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Para Chile, Asia «la lleva»

Gabriel Angulo Cáceres
Por : Gabriel Angulo Cáceres Periodista El Mostrador
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Con Brunei Darussalam, China, Corea, India, Indonesia, Japón, Malasia, Singapur, Tailandia, Viet Nam, con todos ellos y más, de menor a mayor manera, Chile ya está trabajando en avanzar temas que forman parte de una potente agenda de cooperación política, de liberalización y facilitación comercial.


Por Mario Ignacio Artaza*

Aún cuando Chile privilegia su interacción con América Latina por sobre cualquier otro referente geográfico en el planeta, claro está para nuestro país como así también para la mayor parte de nuestro entorno que el hoy y el mañana de nuestro desarrollo compartido depende de lo que individual como colectivamente, podemos llegar a construir con Asia.

Más allá que al otro lado del Pacífico se encuentran India y China, dos economías que están contribuyendo para mantener en alto la demanda de commodities que forman en gran parte la espina dorsal de la sustentabilidad del comercio latinoamericano, son varios otros países asiáticos, junto a estos dos grandes de esa región,  los cuales tienen la llave para hacer o deshacer la tan ansiada recuperación en la Unión Europea, los Estados Unidos y, por cierto, de los mercados de América Latina.

Chile ha hecho bien sus tareas en Asia, particularmente desde 1990 a la fecha. Somos el país de la región que cuenta con la mayor cantidad de instrumentos de cooperación y de interacción comercial, con países asiáticos, y en el 2010, nos convertiremos en el primer país latinoamericano en sumarnos a las economías desarrolladas del proceso APEC (Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico), al presentarnos ante los demás 20 socios del mecanismo, como una economía que ha sido capaz de cumplir con las denominadas «Metas de Bogor».

Los éxitos alcanzados por Chile en la región no han obedecido a iniciativas individuales ni partidistas, sino que corresponden a una política de Estado la cual, en un futuro cercano, deberá iniciar una nueva etapa en cuanto a su planificación, sustentación y ejecución, si acaso queremos mantener al país atractivo en una región donde crecientemente hay mayor competencia para nuestro país y sus bienes (si queremos ir más allá del cobre y otros minerales exportados), que en otros mercados.

Lo anterior, en gran parte debido -en lo comercial- a los niveles de crecimiento de los ingresos que exhibe la gente que habita en India, China y otras naciones ubicadas en dicha zona, como también -en lo político- a la creciente influencia de aquellos actores en cómo se están delineando a nivel bilateral y multilateral de temas tales como el medio ambiente, seguridad, energía, ciencia y tecnología, innovación y educación.

A modo de ejemplo, para el 2020, unos 600 millones de chinos y unos 400 millones de indios, tendrán un ingreso similar a la de un chileno medio, lo cual significa que debemos gradualmente apuntar con ingenio y visión estratégica, a diseñar e implementar políticas comerciales en materia de promoción de turismo, servicios varios, vino, frutas y otros alimentos que forman parte de nuestra canasta y probado expertise, productos que son altamente apetecidos por esta nueva clase media que también está floreciendo en aquella decena de países que forman ASEAN (Association of South East Nations).

Con Brunei Darussalam, China, Corea, India, Indonesia, Japón, Malasia, Singapur, Tailandia, Viet Nam, con  todos ellos y más, de menor a mayor manera, Chile ya está trabajando en avanzar temas que forman parte de una potente agenda de cooperación política, de liberalización y facilitación comercial, sin perder la vista en torno a las legítimas demandas que está planteando el mundo en desarrollo, por medio de la Ronda de Doha y los foros multilaterales especializados.

Sin embargo, comercialmente hablando, Chile prontamente deberá centrarse en ir más allá de lo que está acostumbrado a realizar en Asia, pues con mayores ingresos entre sus habitantes viene consigo el deseo por probar lo novedoso en lugar de lo usual, o adquirir aquello que tiene un mayor trabajo de marketing, incluso por sobre la calidad y el precio proveniente de un socio conocido.

Esto requerirá estar presente en nuevas capitales y centros de consumo, algunas desconocidas por Chile y sus emprendedores, pero ya siendo trabajadas por algunos de nuestros competidores. La atracción de inversiones desde el Asia hacia Chile no debe estar fuera de la ecuación al momento de diseñar, conformar los equipos profesionales y el financiamiento necesario para dar un salto estratégico cuantitativo y cualitativo en la futura relación de nuestro país con esa región.

En las próximas semanas, nuestra Presidenta liderará una nutrida delegación público y privado, cumpliendo varias escalas de trabajo e interacción en Asia. Junto con acompañar a nuestra Jefe de Estado en su última Cumbre Informal de Líderes Económicos APEC, en Singapur, los representantes del quehacer chileno especialmente invitados para la ocasión podrán visualizar – entre otras actividades – los avances alcanzados en la construcción del pabellón de vidrio, madera y metal  orientado a presentar un Chile innovador y jugado por un desarrollo sustentable, participativo y acogedor,  ante decenas de miles de asiáticos que lo visitarán, con motivo de la Exposición Universal de Shanghai 2010.

La próxima visita de Michelle Bachelet al Asia tendrá, por cierto, varios elementos políticos y comerciales significativos. Pero ninguno será tal vez más importante que la reafirmación desde una perspectiva país, hecha por actores provenientes de todo el espectro político chileno presente en la gira, que Chile está comprometido con la apuesta de presente y de futuro que hemos hecho con Asia, construyendo juntos una agenda concreta que apunte a poner en acción un nuevo orden mundial, con responsabilidades, retos y éxitos que serán, a la postre, fruto del trabajo liderado por un mundo en desarrollo que abre puertas y con ello, más oportunidades compartidas.

Estamos en el momento oportuno para aspirar por más y mejor, teniendo como futuro referente de acción la interacción con nuestros socios en Asia, sin perder de vista en el transitar este camino de incalculables beneficios, lo positivo que todo ello le puede significar a nuestro entorno y, por cierto, a toda América Latina.

*Mario Ignacio Artaza es Primer Secretario del Servicio Exterior y Director de la Oficina Comercial ProChile Beijing.

 

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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