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Cruz-Coke va a por la televisión

Gonzalo Maza
Por : Gonzalo Maza Guionista y crítico de cine. Director del Festival Internacional de Documentales de Santiago, FIDOCS
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Sacó roncha la columna que publicó Luciano Cruz-Coke en La Tercera de este fin de semana. [ver, ver, .pdf] En el texto el Ministro de Cultura entra en un tema que ya venía insinuando desde hace un rato: “La institucionalidad cultural no da abasto”, había dicho en una entrevista con La Nación dos semanas atrás.

Al parecer, no son los fondos, no son los jurados, ni es lo puramente administrativo lo que le quita el sueño al ministro. En esa entrevista con La Nación da por asumido de que las postulaciones se van a regularizar en sus fechas de postulación, que los fondos se van a ordenar, y que los tramites serán menos. Pero lo que de verdad le importa parece ser otra cosa: juntar en una sola repartición todo el aparataje cultural de Estado. En la entrevista mencionó a la Dibam, el Consejo de Monumentos Nacionales, la Dirac y hasta el Ministerio de Vivienda.

«El Ministerio Secretaria General de la Presidencia (Segpres) está trabajando en un plan de nueva institucionalidad cultural de aquí a cuatro años para que Patrimonio, Dibam y el CNCA dejen de funcionar por separado y comiencen a trabajar bajo el mismo paraguas. (…) No podemos seguir desperdigando y duplicando esfuerzos, tanto en patrimonio, donde está el MOP, Dibam, el Minvu, el Consejo de Monumentos Nacionales y el CNCA, como en el libro o internacional donde también opera la Dirac. Qué institucionalidad es aquella que toma por partes todos los aspectos relativos a la cultura. Yo me topo permanentemente con todos ellos y no me explico por qué no estamos en un esfuerzo institucional conjunto que es lo que debe suceder naturalmente».

Hasta acá, todo bien. Lógico. Interesante. De hecho, necesario. Las ronchas salieron cuando el domingo Cruz-Coke quiso meter al baile a la televisión. Y en particular, a Televisión Nacional y el Consejo Nacional de Televisión. En corto, Cruz-Coke dijo que la televisión es clave para llegar con cultura a los segmentos más pobres de la población (también menciona la penetración que han tenido los teléfonos celulares, lo que no deja ser interesante) y establece dos puntos que todo el mundo sabe pero que yo nunca le había escuchado a ninguna autoridad de gobierno (ni de este ni de los anteriores):

1. Que la cultura casi no existe en televisión, y ha sido relegada a un lugar maginal en nuestra sociedad. Lo que se nota en “la ausencia del ministro de Cultura en instancias de decisión de contenidos, como los directorios de TVN y del Consejo Nacional de Televisión”.
2. Que es el Consejo de la Cultura el que transfiere 4 mil millones de pesos al CNTV para su funcionamiento y la entrega de sus premios anuales (¡ouch!)
3. Que ahora que se viene la discusión de la TV digital es cuando debemos preguntarnos si nos vamos a tomar la cultura “en serio” (en su rol de transformador de la sociedad) o si solo le vamos a dar un “rol decorativo”.

Qué quieren que les diga: me gusta lo que dice Cruz-Coke. Está pidiendo la pelota porque quiere jugar. Se está haciendo cargo de verdad de la hipócrita TV que tenemos (de paso, me da la impresión de que tiene críticas a cómo se otorgan los fondos de TV cultural del CNTV), y quiere que ser parte de verdad de la discusión. Anuncia que no se va a quedar abajo del debate de la TV digital (¿estará pensando en un canal hecho desde el consejo, como el Canal Encuentro que depende del Ministerio de Educación en Argentina?). La cultura como “herramienta de desarrollo social” parece ser su objetivo, y no parece ser un puro discurso.

De hecho, no demoró mucho en reaccionar el actual presidente del Consejo Nacional de TV, Herman Chadwick, quien prontamente envió una carta a La Tercera, en la que se apresura en aclarar (casi escrito con plumón y en mayúsculas) que “el CNTV es un organismo autónomo”, independiente del Ejecutivo, que “no tiene injerencia en la programación de los canales de TV” (frase bastante curiosa si consideramos su personal queja por los chistes herejes que hacen en El club de la comedia), y en la parte más roteque de la misiva, dice que los 4 mil millones son suyos y que nada que ver lo que dijo el ministro porque pasan por el Consejo de la Cultura solo por razones administrativas, y que al final ha sido para peor y les ha traído puros problemas, y se están moviendo para que la plata les llegue directo como era antes. Bueno, no lo dice de esa forma exactamente, pero esa es la idea.

La parte final de la carta es una enumeración de los grandes programas culturales que ha financiado el Consejo (menciona ocho, donde, yo por lo menos, identifico cuatro que aún no se exhiben), y le da una repasada más al mensaje que no quiere que el ministro se olvide: “el Consejo, como mencionamos, es autónomo”.

Debo confesar que me produjo cierto regocijo leer algo de desesperación de parte de un presidente del CNTV.

Lo lógico es que otra carta debería aparecer en la prensa de parte de TVN, aunque si consideramos que Mauro Valdés es el recién designado director ejecutivo del canal (Valdés viene de BHP Billiton, y trabajó codo a codo con Cruz-Coke en la creación de Lastarria 90, iniciativa financiada por la empresa) es bien poco probable que el tono sea confrontacional ni mucho menos.

Puede ser que peque de optimismo, pero me parece haber visto -por un segundo- un puntito de luz al final del túnel en lo que se refiere a cultura en la televisión.

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