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Maniobras envolventes

¿Qué significa ahora la ‘maniobra política del Vice de renunciar a su re-re-reeleción? ¿Es nomas otra ‘maniobra envolvente’ para llamar a una nueva consulta popular, siempre inconstitucional, solo con Evo Morales como candidato a presidente? ¿O están barajando la posibilidad de que renuncie, para luego ‘habilitarlo’ con otra inconstitucional ‘maniobra envolvente’, mientras García Linera fungiría como presidente interino? ¿O solo quiere hacerse aclamar candidato ‘insustituible’ como Morales?


Las de Evo Morales Ayma y Álvaro García Linera. En once años han sometido a Bolivia a todo tipo de maniobras, amén de un huracán de patologías verbales, ideológicas y prácticas sin atisbos de cordura política. Llegaron al poder por la vía democrática, pero no eran ni son demócratas. Por eso nunca aceptaron sus normas. Una de ellas, entre otras, es la alternancia democrática.

Sobre el tema, el académico Adam Przeworski de la Universidad de New York, analizó todas las transiciones de poder ocurridas en el mundo desde 1788. La conclusión del estudio señala que los cambios pacíficos de poder tienen muchísimas mayores posibilidades de ocurrir si la sociedad ha adquirido el hábito de la alternancia. Bolivia lo tenía y lo respetó desde 1982, cuando los partidos políticos y sus líderes, tras muchas batallas y no pocas víctimas, pusieron fin al ciclo militar-dictatorial de 18 años consecutivos.

Bolivia caminó el camino de la alternancia, haciendo camino al andar en democracia durante 34 años, con falencias sí, pero sin alterar la constitucionalidad de la alternabilidad política. Hoy, Evo Morales, su partido, sus dirigentes, funcionarios y sus movimientos sociales corporativos, son masas al acecho contra la sociedad democrática. Su objetivo no es otro que la re-re-reeleción. Sería la cuarta en 2019, para su propia supervivencia política, que de eso se trata, y también la de su partido, el MAS, y la burocracia parasitaria que han creado en estos once años de ejercicio de poder sectario y dominante.

Por lo tanto, nada democrático, al punto que no reconoce el mandato del voto popular en el referéndum del 21 de febrero pasado, cuando Bolivia dijo NO a la re-re-reeleción.
Sin embargo, insisten y al hacerlo cometen delito contra la Constitución Política el Estado. Según portavoces abocados al ‘continuus’ del régimen hasta 2025, van “agotar los resquicios constitucionales” para un nuevo mandato, que sería ilegal. En esa lógica de todo vale para la reproducción en y desde el poder, al que se abocarán en el Congreso partidario del 15 al 17 de diciembre. Ahí el MAS y sus dirigentes pretenden decidir el futuro político del país y la candidatura de Morales para 2019. ¡Qué tozuda estupidez, como si ellos representaran la totalidad de Bolivia! Y no se inmutan por desconocer sus múltiples determinaciones, ni los resultados legales y legítimos del referéndum de febrero de 2016.

¿Qué significa ahora la ‘maniobra política del Vice de renunciar a su re-re-reeleción? ¿Es nomas otra ‘maniobra envolvente’ para llamar a una nueva consulta popular, siempre inconstitucional, solo con Evo Morales como candidato a presidente? ¿O están barajando la posibilidad de que renuncie, para luego ‘habilitarlo’ con otra inconstitucional ‘maniobra envolvente’, mientras García Linera fungiría como presidente interino? ¿O solo quiere hacerse aclamar candidato ‘insustituible’ como Morales? Aquí hay felino cautivo. Queda claro que, pese a que subieron al carro de la historia por la vía democrática, ignoran que en democracia “los partidos de gobierno pierden elecciones a través del mecanismo de alternancia en el poder”. Ignoran también que la alternancia permite “procesar conflictos políticos en paz y libertad” según el profesor Przeworski.

La pregunta obvia es, por qué el miedo a aceptar la alternabilidad. ¿Ven riesgos de perder una elección, como ya perdieron en febrero, con nuestro democrático NO? ¿Ven posibles fracturas orgánico-ideológicas que comprenden aspectos económicos, políticos, jerárquicos y étnicos? Otro riesgo es perder la buena vida que se dan a costa de los hombres y mujeres que crean la riqueza del país, derrochada merced al consumismo oficialista en mega obras y elefantes blancos, corrupción mediante, durante la bonanza de los precios de materias primas. Década perdida sin inversiones productivas ni generación de empleo digno, seguro y protegido. Prefirieron ‘dejar hacer y dejar pasar’ a la informalidad de más del 70% de la población económicamente activa.

Como si fuera poco, Bolivia fue víctima de una muy mala gerencia de políticas públicas para el desarrollo sostenible, empezando por la educación y el uso de tecnologías. La escasez de agua en algunas zonas del país, es solo un ejemplo por haber despreciado la meritocracia. Tanto, que una muy alta asambleísta del MAS dijo que la meritocracia era discriminatoria y racista. Ahí están los resultados: cero gestión del conocimiento.

A Morales y sus hombres les falta lucidez política para aceptar la alterabilidad democrática y promover una transición política en 2020, que permita procesar los conflictos políticos, económicos y sociales en paz y libertad. Conflictos hay, sobre todo frente al poder de los movimientos sociales corporativos: cocaleros, cooperativistas, transportistas y muchos ‘istas’, verdaderas masas de acoso a la democracia, al Estado de Derecho y a los Derechos Humanos. Gozan del beneplácito de Morales: son su punta de lanza y así actuarán en su próximo Congreso. Allí persistirán en identificar a la democracia solo con elecciones, lo que es una falacia electorera que rechaza la libertad y la diversidad política. Y no olvidamos el poder militar, en la sombra, pero el poder real de la fuerza y la coerción, enajenado a Morales.

Bolivia está harta de tanta maniobra envolvente. Por eso volverá a decir NO a cualquiera otra que se presente.

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