El diputado por Santiago Centro, ex RN y ahora independiente pro UDI, señala que Lavín logró imponer sus tesis, por lo que será el principal beneficiado con la decisión gremialista de no ponerle competencia a Andrés Allamand. Además, sostiene que gestos como éste le dan esperanzas para que la centroderecha se refunde y dé paso a una Alianza Popular.
Alberto Cardemil fue el único militante de RN que decidió seguir a Joaquín Lavín tras la proclamación de Sebastián Piñera. Luego de pensarlo bien, renunció a su militancia y postuló como independiente en cupo UDI por Santiago Centro, el distrito que representa desde 1993.
Un gesto que le dolió a muchos en la tienda de Antonio Varas pero que él defiende con el mismo ahínco que el de la candidatura única de Andrés Allamand en la senaduría de la Décima Región Norte. Las dos, explica, son "cuestiones" que apuntalan la unidad de la Alianza. "O lo que queda de ella".
En su estilo frontal, asegura que es necesario dejar atrás los fundamentalismos de los "burócratas partidistas" e iniciar un proceso que asegure la existencia de una centroderecha fuerte en los próximos años. Y no habla de la Alianza: "la centroderecha del 2006 no es viable si no hay una refundación profunda".
Todavía tiene esperanzas de que esta elección la gane Lavín o Piñera -si el empresario pasa a segunda vuelta está dispuesto a apoyarlo-, porque asegura que si la Concertación gana un nuevo gobierno con Michelle Bachelet a la cabeza, será "el peor de los escenarios" para Chile.
"(Ella) no es capaz como Lagos de gobernar con el Cardenal, con el comandante en jefe del Ejército, con el presidente de los empresarios, que va a estar rodeada de socialistas, con la Democracia Cristiana venida a menos, y que se imponga sobre una derecha fracturada, desmoralizada, es el peor de los escenarios para el país", asegura.
-¿Qué le parece la decisión que acaba de tomar la UDI de dejar a Evelyn Matthei en la Cuarta Región y blindar a Andrés Allamand en la Décima Norte?
– Yo hace rato que vengo reclamando actitudes lúcidas, sensatas con una mirada al futuro, a la derecha del 2006. Y este es un gesto muy importante, es una luz de esperanza respecto de la Alianza. Es muy importante pensar que el mundo no se acaba el 11 de diciembre del 2005, porque ahí nacen una serie de nuevos desafíos y la unidad hay que afirmarla desde todos lados: desde Renovación, desde la UDI, desde los independientes, aunque sean transitorios como yo
-¿Por qué su posición de independiente es transitoria?
– Porque yo pretendo volver a militar en una centroderecha unida. Ese ha sido mi trabajo, ese ha sido mi objetivo político durante 15 años y no lo voy a dejar, porque una derecha unida multifacética, es una necesidad para el país.
-¿A quién beneficia la candidatura unitaria de Allamand?
– Esto va a favorecer, en primer lugar, a Lavín, porque impuso su tesis. Va a ayudar a que la UDI se despoje de esta especie de sello de fundamentalismo y va a ayudar a los parlamentarios de Renovación Nacional en la campaña.
‘La entrada de Piñera desmoralizó a mucha gente’
-¿Qué es lo que falta para que sea una centroderecha unida?
– Faltan muchas cosas. A mi juicio la bifurcación de las candidaturas presidenciales desmoralizó a mucha gente que ve que la Concertación está unida y la centroderecha está dividida. Ya no hay tiempo, se acabó el tiempo para hacer primarias, que era lo lógico. Lo que yo he estado planteando, y se ve fortalecido por este gesto de unidad, es que los candidatos presidenciales formalmente acuerden su apoyo mutuo en la segunda vuelta presidencial. Lavín lo ha pedido reiteradamente y no se le han concedido desde el comando de Sebastián Piñera. Lo que la gente quiere ver es una fotografía donde se estén dando la mano y se afirme uno con otro. Eso le traería mucha calma a la gente que hoy día está dudosa, está distante.
-¿Joaquín Lavín está dispuesto a sacarse una foto con Piñera?
– Joaquín lo ha pedido casi con majadería y Sebastián se lo ha negado casi con obstinación y eso no está bien. Yo creo que el surgimiento de esta candidatura unitaria de Andrés va a ayudar mucho. Yo estoy en la posición exacta de Andrés: soy partidario de Joaquín Lavín porque tengo compromisos con él pero no estoy contra la candidatura de Sebastián. Tengo una actitud positiva hacia Sebastián, al igual que Andrés tiene una actitud positiva hacia Lavín. Y para quienes somos favorables a mantenernos en un estado de sensatez, nos abre posibilidades de acción política súper buenas.
-¿Cree que RN hubiera sido capaz de hacer un gesto parecido al que está haciendo la UDI, que está perdiendo la posibilidad de tener un senador en la Décima Norte?
