Recientemente ha estado en la palestra la expulsión de las mascotas de un edificio en Viña del Mar, en consideración a una denuncia que hizo un propietario por las molestias que estos animales causarían. Vimos en la televisión como los propietarios de las mascotas se quejaban y mostraban el afecto que tenían por ellos.
Tras estas escenas y acontecimientos se esconde un fenómeno social de grandes proporciones que terminará con desplazar a muchos seres humanos, para dar cabida a las mascotas en la vida de las personas.
En los últimos años, se ha incrementado el interés por contar con mascotas en las casas. Mujeres y hombres solos, familias, niños, personas que viven en casas o parcelas y en general todos aquellos que desean disfrutar del cariño que da un animal, sea este un perro, gato, pájaro, pez u otros bichos.
Estos animales gozan de mayores beneficios que las personas y han dado paso a una enorme y próspero negocio, que involucra comida para animales, clínicas veterinarios, medicamentos, hoteles especializados, y todo tipo de implementos para el confort de la mascota. Casas, collares, correas, juguetes, acuarios y demás implementos.
En Suiza y otros países, los dueños de perros deben ir recogiendo las suciedades en una bolsa por la calle. Además, está prohibido que los perros ladren para no molestar a los vecinos, lo que se traduce en animales que pierden una de sus mayores cualidades: el guau-guau.
Es tal la tolerancia que existe con los animales, que muchas veces supera la que tenemos con los hijos. Un perro de un amigo mío le ha destrozado todo el sistema de riego en su jardín. Se come los conductos plásticos. Además, se ha devorado los asientos de las bicicletas y continúa recibiendo beneficios dignos de un sultán. Mientras que a los hijos no se les tolera el sacarle una hoja a una planta del jardín.
En el centro de Santiago hay más de 200 edificios ocupados y las propiedades preferidas son los que tienen un departamento, ocupados por personas solas, consumidores principales de las mascotas.
Hoy, en nuestro país, se importan varias decenas de millones de dólares en estos insumos y dependen laboralmente en estos servicios más de 20.000 chilenos. Según datos estadísticos, hay 2,5 millones de perros y 1,5 de gatos. En muchos casos el cariño de un perro o gato, puede reemplazar el cariño de los padres o del marido. Así que Ä„cuídese señor!
Unas señoras que conozco han tomado la drástica decisión de no salir de su casa por temor a dejar solos a su perro y gata. Temen que esto les produzca depresión y de ansiedad. ¿Habrase visto tamaña locura?
El negocio de las mascotas está recién dando sus primeros pasos y promete grandes inversiones durante esta década, siendo los hoteles y cementerios los nuevos nichos a explotar. Tampoco se descartan los paseadores de perros, los lavadores y peinadores a la casa, los psiquiatras especializados, la atención a domicilio con Isapres especializadas y las comidas diet para toda clase de bichos.
Una multitienda chilena ya sacó a la venta un seguro total para perros, que incluye temas sanitarios, médicos, hotelería y otras yerbas.
Ya pasaron los tiempos en que nuestro perro se comía las sobras del almuerzo y lo paseábamos por la cuadra, regalándole una galleta de agua.
Pero hay algo más preocupante, el índice de paseos en la calle y parques con perros se ha duplicado, en relación al paseo de parejas, abuelos con sus nietos, y jóvenes con sus pololas. Los animales están siendo más queridos y mimados que nuestros parientes. Un índice para ser considerado.
Como dijo un filósofo griego, «si quieres tener un amigo, cómprate un perro».
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Fernando Vigorena Pérez. Conferencista y capacitador profesional.
