El juez se adentrará en la participación de los miembros del otrora grupo Milicia y del Servicio de Inteligencia del Ejército trasandino pues, si bien la planificación del atentado estuvo en Chile, existió coordinación con elementos argentinos que permitieron concretar la operación.
El ministro Alejandro Solís, que sustancia el proceso en Chile por el homicidio del ex comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats y su esposa Sofía Cuthbert -ocurrido en Buenos Aires en septiembre de 1974-, comenzó a indagar los vínculos que la DINA mantuvo con la ultraderecha argentina. Así lo aseguró a El Mostrador.cl una fuente ligada a la causa.
La diligencia que marcó esta línea de investigación se realizó durante la semana, cuando el magistrado citó a un conocido periodista a una oficina del primer piso de la Corte de Apelaciones de Santiago, distinta en la que trabaja, en el cuarto nivel. Fue posible ver a una de sus actuarias conduciendo a Ascanio Cavallo hasta el improvisado despacho judicial para que relatara las circunstancias, los pormenores y detalles desconocidos de una publicación de su autoría, aparecida la última semana de septiembre de 1984 en la desaparecida revista Hoy, precisamente cuando se cumplían 10 años del atentado bomba que costó la vida a Prats.
El testimonio se extendió por cerca de una hora. Cavallo respondió las interrogantes que le planteó Solís. Este último fue consultado por este medio respecto a la pesquisa, la que calificó como "muy positiva", aunque declinó entregar mayores detalles debido a que la causa se encuentra en estado de sumario.
Sin embargo, este medio supo que se trató del reportaje titulado "El proceso que cumplió una década", aparecido la semana del 24 al 30 de septiembre del mencionado año.
Al juez le interesaba conocer la fuente de la información, cosa que habría obtenido en la diligencia con Cavallo, aunque esta versión no pudo ser confirmada.
La razón que tuvo Solís para adentrarse en este episodio periodístico vinculado al caso, tiene que ver con la posible y lógica participación de los miembros del otrora grupo argentino Milicia, como también de miembros del Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE) trasandino. Es decir, que si bien la planificación del atentado o principio de ejecución del delito estuvo en Chile, existió coordinación con elementos al otro lado de la cordillera que permitieron llevar a buen término la operación.
La importancia de esta nueva fase indagatoria no es menor en el proceso, ya que hasta ahora Solís había dirigido su conocimiento de la investigación que sustanció su similar argentina María Servini de Cubría en los partícipes chilenos que están encausados en Chile. A saber, Manuel Contreras, Pedro Espinoza los hermanos Raul y Jorge Iturriaga Neumann, Mariana Callejas, José Zara y Christoph Willikie, todos ex agentes de la DINA.
Solís puso el énfasis en la ultraderecha argentina no sólo por la publicación de Hoy, sino también por la serie de nombres que entregó el hasta ahora único condenado en el proceso, pero en el país vecino, el ex agente de la DINA, Enrique Arancibia Clavel, o Felipe Alemparte, que era su identidad operativa, mientras vivía en Buenos Aires en calidad de contacto con Milicia, como también espía que buscaba y compraba informaciones estratégicas.
Por eso es que la fuente consultada por este diario no descarta que Solís envíe exhortos e incluso procese a miembros argentinos de Milicia, como por ejemplo, Martín Ciga Correa, contacto de Arancibia Clavel en el país vecino.
Ciga Correa es el paradigma de los ex agentes del SIE argentino que participaron no sólo en la represión en su país, sino también operaron con el narco-golpe en Bolivia con los "novios de la muerte" y luego adiestrando a las guerrilla antisandinista en Centroamérica. Ciga Correa, pese a ser un sospechoso de haber colaborado en el crimen de Prats, nunca ha sido procesado ni condenado por estos hechos.
También el ministro estaría evaluando profundizar los verdaderos vínculos de los contactos que tenía en Chile y que podrían aportar sobre milicia, de personas que aún están vinculadas al Ejército, principalmente a las actividades de la justicia castrense como Guido Poli.
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