– Espero que sí, pese a que en una situación parecida aquí en Santiago me pusieron a alguien que pretende competir -en referencia a la postulación de Carmen Ibáñez-, pero espero que sí. Gestos correctos en la línea correcta abren la posibilidad de que se responda con otros gestos correctos. Pero no digo que aquí en Santiago donde, francamente, me da lo mismo. Es bueno tener una compañera de lista que sume votos, que marque. Pero tal vez llegar a un acuerdo en otras partes sería bueno.
‘Falta lograr un acuerdo parlamentario’
-Pero queda muy poco tiempo para llegar a un acuerdo, el 12 de septiembre vence el plazo para inscribir candidaturas.
-Si tú ves, todas mis declaraciones apuntan a esa línea. Que pido yo: primero, la foto en que los dos candidatos presidenciales se afirmen uno con otro; segundo, arreglos parlamentarios, que se están produciendo por lo que me vuelve al alma al cuerpo; tercero, que se haga una propuesta programática común. El país necesita que la Alianza o lo que queda de ella le diga al país cuáles son sus prioridades legislativas en los próximos cuatro años.
Si una de nuestras tragedias es que la pista de carrera la ha definido la Concertación y como nadie la apura, le basta con trotar. Nosotros tenemos que construir otra pista, la pista de la Alianza, que le diga al país porqué votar por nosotros. Yo creo que todavía es posible ganar, pero no vamos a ganar si no encontramos el eje. Y el eje es una coalición capaz de darle gobernabilidad al país. Gestos como éste hacen que le empiece a volver el alma al cuerpo a muchas personas.
-¿Aparte de usted, quienes más en RN aspiran a una centroderecha más unida?
– Hay mucha gente: prácticamente todos los diputados, muchos senadores. Sergio Romero, Baldo Prokurica, Alfonso Vargas, Pablo Galilea, Lily Pérez. Toda la gente que nos jugamos por la idea de una candidatura única en la centroderecha.
-El gesto de la UDI es interpretado también como una forma de potenciar el liderazgo de Allamand para que él sea el interlocutor con el gremialismo en el futuro.
– Algo de eso debe haber, es obvio. Con el surgimiento de la postulación de Sebastián Piñera se abrió una temporada de apuestas cuyo resultado es incógnito ¿dos candidatos suman más o desmoralizan a la gente? Obviamente, nadie cree que la centroderecha del 2006 puede tener alguna viabilidad si no hay una refundación profunda. Y lo digo en el amplio sentido de la palabra: hay que repensarlo todo. Para ser una oposición que dé la altura, dos partidos es algo que no tiene sentido, y sería mucho mejor una solución a la francesa: un gran movimiento, un gran frente que incluya a RN, la UDI y los independientes, entre los que me cuento. Se me ocurre que, aunque sea como los membrillos que maduran a golpes, la centroderecha tiene que dar el paso hacia el partido popular.
Los neofácticos
-¿El hecho de que la UDI quiera que resurja el liderazgo de Allamand tiene que ver con que consideran que el liderazgo de Piñera no es unitario?
– Está todo por verse. Me parece que obviamente que Andrés es un gallo súper importante para el futuro y en ese sentido siempre quise verlo de senador. Qué otros (líderes) hay, no sé. He estado insistiendo en la idea que hay mucha gente que hoy día no está militando en el partido, como Juan Claro, que los han bautizado como los neofácticos, que representan la mejor tradición de la derecha. Claro viene del radicalismo, es liberal, posmoderno, con excelentes vínculos, con una vocación pública evidente y que ha sido súper lúcido en las cuestiones que ha planteado.
-¿Como la candidatura unitaria de Allamand?
– Sí, en la misma línea. Y yo te digo que si los dirigentes partidarios no son capaces de entender que el tema de la refundación de la centroderecha es una prioridad, les va a pasar por arriba la opinión pública.
-¿Quiénes más forman parte de este grupo de neofácticos? ¿Felipe Lamarca?
-Hay mucha gente que está cerca de los partidos, muchos dirigentes gremiales, gente que interesada en la centroderecha que están lejanos de Lavín y de Piñera porque a Joaquín le achacan que no institucionalizó la unidad y a Sebastián, que la ha perforado.
-Por contrapartida, ¿quiénes están al otro lado, en una posición más partidista, más individualista?
-Hay gente que colabora en la vida de los partidos pero que generalmente no son candidatos. Ellos tienen la teoría del interés del partido por sobre la del conjunto y que desarrollan una especie de fundamentalismo partidista. Los hay en la UDI y en Renovación Nacional. Te diría que hay una fuerte contraposición entre las personas que están en cargos de elección popular como los alcaldes y los parlamentarios y los burócratas de los partidos. Y es esa gente la que cree que cuando uno está a favor de un candidato debe estar en contra de otro, o cual pugna con el sentido común.
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