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Ecologistas del mundo plantean en Bali soluciones a cambio climático

Decenas de activistas medioambientales dan conferencias estos días en la isla indonesia para llamar la atención sobre los problemas que les preocupan y plantear sus soluciones al calentamiento global.


Las organizaciones ecologistas aprovechan el escaparate de la Conferencia de la ONU sobre el cambio climático de Bali para presentar propuestas que van desde la creación de un fondo millonario para frenar la deforestación a propuestas de recorte de emisiones de gases hasta en 80%.



Decenas de activistas medioambientales dan conferencias estos días en la isla indonesia para llamar la atención sobre los problemas que les preocupan y plantear sus soluciones al calentamiento global.



Las peticiones de las ONG se sucedieron a lo largo de la jornada de hoy después de que ayer Greenpeace solicitase el establecimiento de un fondo internacional de unos 14.000 millones de dólares para financiar la conservación de las selvas del planeta.



La Llamada de Atención Global contra la Pobreza (GCAP) instó a un compromiso global para reducir las emisiones en por lo menos un 80 por ciento sobre los niveles de 1990 para el año 2050, un objetivo muy ambicioso, considerando que la propuesta más atrevida ha sido la de la Unión Europea (UE), que ha ofrecido reducir sus emisiones un 30 por ciento.



El portavoz de la GCAP, Ben Margolis, advirtió que no se puede resolver la cuestión medioambiental sin afrontar el problema de la pobreza y denunció que el calentamiento del planeta está ampliando la distancia que separa a los ricos de los pobres, informó la agencia estatal de noticias Antara.



Algunas ONG hacen llamamientos para que el mundo no se olvide de proteger a los más pobres, mientras que otros ponen énfasis en la conservación de la biodiversidad, el peligro que acecha a las pequeñas islas que desaparecerán con el aumento del nivel del mar o el daño que la deforestación causa en comunidades indígenas en todo el mundo.



Son muchas las ONG que exigen un acuerdo sobre cambio climático que sea más justo que el Protocolo de Kioto y que no se limite a fijar unos límites de emisiones.



De hecho, una parte de las arduas negociaciones que deberán dar a luz en dos años a un nuevo acuerdo serán las que abordarán la financiación de mecanismos de «adaptación», que ayuden a los países menos desarrollados a afrontar las consecuencias del cambio climático.



Stephanie Long, coordinadora de Amigos de la Tierra Internacional, expresaba con claridad su visión sobre este asunto: los países ricos deben pagar a los pobres por los daños causados por el cambio climático y es su obligación de apoyar a las comunidades más vulnerables a sus impactos.



El Foro Indonesio del Medioambiente (Walhi), uno de los grupos ecologistas más importantes de Indonesia, solicitó que se excluya a lo que denomina «brokers del carbono» de las negociaciones que tienen lugar en Bali.



Según Walhi, las empresas y organismos que gestionan y participan en el mercado internacional del carbono, donde países industrializados compran derechos de emisión a los menos desarrollados, no deben participar en Bali puesto que «únicamente piensan en el negocio de los bosques».



Walhi pide reducciones del 40 por ciento en las emisiones de los países industrializados que ratificaron Kioto y exige a la comunidad internacional que presione a Estados Unidos para que se comprometa a reducir sus emisiones.



También abundan las llamadas de atención sobre el empleo de los biocombustibles y varias organizaciones han denunciado que su producción está causando estragos en el clima y los ecosistemas de países como Indonesia, donde grandes extensiones de selvas se convierten en plantaciones de monocultivos para extraer aceite para estos nuevos combustibles.



Como siempre, las ONG han aprovechado para poner la nota amena y simpática en Bali, con iniciativas como el Oso Polar de Greenpeace, que recorre cada día los pasillos del centro de convenciones para alertar sobre el deshielo de los glaciares, o el termómetro de seis metros de altura que recuerda a los delegados su obligación de llegar a un consenso para evitar que siga subiendo la temperatura.



La ONG Avaaz ha decidido aportar un poco de ironía y entregar el «Premio al Fósil del Día» a la delegación que haga la peor propuesta en la Conferencia.



El premio fue otorgado ayer a Japón, por proponer que se avance más allá de Kioto pero sin hacer mención a límites de emisiones, que esta organización considera «el corazón de Kioto».



EFE

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