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Roces internos en el PS: demostración de la vigencia de Escalona

Luego que el ex presidente del PS calificara las reuniones del senador Carlos Ominami con la UDI como "manoseos" y que un funcionario de la Fundación Chile 21 dijera que las palabras de Escalona eran "canallescas", parlamentarios y dirigentes del partido explican que el verdadero motivo de este conflicto es una compleja pugna entre los antiguos y los nuevos liderazgos dentro del socialismo.


Bastante más que un mera disputa "de declaraciones" es lo que subyace en los recientes intercambios de palabras entre Carlos Ominami y el diputado Camilo Escalona.



Diversas fuentes del PS y de la bancada de parlamentarios afirmaron a El Mostrador.cl que la polémica no es más que la expresión pública de un tema que en realidad tiene que ver con el liderazgo y la vigencia de Camilo Escalona dentro del PS y como figura máxima de la Nueva Izquierda, así como también con el manejo y las escoraciones que está tomando la actual mesa directiva.



De acuerdo con las versiones internas del PS, en las fuertes y públicas críticas de Escalona de las últimas semanas debería leerse también, supuestamente, la disconformidad de la Nueva Izquierda con las decisiones y estrategias adoptadas por la mesa directiva, incluyendo a quienes representan allí a este sector: el secretario general, Arturo Barrios y por el presidente, Gonzalo Martner.



Carlos Ominami, hoy encargado de la campaña municipal del PS, no habría sido para Escalona más que la "encarnación" del estilo y las decisiones políticas que el ex presidente del PS y el sector que lidera, rechazan. Extremando las lecturas, según se explicó a El Mostrador.cl, incluso podría ser una señal de que la Nueva Izquierda podría restar su apoyo a la mesa directiva que contribuyó a elegir hace tres meses a través de un acuerdo con los otros dos grandes sectores del socialismo, los terceristas y los renovados.



Lo interesante, es que otras fuentes de la Nueva Izquierda hacen otra lectura: la mesa directiva de Gonzalo Martner, y la sinergia lograda entre las tres tendencias que en ella convergieron, marchan viento en popa y se han autonomizado de la tutela del antiguo hombre fuerte del PS, Escalona. Las críticas del diputado, según estas versiones, deberían interpretarse como las demostraciones de fuerza de un líder que no quiere perder su largo dominio político dentro de la Nueva Izquierda y dentro del PS.



Cuestión generacional



La irritación de Escalona para con una serie de políticas del PS se manifestó primero cuando acusó a Ominami de manosearse con la UDI a propósito de un encuentro que el senador, como director de la Fundación Chile 21, tuvo con Pablo Longueira. La polémica entre Ominami yEscalona prosiguió a través de terceras personas con más acusaciones, esta vez respecto a la relación que debe tener el PS con la DC, y culminó con un intercambio de cartas entre los parlamentarios.



Cercanos a Escalona señalan que el diputado está profundamente molesto con la decisión de la mesa directiva, empezando por Gonzalo Martner y siguiendo con Ominami, de desconocer el "cuasi acuerdo" electoral al que Escalona -cuando aún encabezaba el PS- llegó con Adolfo Zaldívar en materia de pacto municipal. No sólo le parecería una estrategia de relación errada e innecesaria con los pares de la Concertación, sino que además lo deja tácitamente como "pesando poco".



Desde la vereda del frente, parlamentarios socialistas que se sienten más cercanos a Ominami explicaron a El Mostrador que el senador hoy día, es el "único capaz de manejarse frente a las apetencias de Adolfo Zaldívar para las próximas elecciones municipales". Esa creciente capacidad de gestión política, agregaron, es lo gatillaría la reacción de Escalona.



Añadieron que otro factor es "el nuevo estilo de la actual dirigencia del PS, que a través de su presidente, Gonzalo Martner, está renovando el partido al participar con eficacia en temas internacionales, económicos, y coyunturales de la política nacional", de una manera y con un "vuelo" que Escalona no habría conseguido mientras fue él quien condujo el PS.



Sobre todo, confidenciaron, creen que detrás puede haber un tema generacional para Escalona: en la actual mesa directiva, Martner y Barrios son rostros de la Nueva Izquierda pero en su generación de relevo, y estarían prescindiendo más de la cuenta de la vieja guardia del escalonismo.



El problema es que parecen estar más que cómodos en la actual línea de conducción compartida con el ala renovada y con el tercerismo y han llegado a un suerte de independencia apoyados en la alta votación que Barrios obtuvo como candidato al comité central y que superó a otros antiguos miembros de la Nueva Izquierda como Osvaldo Andrade o Luis Guzmán.



Está por verse el desenlace de este gallito político. Lo más lógico sería que después de un proceso de explicaciones se restañaran las grietas internas dentro de la Nueva Izquierda y entre este sector y la mesa directiva. Si no fuera así, habría que esperar a ver qué rumbo toman los desacuerdos: o la Nueva Izquierda, con Escalona a la cabeza, retira su apoyo a la mesa directiva y abandona a su suerte a Martner y Barrios, o se asiste al quiebre de la tendencia y al surgimiento de la "Nueva Izquierda, next generation".

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