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Los sospechosos de siempre


Si algo hay que reconocerle a nuestra derecha, es su consecuencia. Sí, porque cuando se trata de realizar modificaciones legales que tengan como objeto la ampliación de las libertades públicas, la apertura de mayores y mejores espacios de participación, o el fin de la exclusión electoral que sufren algunos sectores políticos, nuestra derecha no es populista, ni oportunista, ni menos demagógica, sino que de una sola línea: su total y rotundo rechazo a cualquier atisbo de ampliación democrática.



Se han opuesto tenazmente a la reforma al sistema binominal que no hace más que excluir y cerrar la posibilidad a las minorías, en la construcción y debate legislativo, violentando uno de los principios básicos de toda democracia: la entrega de espacios de participación a todos los sectores.



Se opusieron y se van a seguir oponiendo a la inscripción automática y al voto voluntario, con lo que se aferran desesperadamente a un sistema de registro y control de votantes anquilosado en el siglo pasado, que excluye a miles de jóvenes y que impone un sistema de participación electoral basado más en la coerción que en la motivación ciudadana y el debate de propuestas entre los candidatos.



Y en la misma dirección, ahora ya anunciaron que se van a oponer a una de las reformas que nos instala como uno de los pocos países del mundo que tiene total y completamente excluidos a sus ciudadanos en el exterior. Miles de chilenos que estudian o trabajan, pero que aunque se sientan tan chilenos como los que vivimos aquí, se ven imposibilitados de participar en los comicios electorales por la sola razón de encontrarse fuera de nuestras fronteras.



¿A que le teme la derecha?. Antes el argumento para oponerse era que los residentes en el exterior eran exiliados y por tanto en el cálculo electoral indicaba que era «peligrosa» la participación de los chilenos residentes en el exterior. Hoy, no son sólo exiliados, sino miles de compatriotas que han emigrado o que se encuentran temporalmente por estudios o trabajo fuera del país, pero que por lo visto siguen siendo igual de peligrosos para nuestra derecha.



Una derecha, que con estas actitudes demuestra que sigue siendo la misma de siempre, atemorizada por ampliar las libertades públicas y la participación, desconfiada de los ciudadanos y las herramientas de la democracia y que a pesar de llevar largo tiempo fuera del gobierno, a la hora de las definiciones la gente sigue reconociendo en ellos a las fuerzas conservadoras de antaño.



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Jorge Parragué López, Cientista Político UC, Director del Programa Generación Bicentenario de la Fundación Chile 21.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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