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TPP: no aceptaremos ambigüedades en salud

Tomás Lagomarsino
Por : Tomás Lagomarsino Presidente Fundación Equidad Chile, Plataforma Chile Mejor Sin TPP
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Chile tiene récords muy lamentables: el gasto de bolsillo en salud más elevado de la OECD (32%, siendo que la OMS recomienda menos de un 20%), la tasa de obesidad infantil más alta de Latinoamérica y la prevalencia de tabaquismo en adolescentes, entre 13 y 15 años, más alta del mundo (37,1%, según el Tobacco World Atlas). El primero de estos galardones ha provocado que los hogares chilenos sean muy vulnerables económicamente ante la enfermedad de uno de sus miembros y, en gran parte, este indicador es atribuible al elevado costo de los medicamentos en nuestro país.

Lo lógico sería que el Gobierno quisiera que Chile no tuviera estas vergonzosas cifras, sin embargo pareciera que el sentido común no ha sido el más común de sus sentidos y, sobre todo, en Cancillería.

Hace 5 años nuestro país inició las negociaciones de un tratado que facilita que las empresas transnacionales (tabacaleras y de alimentos, por ejemplo) demanden al Estado –es decir, a todos los chilenos– cuando sean modificadas las leyes en favor de políticas públicas saludables que las perjudiquen. Y, como si no fuera poco, también fortalece los monopolios de las farmacéuticas internacionales que, en un mercado sin regulación como el chileno, prolongará que sean los intereses de particulares los que definan el acceso a medicamentos de la población.

[cita tipo=»destaque»]El mismísimo canciller Heraldo Muñoz, en una reunión que nos concedió, después de más de 8 meses de solicitada, dijo que estas son “ambigüedades creativas” necesarias en los tratados. Para nosotros este es un pésimo eufemismo para referirse a cómo fueron cedidas la soberanía nacional y la salud de los chilenos.[/cita]

Este acuerdo se llama Tratado TransPacífico (TPP, por sus siglas en inglés), fue negociado en secreto y con un total hermetismo. Actualmente, ya fue firmado por el Ejecutivo y se espera que durante los próximos meses se envíe al Congreso Nacional para su ratificación.

Los mecanismos que introducirá el TPP, a los países que lo suscriban, aplazará el ingreso de genéricos (biosimilares, en el caso de los productos biológicos), impidiendo que los usuarios puedan acceder a sus tratamientos a costos más accesibles. La postergación de la entrada de fármacos genéricos o biosimilares, no solo atacará el bolsillo de las personas que tengan alguna patología, sino también provocará gastos adicionales a las administradoras de salud y al Estado, afectará las Garantías Explícitas en Salud (GES) que pretendan incorporar estos medicamentos y se traducirá en los precios en las farmacias del retail.

Todos perdemos, salvo las transnacionales

La Dirección de Relaciones Económicas Internacionales (DIRECON) afirma que el TPP no impactará en el costo de los medicamentos, puesto que, supuestamente, no prolonga los monopolios. Sin embargo, otros países del acuerdo afirman que sí sucederá por un periodo de ocho años. Contradictorio, ¿no? Esto es porque los plazos son implementados por medidas complementarias que no son especificadas en el tratado. Estamos hablando de un texto que puede ser interpretado fácilmente y del cual no tendremos certezas mientras estas medidas no sean transparentadas.

El mismísimo canciller Heraldo Muñoz, en una reunión que nos concedió, después de más de 8 meses de solicitada, dijo que estas son “ambigüedades creativas” necesarias en los tratados. Para nosotros este es un pésimo eufemismo para referirse a cómo fueron cedidas la soberanía nacional y la salud de los chilenos.

A pesar de que Estados Unidos nunca nos ha llevado a los paneles internacionales, por estar en su Priority Watch List (lista de países que no cumplen a cabalidad los TLC con el gigante norteamericano), esto no es un argumento para que no lo hagan a futuro. Además, el TPP establece nuevos mecanismos de resolución de controversias que podrían perjudicarnos enormemente.

En estos momentos, hay un fuerte lobby de las farmacéuticas internacionales para que la balanza se incline a interpretar el texto a su favor. Es por ello que, como sociedad civil, le recordamos al canciller y al director de la DIRECON, Andrés Rebolledo, que representan los intereses de las chilenas y chilenos, que no aceptaremos seguir ostentando y profundizando récords negativos en salud. Es esto lo que deben defender en los encuentros internacionales, y esperamos que haya sido así en la última reunión de ministros de la APEC, realizada hace algunos días en Arequipa.

Hoy, a diferencia del año 2003, cuando fue firmado el TLC con Estados Unidos, la sociedad civil y los ciudadanos estamos empoderados y trabajando unidos contra el TPP.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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