyo y solidaridad de periodistas, políticos, artistas, gremios de la prensa y de nuestros lectores. Los respaldos han provenido de diversos sectores políticos e ideológicos, porque mucha gente se da cuenta de que los derechos laborales no pertenecen a la Concertación ni a la oposición, sino a todos quienes trabajan y, por lo mismo, todos deben respetarlos.



Las acciones realizadas por el sindicato de Diario Siete durante estos 13 días de huelga legal han incluido actos artísticos, reuniones con dirigentes políticos y parlamentarios, una protesta simbólica durante el mensaje presidencial del 21 de mayo en el Congreso y marchas hasta el Palacio de La Moneda. Esto ha conducido a que la Cámara de Diputados decida investigar la forma (injusta) en que se distribuye la publicidad estatal en los medios de comunicación: si se llega a aprobar una iniciativa legal que transparente el sistema, bien podría llamarse la «Ley Diario Siete».



Sobre nada de esto se pronuncian Genaro Arriagada, Mónica González ni Alberto Luengo en sus columnas. Simplemente, se enfrascaron en una discusión que omite lo más importante: los medios los hacen, día a día, sus trabajadores.



Nosotros siempre hemos creído en el proyecto del Diario Siete (en esto, por supuesto, discrepamos con María Olivia Mönckeberg, porque creemos en un medio democrático, pluralista y humano, no sólo de la boca para afuera, sino también a nivel interno). Creemos en un medio que no sólo se preocupe de los trabajadores del país, en general, sino de los propios para que se predique con el ejemplo. Creemos firmemente en el diálogo como vía para solucionar desacuerdos sin necesidad de que estallen conflictos.



Pero para conseguir todo esto se necesita una actitud propositiva del directorio de la empresa y de la dirección del diario, el resto no son más que palabras vacías.



Sinceramente esperamos que Arriagada, González y Luengo dejen de pelearse con sus críticos a través de las páginas de El Mostrador y pongan su atención en lo más valioso de Diario Siete: sus profesionales y administrativos. De lo contrario, sólo sucederá lo que muchos temen: el cierre de un medio de comunicación del que nosotros nos sentíamos orgullosos de formar parte.



Nuestra consigna en esta huelga ha sido «YO SOY DIARIO SIETE» y hemos mantenido la mística y la unidad durante este conflicto, que ya ha durado demasiado.



Nos gustaría que la empresa y la dirección lo tuvieran presente y se sentaran a dialogar con nosotros para buscar una solución.



_____________________________________________



Juan Pablo Sierra (presidente del sindicato de trabajadores de Diario Siete), Maribel Urrea (secretaria), Verónica Cerda (tesorera), Nicolás Abalo, Gastón Abarca, Marcia Aguilar, Mario Aguilera, Cristián Almonacid, Isabel Alvarez, Sergio Benavides, José Luis Brito, Rodrigo Calderón, Roberto Careaga, Daisy Castillo, Pilar Collado, Héctor Cruzatt, Lucy Dávila, Ricardo Delucchi, Carlos Díaz, Héctor Durán, Alex Farfán, Marco Fredes, Cecilia Galdames, Javier Godoy, Isabel Guzmán, Hugo Guzmán, Eduardo Hernández, Cristián Labarca, Marco Llanos, Marcelo Mendoza, Ximena Muñoz, Julio Mundaca, Edgardo Ortega, Marcos Ortiz, Leoncio Pineda, Claudia Rivas, Liliana Soto, Cecilia Soto, Luis Urrutia, Margaret Valenzuela, Oscar Valenzuela.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias