Señor Director:
Cuesta comprender que una institución como la Universidad Católica pueda esgrimir una objeción de conciencia, ¿no son sólo las personas que las que pueden invocar una condición de moral como ésta?
En cuanto al financiamiento les conviene y quieren ser tratadas como universidades públicas, pero cuando hay que defender su ideología prefieren ser universidades privadas. Pongámonos de acuerdo Sr. Sánchez.
Rodrigo Reyes Sangermani